El que lleva como yo unos cuantos carnavales afuera, lo ha visto en toda su cruda realidad. Incluso muchos de los recién arribados al tango, lo tenían por anticuado, cosa de viejos... Afortunadamente todos los sábados y martes, dese las 21 horas, podemos darle rienda suelta a esas emociones que nos atraparon desde la adolescencia, y tener un refugio como el de BIEN MILONGA, en la Casa de Aragón situada en la Plaza República Argentina nº 6, de Madrid. El título lo recuerda un tango de Cacho Castaña que se llama Tenés a Buenos Aires en los ojos. Y es así, me parece estar bailando en aquellas milongas porteñas de los años cincuenta. O intento pensarlo que es así...
Tenés a Buenos Aires en los ojos
que están llenos de lluvia
de tanto ver partir.
Tenés el alquitrán en la mirada
y tu cara salpicada por el hollín.
Tenés al Buenos Aires siglo veinte
a la calle Corrientes que no quiere dormir.
Tenés un bandoneón en las ojeras
que se arrugan en la espera, de sonreír.
Es un poco de todo eso, tiene razón Cacho, porque de ser un país de inmigración, nos fuimos o nos fueron convirtiendo en un país de emigración. ¡Que vachaché! Al menos nos sirvió a todos para muchas cosas que aprendimos en el viaje, y para llevarnos -algunos- en la maleta,los cassettes y los discos que con el tiempo se harían milonga y engancharían a tanta gente en todo el mundo.
Mirá, hoy traigo, como todos los sábados un par de muestras. Arranco por casa con Fabián Peralta y Lorena Ermocida, bailando en La Nacional, el tango Fueron tres años, por la orquesta de Héctor Varela y el cantor Argentino Ledesma.
Y siguiendo el hilo de mi introito viajero, me doy un garbeo por Budapest donde la pareja integrada por Szeghalmi Endre y Glotz Mária, bailan con la Tango Harmony, el valsecito Lágrimas y sonrisas.
Y me bajo a Lyon -Francia- para ver bailar una milonga a la yunta Mamié Sancy y Felipe Zarzar. Se mandan con Sentir del corazón, por la orquesta de Edgardo Donato y las voces de Horacio Lagos y Romeo Gavioli.
Y como hoy tenemos un solcito otoñal en Madrid que calienta hasta el alma, me voy silbando bajito algún tanguito, y a preparar las gambusas para la milonga de questa notte, con una passegiatta matinal.
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