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lunes, 14 de abril de 2014

Dioni d'Amaral

O acaso aquel romance / que solo nombra / cuando se pone triste / con el alcohol...

Esta extremeña nacida en La Mancha española como Dionisia Gómez Amelia,  pero criada en ese pedazo de tierra que linda con Portugal y Andalucía, comenzó a cantar tangos en el 2000. Había regresado a su país el argentino que la había enamorado en Extremadura y le dejó impregnados todos esos sentimientos que genera el tango y que bucean en el desamor.

Más, muchísimo más extrañan mis manos extrañan mis manos tus manos amantes...

                            

En realidad, ella se había preparado para otra cosa ya que cosechó una vasta cultura y es doctora en geomorfología, lo que la llevó a impartir sus conocimientos en diversos congresos internacionales del género. Su madre portuguesa, le transmitió su cariño por el fado y su padre los entresijos de la copla andaluza. La música la llevaba puesta y cantar era un pasatiempo necesario para su alma. Incluso comenzó a cantar el tango con un grupo español, en el que fungía un acordeón en lugar del bandoneón. Y recuerda que su primera interpretación fué el recitado de Apología del tango.

¿Por qué / me atormento por vos / y mi angustia por vos / es peor cada vez?...

                                       
Anclada en Buenos Aires, instalada en un departamento del barrio de Palermo, decide cantar y contar las imágenes que el tango atesora con fidelidad de crónica, sobre todo  cuando narra las peripecias del desamor. Coincide con su paisano Ramón Gómez de la Serna, en el momento en que éste "siente que el tango merece respirarse, que él no se conforma con menos y que, cuando te atrapa, nada puedes hacer para defenderte..."


La abandoné y no sabía / que el corazón me engañaba / y hoy que la vengo a buscar / ya no la puedo encontrar... /¡A dónde iré sin su amor!

                                   
Así aprendió a mirar, a amasar sus ganas, y su representación del tango pasa a ser el resultado de una necesidad expresiva. Secundada por las guitarras de Jorge Caruso y Guillermo Martel (apellidos bien tangueros), más el bandoneón de Alejandro Guerschberg, descubre que el desgarro del tango, de la copla andaluza y el flamenco mismo, han abrevado en una misma fuente nutricia: la del dolor y el desengaño. Y entonces saca un disco "Malquerer de tango y copla", en 2012, donde mezcla tangos acoplados con coplas tangueadas. El quejío que brota de su garganta, lo lleva en su venas y en el resultado final convergen los protagonistas del pasado convertidos en fantasmas.

Hoy estarás / como nunca lejos mío, / lejos de tanto llorar...

                            
Confiesa que le apasiona la historia del tango y su imaginario y ha indagado en su larga historia. Todo ello la lleva a participar en tertulias y congresos donde se discute desde la raíz, la fuerza de su música y lo tremendo de una poesía que  ha cautivado a gente del mundo entero. Sobre todo percute en él  una drástica melancolía por todo aquello que se lleva el paso del tiempo.

Vamos a escucharla en el tango de José María Contursi y Armando Pontier: Tabaco. Y en el vals de Homero y Virgilio Expósito: Absurdo.

05- Tabaco - Dioni d'Amaral

14- Absurdo - Dioni d'Amaral 





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