Un programa que, vale la pena recordarlo, nació de la mano de Alejandro Romay, cuando era locutor de Radio Libertad. En esa emisora lo ideó el que luego sería dueño de Canal 9. Al pasar a la televisión el nuevo propietario, le dejó ese espacio de radio, a la locutora Lidia Sánchez que también lo conduciría con mucho acierto. Además ella se había casado con el cantor Lalo Martel y estaba metida de lleno en el tango, aunque luego el matrimonio terminaría en divorcio.
El programa radial dió sus primeros pasos en el año 1951, y se transmitía al mediodía cuando la gente estaba almorzando y no había televisión todavía. En 1963 debutaría en televisión, con Hugo del Carril como conductor. Sería relevado por Juan Carlos Thorry y finalmente por Silvio Soldán, que le dió un aire renovador al espacio y supo conectar con el público y los artistas.
Grandes valores del Tango pudo soportar la presión de las dictaduras de turno, el fallecimiento de algunos grandes, los bajones del género y pese a ello logró estar cerca de cuarenta años en pantalla. El pianista Armando Cupo -con quien compartí lindas charletas cuando dirigía la orquesta del flaco Morán en la Confitería Montecarlo, de Corrientes 1218-, fue el director de la orquesta estable de la emisora. Incluso intervenía en la selección de de nuevos valores para presentarse a los concursos que también existieron en el programa, y de los cuales surgieron voces nuevas que conseguirían su lugar en las marquesinas tangueras.
Casi no quedan registros de toda aquella increíble época, pero la gente de TANGODE ORO, ha conseguido rescatar este hermoso documento en el que grandes valores del tango acuden a la celebración del cumpleaños del programa. A mí me resulta emocionante verlos otra vez y en an algunos casos siento como un nudo en la garganta.
Imperdible.
Me traen infinidad de recuerdos lindos. Con Jorge Vidal nos encontramos en Estados Unidos, en diciembre de 1968, cuando yo estaba con Oscar Bonavena, para cubrir su pelea con Jose Frazier, en Filadelfia. Lo festejábamos mucho porque Jorge, cada vez que venía de Nueva York -donde estaba residiendo entonces- nos hablaba con un tono gardeliano. Y le traía vituallas de un carnicero argentino a Ringo.
Virginia Luque hacía la delicia de los televidentes tangueros en Casino Philips. El director del programa mostraba a veces solo una parte de su rostro en primer plano mientras entonaba sus tangos más celebrados. Jugaba con sus labios, las pestañas arqueadas y el alma de su interpretación. Armando Cupo reemplazó varias veces a Osvaldo Pugliese cuando éste estaba fuera de servicio, en la cárcel de Devoto o en otras, por sus ideas políticas. Incluso lo hizo en alguna grabación de la orquesta. Por eso se manda ese cacho de tango con el estilo Pugliese y el troesma lo acompaña zapateándolo, como hacían sus músicos y sus seguidores. Se lo nota feliz a Don Osvaldo.
Alberto Morán hace esa inolvidable parte de El abrojito, como si estuviera cantando con Pugliese o acompañado por la orquesta de Cupo en los 50. Y pone todo, como siempre hizo para deleite de su gran público, especialmente las damas. Y así van desfilando todas las figuras. José Basso pide Ahi va el dulce, de Juan Canaro, porque lo usaba de fondo, como presentación de su orquesta.
Son diez minutos de volver a vivir momentos inolvidables transcurridos con todos estos personajes del Tango. Y reiero mi agradecimiento a la gente poseedora del material: TANGODEORO, por haberlo puesto a disposición de los tangueros para que se inunden de recuerdos imborrables.
¡Buen fin de semana!
dicen que todo pasado fue mejor tal vez cuando lo viviamos en la risueña epoca de la juventud? no...... fue mejor porque era mejor.... hoy en tv minga de gotan salute juan--
ResponderEliminarÉ vero, Juancho...
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