Le dedicamos este espacio a un galán-cantor, de voz pequeña e incurable vibrato,
que paseó sus artes de torcan y seductor por numerosos países: Carlos Viván
(1903/1971)
Se
llamaba Miguel Rice Treacey, era descendiente de irlandeses y, a la par que
trabajaba en el Ferrocarril Oeste, Unión Telefónica, o de administrador de una
compañía inglesa por su fluido dominio del inglés (ganando mucho dinero por
ello), también alternaba con el fútbol. Su espigada figura y buena técnica del
llevaron a militar en las filas de Estudiantil Porteño (en la canchita de
Campichuelo y Gaona), Huracán y Ferro Carril Oeste, como
centrehalf.
Pero
pudo más su pasión por el arte, la noche y la bohemia. Debutó en una compañía de
revistas en el viejo Teatro de la Ópera con Manuel Romero. Siguió con otras
compañías y el tango lo enganchó jovencito,
incluso.
Debutó en el disco con
la orquesta de Juan Bautista Guido, el lecherito, en diciembre de 1927. Pasó por los conjuntos
de Brignolo, Maffia, Bonavena, Fresedo, Donato, Firpo y fundamentalmente con
Juan Maglio Pacho, con el cual
estuvo más tiempo. Dejó unas 150 grabaciones.
También quiso comerse el
mundo y estuvo casi dos años en la compañía de revistas de Casino de Urca
en Río
de Janeiro, donde acreció notablemente su número de conquistas. Incluso le
consiguió a Juan Carlos Cobián que estaba de bohemia por allí, la dirección de
la orquesta del Casino. Y filmó dos películas.
Pasó por varios países y
se radicó en Norteamérica. En Nueva York cantó tangos, jazz, presentó todo tipo
de espectáculos en los grandes clubes nocturnos y al final regresó a Buenos
Aires porque lo llamaba su madre y la nostalgia. Por eso no volvió a viajar. En
1938 cantaría con la orquesta de Julio De Caro dejando 5 registros.
Creó una serie de temas
hermosos, especialmente: Cómo se pianta la
vida, -quizás su propia confesión- que grabó con Pedro Maffia. . Y
destacadas como Domani, Hacelo por la
vieja (¿otra confesión?), El
barco María, Palomita mía, la vida es corta, Milonga para Gardel, Vivián de París, ¿Y entonces que
más querés?, entre otras. Fue letrista o compositor, según los
temas.
Alberto Castillo lo
adoraba y grabó varias de sus letras. Nos contaba una tarde en los baños turcos de
Colmegna que cuando le grabó Cómo se pianta
la vida, con Tanturi, a Viván se le piantaron dos lagrimones y lo abrazó
emocionado.
Fue muy querido y
respetado en el ambiente tanguero. La noche, el güisqui, los amigos y las
mujeres fueron su metejón. Así vivió y murió una fría mañana de invierno de 1971
en el Hospital Británico.
Les dejo dos temas. El
primero, cantando Viván con Maglio, el tango de Di Sarli y Carrera Sotelo:
Milonguero viejo (que Di Sarli
dedicó a su ídolo: Osvaldo Fresedo). Y Alberto Castillo con Tanturi: Cómo se pianta la vida.
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