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jueves, 24 de abril de 2025

Tan solo por verte

 Los tangueros volvemos siempre sobre nuestros pasos, los que dimos en la milonga y los que nos foguearon en la radio y el tocadiscos. Y aunque pasen los años, siempre los recuerdos nos embridarán en algún tema que nos enredó en sus telarañas, o en esas instantáneas de la vida diaria  que tienen un efecto estimulante, por todo lo que representó en nuestras experiencias tangueras.

Muchas veces, al escuchar las antiguas grabaciones nos reencontramos con la energía que brota de esas historias con los versos anclados en el tiempo. La elaborada sencillez de la poesía del tango, una vez envuelta en la música e interpretada por voces llegadoras, nos plantean una escucha atenta y es cuando descubrimos una vez más la supervivencia infinita del género.

Los recuerdos difusos vuelven a introducirnos en una sensibilidad que no se inhibe. Los sentimentalismos en que nos embrocan esos discos que guardamos celosamente, y cada tanto volvemos a "descubrirlos", nos atiborran de recuerdos. El embrujo de la poesía, el imán milonguero de la música, nos arrastran por los vericuetos de la época y se convierten en una puerta al infinito.

                                         


Y es que al escuchar el tango que hoy traigo a la página me zambullo de lleno en mi etapa juvenil cuando comenzaba a aprender a bailar tango con los muchachos de la barra. Los programas radiales dedicados al tango nos llenaban el alma con las grabaciones permanentes. En este caso, de la orquesta de Francini-Pontier, que arrancaba fuerte en una etapa de decaimiento para los conjuntos tangueros. 

El cantor uruguayo, Julio Sosa, que se consagraría con esa formación, aportaría al género un estilo diferente, comunicativo y temperamental. Además acompañando su voz grave con el gesto, lo que lo haría todavía más llegador. Le dio incluso realce a la orquesta y así no sólo actuaron en numerosos clubes y en radio, sino que junto a Podestá, Rufino y Berón fueron vitales en la trayectoria del conjunto.

El tango del título fue compuesto por Alfredo Lorenzo -un poeta casi desconocido en el ambiente- y el destacado contrabajista Fernando Cabarcos. Y aunque no haya tenido mucho recorrido, considero que vale la pena recordarlo y escucharlo atentamente. El verso muestra al personaje que se siente avejentado y perdurando su amor hacia aquella chica de la juventud a la que aún sigue buscando.

Al mirar mi cara en el espejo
he sentido un poco viejo
el corazón.
Mis pasos rumbeé para el recuerdo
muerta la esperanza
la ilusión.
Gambeteando cuadras fui a la esquina
recordé mi chiquilina
nuestro amor.
Fue mi pretensión, tan solo verte
y en mis ojos retenerte
primer amor.

Envuelto en remolinos reminiscentes por el devenir del tiempo, el reencuentro se produce con reversos inesperados. La parábola del destino no sólo frustra sus sueños amorosos, sus vislumbres de una trama de dulzuras reconstruida, sino que las cicatrices palpitantes se ven envueltas en una montaña rusa emocional, cuando descubre la realidad de sus sueños estrellados.

Creí que la vida
de mí se burlaba
cuando alegremente
te vi aparecer.
Quise ir a tu encuentro
traté de llamarte
y herido gritarte:
"no me conocés".....
Un ángel muy rubio
corrió hasta tus brazos
se hundió en tu regazo
te llamó mamá.
Y al verte dichosa
feliz me he sentido
y al barrio querido
no he vuelto jamás.

Todo estaba igual, nada cambiado
el balcón tan perfumado
donde soñé.
Descuidé tus besos, tu ternura
tras la aventura
me alejé.
Supe a la distancia tu valía
y al volver ya no eras mía
sólo quedé.
Se alejaba el sol como tu vida.
y en la tarde ensombrecida
me marché.

Y aunque los versos cantados enteros son algo largos,  vale la pena volver a escuchar la versión de Francini-Pontier, con la voz de Julio Sosa,  grabada el 11 de mayo de 1950.

