Aunque no tenga un lugar destacado en la memoria colectiva tanguera, Spitalnik fue un músico de gran intuición, con algunos estudios, que a sus 11 años de edad, tocaba en el conjunto juvenil que dirigía ese gran maestro Alejandro Junnissi, que lo orientó y que incluso le prestó el primer bandoneón que tocó este porteño del barrio de La Paternal.
Hijo de humildes inmigrantes lituanos; la que sería su madre, llegó a la Argentina para juntar algún dinero y posibilitar el posterior viaje de su novio. Con él se casaría en Buenos Aires, cuando cumplieron las Bodas de oro y luego de tener ocho hijos argentinos. Ismael se dedicó a la música con afán, y Jacobo Fischer le daría clases de armonía, que le servirían para destacar como un gran innovador en la superación de las orquestas que vino con el fermento de los años cuarenta.
Lavallén, Demarco, Pugliese, Ruggiero y Spitalnik |
Pasó por la filas de la orquesta de Juan Carlos Howard y Mario Landi, que actuaban en el cabaret Sans Souci y entró a la puerta grande del tango, cuando ingresa como segundo bandoneón en la orquesta de Ángel D'Agostino en 1940. Allí comienza a perfilar su futuro de gran arreglador. Lo increíble es que, paralelamente a su trabajo de músico se diploma de químico industrial.
Cuando estaba con D'Agostino da a conocer su primera obra: Todo terminó, con letra de Mario Soto (que era presentador de la orquesta de Pugliese), y en colaboración con Alfredo Attadía. Lo grabó D'Agostino con la voz de Angelito Vargas el 14 de diciembre de 1942.
Un año más tarde lo convoca Horacio Salgán para su formación y ya ocupa el atril del primer bandoneón. Es la época en que prueban a Edmundo Rivero y se quedan asombrados con la enorme categoría del cantor que llegó tarde al éxito, mereciéndolo mucho antes. Spitalnik se irá con Miguel Caló cuando se produce la desbandada de la Orquesta de las estrellas, y en seguida sucederá a Ástor Piazzolla como director de la orquesta que acompaña a Fiorentino.
Esta experiencia junto a Fiore, de quien fue gran amigo, le sirve para volcarse en el acompañamiento de cantores como Raúl Iriarte, Aldo Calderón o Hugo del Carril. A la vez se tomó un largo descanso para dedicarse a componer y arreglar. Lo hizo para las orquestas de José Basso, Francini-Pontier, Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese y otras.
En 1946, dirigiendo la orquesta que acompaña a Fiorentino |
Bastaría escuchar algunos arreglos que hizo para la orquesta de Pichuco, para calibrar su enorme categoría: La viajera perdida, Orlando Goñi, Ojos negros o Cafetín de Buenos Aires. También trabajaba en orquestaciones standard para la Editorial Julio Korn con las que pudo contribuir al desarrollo de las nuevas ideas musicales que iban mostrando las orquestas.
Después de varios años alejado de los escenarios, Osvaldo Pugliese lo llamó para integrar su orquesta a mediados de los cincuenta. Hay comentarios nefastos que adjudican a la imposición del Partido Comunista, su integración al conjunto de Pugliese, de quien era correligionario. Como si no hubiese acreditado capacidad de sobra para ocupar ese sitio. Años de trabajo permanente y giras por Japón y otros países, le llevarían a dejar la orquesta para estar cerca de su familia.
Aunque volvería con su Septimino y más viajes exitosos por todo Japón con el mismo, tiempo después. Spitalnik no deja una gran obra como compositor, pero sus títulos avalan su valía en ese apartado: Además de los citados: Fraternal, Gente amiga, Anónimo, San Pedro y San Pablo (con letra de Julio Huasi), Bandoneón melancólico, Bordoneos, El troesma (dedicado a Pugliese), Duendes en la noche, Historias, Juan Pueblo, Presencia tanguera, Nostalgia bardiana, Un simple vals, Juan Tango, Vivir con todo y algo más (con Amanda Velazco) o Vacío (con Mario Soto), entre otros.
Spitalnik al final, con su septimino |
Quiero recordar a este excelente músico, que se retiró tempranamente, y lo hago con dos joyitas suyas: Fraternal, título que alude a su sentido progresista y sentido de la amistad. Lo grabó entre otros Alfredo Gobbi con su orquesta el 26 de agosto de 1954. Y dedicado a los músicos de la orquesta de Pugliese: Gente amiga, que éste dejaría en el disco con su orquesta el 2 de enero de 1958.
Fraternal - Alfredo Gobbi
04- Gente amiga - Osvaldo Pugliese
que musicos gloriosos que nos dio el gotan yo era un purretito cuando en la mesa familiar nos juntabamos y todos se admiraron por esa version unica de la viajera perdida que en la voz de corsini que la grabo años antes era una pieza mas y con ese arreglo y la magia de pichuco que estaba bien entero hicieron con la voz de rivero algo magico distinto glorioso.creo que el primer arreglo que le hizo al gordo fue el tango la mariposa.si afinas los oidos en el final de la viajera figari se manda unas notas que se asemejan a una ondina en el agua y que me trae ciertas reminiscencias de la musica del noruego grieg cuya musica se inspiraba en el sonido del mar y noruega de donde era oriundo es un pais maritimo por excelencia. pichuco maestro por excelencia en la interpretacion del tango cancion lo hizo lucir a rivero en una version para la historia y que tangazos los de spitalnik gente amiga por pugliese me conmueve hasta los tuetanos que brillante sonaba pugliese por esos años en fin esto pasaba en un buenos aires irrecuperable como los musicos y cantoras de esa epoca irrepetible que de cosas hermosas pasaron por estos lares dos dias despues de escuchar este tango con siete añitos me llevaron a ver a independiente y ese dia jugaron juntos de la mata ya veterano y cecconato que tiempos,gracias a mis viejos por haber nacido aqui y dichosos los que viviero su juventud en los 40 y parte del 50 despues de ahi nos descularon abrazo tanguero salute
ResponderEliminarLa primera vez ue lo escuché por Pichuco, se me cayeron las medias. Y yo era un guacho.
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