Acompañó incluso al bailarín Julio Bocca y al Ballet argentino en Estados Unidos. Su curriculum es interminable, pero después de la Filarmónica del Colón bastaría sumarle a grosso modo su actuación en el Quinteto de Cámara Ensamble del Plata, la Dirección de la Orquesta Estable del Tango de la Ciudad de Buenos Aires y de la Orquesta Escuela de Tango, en la que también militó como violín solista.
En una charla que tuvimos el año pasado en Madrid cuando vino integrando la Selección Nacional de Tango con Ariel Ardit como cantor, me recordaba a toda su familia proveniente de un pueblito italiano de la Toscana. Y contaba que el padre le impregnó su afición por el violín, que tocaba con piezas de su país natal. "Esos sonidos me parecían contener algo de misterio, de nostalgias, de sus raíces, unas melodías muy propias y cálidas. Pero cuando encontré el tango, descubrí otra cosa distinta, una profundidad que me obligó a seguir en él, a zambullirme y estudiar".
En mayo de 2013 en el Bellas Artes de Madrid con Mauricio. |
Y ahí sigue hasta que las manos, las orejas o el cuerpo digan: basta. Porque ha gastado infinidad de pasaportes y sigue usándolos. Con Salamanca y Marconi estuvo en Japón como primer violín, y luego con su propio Octeto recorrió todo el país nipón. Con apenas 16 años ya entró a formar parte del álbum tanguero. Se alineó en orquestas de mucho peso: Francini, Gobbi, Argentino Galván, Miguel Caló, Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese, Atilio Stampone y otros con los que recorrió el mundo.
Pane, Garello, Marconi y Marcelli en París. (Foto Ana Morán) |
Yo los dejo con dos excelentes versiones del Quinteto, que vienen en ese CD. El tango de Agustín Bardi: Gallo ciego, y el valsecito de Francini-Stamponi y Homero Expósito: Pedacito de cielo.
01- Gallo ciego - Quinteto Marcelli
10- Pedacito de ciello - Quinteto Marcelli
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