                                      




martes, 22 de abril de 2025

PAPA FRANCISCO

 Bailador de tango, pasión por el fútbol y cocinero para su familia: datos curiosos que no sabías del papa Francisco

Un papa que baila tango, cocina pizza y tiene alma de poeta: Francisco fue mucho más que un líder religioso. Descubre secretos sorprendentes del papa que desafió todas las expectativas, desde su pasión por el fútbol hasta su cercanía con los más humildes.

¿Qué tienen en común un fanático del fútbol, un ferviente amante del tango y el líder de 1.300 millones de católicos? La respuesta es Jorge Mario Bergoglio, conocido hoy como papa Francisco. Con un estilo único, alejado de las formalidades tradicionales de la Santa Sede, Francisco ha dejado su huella no solo en la Iglesia Católica, sino también en el corazón de los fieles, a través de sus gestos de humildad, carisma y cercanía.

                                       


  

Pero detrás de la sotana y la mirada profunda, había un hombre lleno de curiosidades que no dejaban de sorprender: desde su pasión por el fútbol argentino hasta su amor por la poesía y el cine, pasando por anécdotas que contrastaban con la imagen solemne que proyectó desde su designación, el 13 de marzo de 2013. Quizás lo que más sorprendió al mundo fue la elección de un papa latinoamericano, el primero en la historia. El propio Bergoglio, en su primer discurso, se refirió a su origen con una emotiva referencia a "un continente lejano", de donde viene "el papa del fin del mundo". Y hoy, a través de estos diez datos, descubrimos aspectos de su vida que, quizás, nunca imaginaste sobre el papa más cercano, el papa del fin del mundo.

Francisco: un papa con nombre y misión de pobreza y respeto por la tierra.                

Cuando Jorge Bergoglio eligió su nombre papal, Francisco, no fue una decisión casual. Optó por rendir homenaje a San Francisco de Asís, el santo italiano conocido por su vida de pobreza extrema, su humildad y su profundo amor por la naturaleza y los animales. Esta elección no solo reflejaba la admiración de Bergoglio por la figura del santo, sino también su deseo de marcar un claro rumbo para su papado, basado en la cercanía con los más desfavorecidos y en un enfoque renovado sobre el cuidado del medio ambiente.

El papa Francisco: un auténtico hincha del fútbol argentino

Cuando se menciona a un papa, uno de los primeros pensamientos es la religiosidad y la solemnidad. Sin embargo, Francisco rompió ese molde al confesar su pasión por el fútbol, algo no muy común en los altos círculos eclesiásticos.

Su amor incondicional por el San Lorenzo de Almagro, uno de los equipos más importantes de Argentina, lo convierte en un hincha auténtico. De hecho, muchos se sorprendieron cuando, en una audiencia general, mostró con orgullo su camiseta del club y declaró que el fútbol es "una gran pasión" en su vida. En una sociedad donde los líderes religiosos suelen alejarse de la vida cotidiana, Francisco supo acercarse a sus feligreses a través de una pasión universal.

El papa que bailaba tango

Un papa con gusto por el tango: parece increíble, pero es cierto. Jorge Bergoglio siempre estuvo vinculado a la cultura argentina, y el tango es un emblema de su país. En su juventud, disfrutaba del baile, aunque admitía que su estilo no era el más "elegante". Si bien nunca se consideró un bailarín experto, sí disfrutaba de los compases y las melodías que llenaban las calles de Buenos Aires.

Años después, como papa, ha mostrado su devoción por este género musical y por figuras como Carlos Gardel, el icónico "zorzal criollo". En diversas ocasiones, ha mencionado su aprecio por el tango, recordando con cariño sus días de juventud y la importancia de esta música que, más allá de las fronteras de Argentina, une corazones al ritmo de su pasión y nostalgia.

Su pasión secreta por la poesía y la literatura

Más allá de la imagen pública del Papa Francisco como líder espiritual y hombre de fe, se esconde un amante de la poesía y la literatura. Durante su pontificado, Francisco ha compartido en diversas entrevistas su pasión por los libros, revelando que, en su tiempo libre, se sumerge en las páginas de autores que le inspiran tanto intelectualmente como espiritualmente. Entre sus escritores favoritos se encuentran el poeta argentino Martín Fierro, un ícono de la literatura gaucha, y el clásico francés Flores del mal de Charles Baudelaire, cuya poesía exploraba los oscuros rincones del alma humana.

