Cuando suenan los valsecitos en los altavoces de la milonga, la pista se puebla de sonrientes parejas dispuestas a disfrutar al mango toda esa alegría, el candor, la sensación de fiesta que traen esos compases tan familiares al oído. Además el catastro tanguero acarrea una cantidad muy grande y sentimental de esos valsecitos que nos transmiten alegría y amor. Francisco García Jiménez en su Valsecito criollo -que lleva música del ex pianista de D'Arienzo, Lidio Fasoli- lo expresa así.
Canción sentimental, / canción de amor y juventud, / humilde y bella flor / de mi inmortal barrio del sur. / Querido valsecito / de los primeros sueños, / de la primera novia, / de la ilusión azul... / Bailando con tu son / iban los pies y el corazón; / dichoso de vivir / en la cabeza había un zorzal, / rimando con las notas / de tus violines tiernos, / de tus guitarras criollas / querido y viejo vals...
Y lo escucho por la orquesta de D'Arienzo del 37, y mi cabeza se va con esas notas alegres y emborrachantes de ilusión, de alegría. Por supuesto, lo he seleccionado para esta noche en BIEN MILONGA, la que desarrollamos todos los sábados y martes, desde las 21 horas, en la CASA de ARAGÓN de Madrid, en la Plaza de la República Argentina número seis. (Pza. de los Delfines)
Y como aperitivo, aprovecho para darme una vuelta por pistas lejanas para ver bailar a milongueros de todas partes que se han entregado en cuerpo y alma al tango.
Por ejemplo, podemos apreciar en el Shangai Tango Festival Chinese a Gustavo Lin y Catarina Chung. Se mandan con el tango Emancipación por la orquesta de Osvaldo Pugliese.
Y ahora pasando por Seúl (Corea) me engancho con la excelente pareja que forman Francisco Forquera y Carolina Bonaventura que se lucen con la milonga-candombe Tango Negro, por Juan Carlos Cáceres y su orquesta.
Y me quedo un rato en la Milonga "Nocturne" de Nueva York. Alli veo cómo se lucen Eleonora Kalganova y Michael Nadtochi, bailando precisamente el Valsecito Criollo, del título, por Juan D'Arienzo y su enganchadora orquesta.
Si estos valsecitos no te iluminan la giornata, apaga y vámonos.
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