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sábado, 5 de diciembre de 2015

Aguante de Tango

Este tango del excelente poeta recientemente fallecido, Héctor Negro (Ismael Héctor Varela), y el cantor Oscar D'Angelo, trata con fervor y talento, todas las cosas que fuimos perdiendo los argentinos por dictaduras, malos gobiernos y jueces y empresarios que fueron despreciando lo popular. El tango es uno de esos objetivos que consiguió sobrevivir a fuerza de talento y arraigo en la masa social. Lo enterraron varias veces, pero hoy está vivito y coleando.


                                     
Nosotros lo celebramos todos los sábados y martes desde las 21 horas en BIEN MILONGA, que  va así, camino de su segundo año de vida, en la Casa de Aragón de Madrid, sita en Pza. República Argentina nº 6. Y por allí desfilan milongueros de ambos sexos para disfrutar de la música especialmente seleccionada por este especialista, y una pista acogedora, con piso de madera lustrada, grandes espejos y compinchería absoluta en la cofradía que acogemos.

En la segunda parte del tango que citamos hoy, dice:

Cargaron en tropel
pedazos de país.
Y un modo de vivir                         
que ya no pudo ser.
Y apenas nos quedó
el tango rezongón,
que no se dejó arrear
de puro retobón...

El tango que nos dió
color de identidad.
Que nos templó la voz
con su raíz profunda.
Que erguido desenfunda
su estirpe arrabalera
y cruza las fronteras
del mundo sin parar.


Hermosura de parolas, que los hechos confirman a tutiplén. No hay más que darse una vuelta por este convulso mundo y ver sómo se lo quiere, se lo admira y se lo baila en cualquier rincón del mundo. Pruebas a la vista, me arranco por la sufrida Hiroshima, donde dos de sus bailarines: Rodrigo y Nadsuko, se lucen en el Sakura Festival de Tango de dicha ciudad, bailando Quejas de Bandoneón, por la orquesta de Aníbal Troilo.

                                               


Como ando por el Lejano Oriente me paso por Singapur. En esta hermosa y pujante isla, donde, afortunadamente,  de momento no llegan las bombas, la pareja que conforman Seriy Podbototny (de Ucrania) y Ping-Yu (Shangai), bailan en el 1 St Singapore Int'l Tango Festival. Lo hacen con el valsecito Recuerdos, por la Típica de Ricardo Tanturi, cantando el Cabezón Alberto Castillo.

                                          


Y ahora pasamos a los grandes maestros. Porque ver bailar a Miguel Ángel Zotto y Daiana Gúspero no es moco'e pavo. La verdad que da un gustazo ver a estos grosos, bailando, en el 15º Tango Torino Festival (Italia), la Milonga de Buenos Aires por la orquesta de Francisco Canaro, cantando Ernesto Famá. ¡Inimitables!

                                     


Y el tango le ganó a todos. ¡Viva el Tango!

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