La poesía, para Francisco, no solo era una forma de expresión artística, sino también un medio para acercarse a los misterios más profundos de la vida y la existencia humana. En varias ocasiones, el papa ha hablado sobre cómo la poesía le permitió conectar con lo que está más allá de las palabras del Evangelio, invitándole a reflexionar sobre la belleza, la melancolía y el sufrimiento humano. En sus momentos de soledad, lejos del bullicio del Vaticano, Francisco encontró consuelo en los libros, abrazando el silencio literario como un refugio personal, más allá de su rol papal.

Miriam Méndez (Sintetizado)



martes, 15 de abril de 2025

ERNESTO FAMÁ

 Pese a no alcanzar el suceso de otros cantores, este intérprete con el que vuelvo hoy, dejó más de 300 grabaciones. Lo curioso es que en su apogeo, lo que utilizaban las orquestas era el estribillista, es decir: el que cantaba solamente la segunda parte del tema, o refrán, o estribillo. Si bien este porteño del barrio de San Cristóbal comenzó cantando en el teatro, pasaría por la orquesta de Osvaldo Fresedo y el sexteto de Carlos Di Sarli con el que grabó 9 temas entre 1930 y 1931.

La consagración le llegó con Francisco Canaro, cuyo arrastre era realmente notable. Aunque su estilo era muy similar a los chansonniers de entonces, e incluso no afinaba del todo bien, tuvo su cuarto de hora de fama. Porque apenas cantó durante catorce años y cuando contaba 35 años de edad ya estaba retirado del mundo del espectáculo.

Soy un arlequín" by Carlos Di Sarli
Ernesto Famá cuando cantaba con el quinteto de Carlos Di Sarli

En el mes de julio de 1977, el historiador tanguero Oscar Zucchi le realizó una entrevista en la cual el cantor le dice: "Nací en la zona del mercado Spinetto y de muy pibe ya estudiaba canto con el maestro Francisco Corbani. Ocurría que era mi maestro de música en la escuela primaria... Y también era profesor del teatro Municipal infantil "Lavardén", en el cual yo era  el primer actor y cantor...".

"De muchacho pretendí ser escribano pero duró muy poco. Abandoné por el gran rey del tango que fue Carlos Gardel. Lo admiraba sin conocerlo personalmente. Mi primer experiencia profesional fue en una obra del teatro Nacional. Mi padrino era Jefe de Policía, quien me consiguió una prueba en el Teatro. Fui un día al escritorio de Pascual Carcavallo, que era el director, estaba detrás del escenario y allí me presentó a Claudio Martínez Paiva y al músico Atilio Supparo.

Se apareció el guitarrista Rafael Iriarte ("El Ratita"), que le decían así porque era muy chiquito de cuerpo, y canté su tango "Trago amargo". Acto seguido, como sabía recitar -en el Lavardén tuve de maestra a Alfonsina Storni-, me mandé "Las tristezas del Inca", de Santos Chocano. Me aceptaron. Había necesidad de estrenar una nueva obra porque la que estaba en cartel debía bajarse por el embarazo de Libertad Lamarque, que ya era una gran estrella.".

Osvaldo Fresedo viajaba con su orquesta a París en 1928 para actuar en en el cabaret "El Garrón", donde Gardel ya se había ganado a numerosos admiradores. El Garrón estaba en el segundo piso de la Rue Fontaine numero 10. Era la re inauguración del famoso cabaret y el dueño ofrecía 35 mil francos semanales a la orquesta que estaba integrada por Fresedo, Alberto Rodríguez y Luis Minervini en bandoneones, . Adolfo Muzzi y Jean Koller en violines, el bajo Humberto Constanzo, José María Rizzutti al piano y Ernesto Famá. También actuarían en España. 

            En la sección Rinconcito arrabalero escucharemos la voz de Ernesto Famá –  Hasta que el Cuerpo Aguante                    Francisco Amor y Ernesto Famá con el director de la orquesta: Francisco Canaro

Al regreso Famá grabó unos temas para la RCA Victor y también tres tangos con el sexteto de Carlos Di Sarli. Francisco Canaro lo estuvo buscando para tratar de incorporarlo a su orquesta, una vez comprobada su evolución, y aprovechando aquellas temporadas en que lo orquesta estaba presente en las Comedias Musicales de los años treinta.

Así fue que intervino con la orquesta en "La muchachada del centro" (1932), "La canción de los barrios" (1934) y "Rascacielos" (1935). Algunos de esos temas que cantó en el teatro fueron llevados al disco: Te quiero, Toda mi vida, El tango de la mula, El Tigre Millán. Y ya su fama había crecido lo suficiente como para independizarse, con el visto bueno de Canaro que lo aconsejó en ese aspecto.

A partir de allí, Famá haría varias giras por distintos países de América. Trabajó en cine, aportando su experiencia teatral como actor y cantor: "Ídolos de la radio", "El alma del bandoneón", "Loco lindo", y también regresaría a la orquesta de Canaro, donde haría dupla de voces con Francisco Amor. Incluso con éste formaría su propio conjunto que dirigía musicalmente Federico Scorticati. También lo haría Alberto Gambino.

Se retiró muy pronto de los escenarios y del tango. Apenas contaba 35 años. Una tarde en el Café "El Águila" de la calle Lavalle, yo estaba con Julián Centeya, llegó él y se sentó un rato con nosotros. Le pregunté por que dejó de cantar tan joven. Sonriendo, me respondió: "¡Es que había cada nene ya en el tango!" Y además de su admiración reverencial por Carlos Gardel, manifestó su especial gusto por Ángel Vargas: "Lleva el barrio en el alma y lo dice como nadie...", remató.

Dejó grabaciones con varias orquestas de los sellos discográficos. Con Fresedo, Francisco Canaro, Juan Canaro y otras formaciones dejaría en total unos 320 temas en el disco. Acá lo recordamos con la orquesta de Pirincho Canaro en este valsecito de Miguel Bucino: "Cuatro palabras", grabado el 9 de mayo de 1941.

                            


 Y también en este tango de Manuel Romero y Francisco Lomuto "Tango amigo", llevado al disco el 25 de octubre de 1939.

                                          






sábado, 12 de abril de 2025

Bailarín compadrito

Ya hablé en otras notas de mi estimado amigo Miguel Bucino, con quien compartí tardes turfísticas en el Hipódromo de Palermo y también en diálogos tangueros. Porque en el programa radial "Dialogando con swing", que yo compartía con Osvaldo Papaleo, lo tuvimos toda una mañana y ahí aproveché para sonsacarle la entraña de muchas de sus creaciones que tuvieron notable repercusión.

Bucino era bailarín milonguero y también tocaba el bandoneón aunque sus ilusiones con el fueye fracasaron cuando Canaro lo probó y le dijo que fuera a aprender con Minotto, que le daría algunas clases. Y así lograría luego logró convencerlo como bailarín y estaría varias temporadas teatrales luciendo su arte en las comedias musicales de Canaro-Pelay. 

                                                 

                                                Con El Tango En Las Venas - Durante 1927, cuando Julio De Caro viajó a Río  de Janeiro contratado para actuar en el Copacabana Palace Hotel, incluyó a  Miguel Bucino entre sus                                                                                                                                    
Estuvo en Brasil con la orquesta de Julio De Caro en 1927 y allí dio clases de baile a muchas personas. Con la compañía de revistas de Luis Bayón Herrera y Manuel Romero se presentaría en Madrid y París, luciendo su prestancia milonguera. Volvería a Europa con Canaro, y ya hacía de una especie de secretario suyo, y de paso daba las clases. Pero también había comenzado a componer tangos.   

Entre los primeros temas que dio a conocer estaba el que lo consagraría, y en el que reflejaba su pasión: "Bailarín compadrito". Lo compuso en 1929 y se lo llevó a Gardel, su ídolo. Pero Razzano, que era entonces el representante de su ex compañero, lo leyó, no le gustó y lo guardó. Mario Pardo (cantor-poeta-compositor) se lo llevaría luego al gran cantor, contándole lo que había hecho Razzano -cosa que molestó  mucho a Gardel- quien lo cantaría y llevaría al disco.

Gardel y Bucino frecuentaban mucho el Hipódromo e incluso el galán-cantor le entregaba el dinero para que sacara los boletos de los caballos que apostaba. "Me tenía de mandadero...", contaba luego Miguel. Pero tenía una deuda moral muy grande con el gran cantor porque la grabación que hizo éste de "Bailarín compadrito", le sirvió de palanca de arranque para el futuro compositor.

                                                      Tangos al bardo: Miguel Bucino

Ese mismo año -1929- Francisco Canaro, cantando Charlo, también llevó al disco "Bailarín compadrito" y le dio otro importante empujón. Incluso lo grabó 14 días antes que Gardel. Miguel Bucino tenía 24 años de edad y ya mostraba cartas ganadoras como poeta-compositor de temas de éxito. Fue realmente un impacto y un cheque en blanco para el futuro creador de tangos-milongas y valsecitos que harían historia.

Podría citar algunos de esos temas que prendieron en el cuore de los tangueros: Lo pasao pasó, Tedio, Que me quiten lo bailao, No va más, El corazón me engañó, Olvídame,  Amarroto, Una carta, Decile que vuelva. El valsecito Cuatro palabras. Las milongas El viento me cuenta cosas, La mañana, Mucho mucho, Milonga del corazón....

 

Y escuchamos su tango "Bailarín compadrito" en la versión de D'Arienzo-Laborde, grabada el  14 de diciembre de 1973.

                       



 


sábado, 5 de abril de 2025

MILONGUITA

    Puede repetirse aquí la pregunta tantas veces formulada de si "Milonguita", la inspiradora de los versos perdurables de Samuel Linnig, fue una muchacha de carne y hueso que siguió el itinerario no muy ejemplar trazado en el tango, o, por el contrario, simbolizó la imagen de un infortunio frecuente en las pibas conventilleras a partir de la década del '20, en Buenos Aires.

Lo único cierto es que su figura, después del descubrimiento de aquel periodista, crítico y autor teatral uruguayo, sirvió a la manera de una veta generosa para cien versiones distintas en la forma de la milonguerita que raja para el centro, puesto que en el fondo no podía variar en cuanto en todos los casos era el mismo punzante drama de la miseria o la ignorancia.

                                     

Pueden anotar entre los menos olvidados de una larga lista, los tangos siguientes que insistieron en el tema: "Margot", "Audacia", "Flor de fango", "El motivo", "Galleguita", "Muñeca de carne", "Che, paupusa oí", "Desdichas", "La muerte de Milonguita", "No salgas de tu barrio", "La maleva", "Pobre milonga", "Mano cruel", "Santa Milonguita", "Alma de loca", "Melenita de oro" y "Loca".

Todos, sin excepción, giraron en torno de la anécdota que conformó una parte de la realidad de un momento en le vida porteña y de la que, naturalmente, el sainete no podía renunciar a su aprovechamiento para forjar la historia que se desenvolvía en la escena, culminada muchas veces en el  cabaret, meta obligada de las protagonistas que dejaban el convoy, el percal y el hambre, atraídas por las luces de las noches de farra y placer, las alhajas, las sedas y el champán, según se caracterizó en el reiterado dibujo.

En verdad, quien inauguró literalmente la fuente milongueril fue Evaristo Carriego en "La canción del barrio", que incluye "La costurerita que dio aquel mal paso", "La enferma que trajeron anoche", "Por la ausente", "La vuelta de La Caperucita" y "La que hoy pasó muy agitada", poemas que  contienen en sustancias las aristas fundamentales de "La pebeta más linda'e Chiclana", como cantó el creador del modelo, no se sabe si movido por una Esthercita real y visible.

Ni Enrique Delfino, a quien se debieron los compases pegadizos de la música, pudo atestiguar de qué recurso se valió Linnig para escribir las sencillas pero emotivas estrofas que en la noche del 12 de mayo de 1920, en el teatro de la Ópera, se oyeron por primera vez en la interpretación de María Esther Podestá durante el estreno de "Delikatessen House".

Lo que se sabe con seguridad es que Linnig, a raíz del resonante éxito de su tango, le dio forma eascénica a "Milonguita", puesto que se presentó como un sainete que llevaba ese nombre a un concurso organizado por el diario "Crítica". Al premiárselo el jurado, ganó el derecho a subir al proscenio, como ocurrió, en efecto, en 1922.

                                             

La compañía del Nacional, dirigida por Pascual Carcavallo, fue la encargada  de infundirle acción a la breve pieza en un acto, cuyo cuadro inicial se desarrollaba en "el patio húmedo y sucio de una vieja casa de San Cristóbal Sud, donde viven, en una promiscuidad miserable, varias familias. A foro, sobre la calle Chiclana, la cantina de Cirú...", etc. El personaje central era Esther, y por descontado, no pudo prescindirse de la canción que sostenía el argumento y a la que se agregó otro tango: "Melenita de oro". 

Samuel Linnig murió el 17 de octubre de 1925. poco antes se había aplaudido su obra postrera, "Puente Alsina", que incluía el tango "Campana de plata", con versos suyos. No pudo asistir, sin embargo, a su presentación porque ya estaba derrotado por la enfermedad que padecía. Pero Linnig no ha desaparecido, en rigor.

La vigencia de su recuerdo no ha conocido el debilitamiento pues se apoya en el frágil y angustiado - aunque en definitiva, conmovedor para el espíritu popular de todas las épocas- perfil de "Milonguita".

JOSÉ BARCIA ("Tangos, Tangueros y Tangocosas" - Editorial Plus Ultra - Editado en 1976)

(Esuchamos "Milonguita" por la orquesta de Alfredo de Angelis, cantando Carlos Dante. Lo grabaron el 11 de junio de 1953.)

                                         



                               

jueves, 3 de abril de 2025

Pichuco con T de Tango

 PRÁCTICAMENTE, a través de la docena de vocalistas, se ve como Pichuco ha sabido siempre elegir a su colaboradores. Dejando a un lado las dos magníficas voces actuales, algunos han grabado poco (Lozano, el mismo Olmedo) y otros casi nada (Amadeo Mandarino, que sólo registró el contracanto para Fiore en "Pájaro ciego", en los comienzos); otros se independizaron y son estrellas: Rivero, Marino, Casal... (Floreal Ruiz, con José Basso). A Fiore, el mismo Pichuco lo llevó a pulso hace poco más de tres años a su última morada; pero es significativo y ejemplar que este hombre no tenga enemigos entre quienes lo conocen bien, hasta el punto de que eso podría resumir nuestra biografía que ya termina. Cada vez que Pichuco celebra un acontecimiento grato, un debut, una despedida, un aniversario, todos sus ex vocalistas y su legión de amigos llegan a estar con él y a darle un apretado abrazo: es la cosecha que se obtiene de la buena siembra.

(Durante dos semanas estuvieron actuando en el show de la "Boite Lord" de San Pablo (Brasil), Pichuco y el famoso Tommy Dorsey,)

Sus obras son muchas, pero no demasiadas: unas treinta en veinte años, empezando por el primer tango en colaboración con Héctor Gagliardi, titulado "Medianoche". De allí en adelante escribió:

TANGOGRAFÍA COMPLETA Y TODOS SUS COLABORADORES

" Evocándote" 
" Toda mi vida"
"Y no puede ser*
" Con toda la voz que tengo " (milonga) 
" Barrio de tango " 
" Valsecito amigo" (vals)
" Total... pa' qué sirvo" 
" Onda brava" (orquesta sola) 
" Garúa" 
" Naipe"
" Compadre, qué le va a hacer" (milonga) 
" Garras " 
" María"
" Tres y dos " (orquesta sola) 
" Mi tango triste" 
" Romance de Barrio" (vals) 
" Sur "
" Che, bandoneón" 
" La trampera" (milonga) 
" Discepolín "
" Responso" (orquesta sola) 
" Una canción"
" Milonga que manda truco" (milonga) 
" Patio mío "
" Milonga del mayoral" (milonga) 
" Vuelve la serenata" (vals) 
" A Pedro Maffia" (orquesta sola) 
" De la Guardia Nueva" (orquesta sola) 
" La cantina " 
" Te llaman malevo " 
" La última curda"

Creemos que este es el orden cronológico exacto, por más que —ante nuestra insistencia— ni el mismo Pichuco lo asegura. Varios de estos títulos no están grabados por la orquesta del autor: "Medianoche" —aunque llevó a la cera otro tango de igual nombre— "Evocándote", "Y no puede ser", "Onda brava", "Compadre, que le vá a hacer", "Total pa' que sirvo" y "Milonga que manda truco". Dos orquestas ("A Pedro Maffia" y "De la Guardia Nueva") fueron grabados por Pichuco pero no con la orquesta sino con Roberto Grela.

Todo lo que no está especificado en contrario en la lista anterior es tango y con letra: Héctor Gagliardi, José María Contursi, Enrique Dizeo, José Razzano, Enrique Cadícamo, Homero Manzi, Cátulo Castillo, Astor Piazzolla, Homero Expósito son sus colaboradores... y por cierto que en la selecta escasez hay combinaciones para el recuerdo. La gente cita siempre "Barrio de tango" y "Sur", Pichuco mismo se inclina por "María"... pero el cronista tiene su corazoncito y no puede olvidar "Toda mi vida", "Garúa" y "Valsecito amigo", quizás como símbolos de una época que añoramos más cada vez. Armando Pontier con Pichuco, Julio De Caro con Aníbal Troilo, tangos de orquesta magníficos los dos, le testimoniaron una admiración que nosotros revalidamos.

ANÍBAL TROILO PICHUCO, EL CAMPEÓN DE LA POPULARIDAD En la dilatada dimensión del tango
Aníbal Troilo es uno de los pocos que. equidistantes de los extremos, ha sabido ubicarse en el punto justo de calidad que la evolución de esta expresión de arte exige. Supo alejarse de la pobreza de armonización que fué característica del tango en sus primeros tiempos. Supo alejarse también de las enmarañadas orquestaciones Modernas que desvirtúan por completo las melodías originales. Pichuco no es pasatista ni futurista. Es tango puro por dentro y por fuera y supo encuadrarse en el término medio que evidencia la superación musical que por gravitación de su preponderancia en nuestro acervo folklórico necesitaba el tango. No poco de existencialista. Por esa razón, su triunfo es indiscutible y su extraordinaria atracción lo ha convertido en el "Campeón de la Popularidad".

(Aquí está Aníbal Troilo Pichuco al frente de este "octeto" formado por tres bandeononistas, dos violines, bajo, piano y cantor. El pianista es Ángel D'Agostino y el cantor  ¡Alberto Echagüe!)

Aníbal Troilo Pichuco formó su propia orquesta el día 1º de julio del año 1937, cuando tenia 22 años de edad. Dio ese paso trascendental por un imperativo categórico de su amor por la música popular. Siempre le sonrió la Diosa Fortuna y su nombre creció semana a semana en las carteleras hasta alcanzar dimensiones insospechadas, ¿Será posible que al cabo de poco más de veintidós años Pichuco haya decidido poner punto final a su actuación al frente de su orquesta típica? La respuesta afirmativa es aventurada, pero no descabellada. ¿Cuál será la razón o las razones que lo impulsan a un renunciamiento semejante? Aquí se abre un serio interrogante que cerrará el propio Troilo dentro de muy poco tiempo. Queda una posibilidad en contra y es esta: que Pichuco recuerde en el instante decisivo que ¡TROILO SE ESCRIBE CON «T» DE TANGO...!
Fin.

ESTA PUEDE SER UNA DE LAS CAUSAS MAS FUNDADAS
Aníbal Troilo no está cansado ni cosa que se le parezca. Es un hombre joven y enamorado del tango y del bandoneón, con el que se tutea como con un hermano, Descartada esa causa, por improcedente, trataremos de buscar el motivo real. Es público y notorio que la orquesta típica es un mal negocio. Una prueba de ello la tenemos en las diversas giras por el interior, que se suspendieron a ultimo momento por aumentos excesivos de tarifas de músicos y de micros. Por otra parte, Pichuco intervino en "Copas y Tangos" y en "Serenata a mi barrio" con su bandoneón y ganó una fortuna sin complicarse la existencia. ¿Está claro


(Último capítulo de "Troilo se escribe con T de Tango", por Federico Silva, aparecido en la revista Cantando, el 19 de enero de 1960.)