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lunes, 30 de septiembre de 2013

Tango íntimo

Este sábado próximo, 5 de Octubre, inauguro nueva  Milonga en la Casa de Aragón, de Madrid. Y por medio de este Blog, convoco a los milongueros de España y europeos, que pasan por la capital de España, a disfrutar de una velada para darle gusto al cuerpo...y al alma tanguera.

Se llama TANGO ÍNTIMO y el nombre lo dice todo. Porque allí cohabitan acentos, voces y timbres; emociones y sentimientos.Y el deseo del baile flotando en el ambiente.





Y, de paso cañazo, como modelo para algunos bailarines asilvestrados que pululan en las pistas provocando roces, choques, atascos y demás, va esta lección del amigazo y gran bailarín  Miguel Ángel Zotto. Con su compañera Daiana Gúspero nos muestra cómo se baila al maestro Carlos Di Sarli. No le hace falta mucho espacio para ello. Los cracks bailan en una baldosa.


                                            


   

sábado, 28 de septiembre de 2013

Gloria y Eduardo y los estilos

Como milonguero, a veces discuto con algunos amigos que me hablan del "estilo Villa Urquiza" y lo hacen con gesto de asombro o remarcando aquello de"tango al piso, pechito contra pechito". Y yo les digo que éso lo aprendí de chico en mi barrio de Parque Patricios, y era lo primero que te enseñaban los muchachos más grandes. No mostrar las suelas, bien paraditos, elegantes y siguiendo el compás. Por que parece que en lugar de inventarse en mi barrio, como lo dicen varios documentalistas, se hubiese inventado en Villa Urquiza, dicho esto con todo respeto al barrio donde nací, y del que me fui siendo un bebé. Y del que incluso he visitado sus grosas milongas muchas veces.

Se trata de cuestiones de marketing como casi todo lo que rodea hoy día al tango y resulta que Copes era de Villa Pueyrredón, Virulazo de Mataderos, Gavito, de Avellaneda, el Negro Tin de Pompeya; María Nieves de Saavedra; Pepito Avellaneda de esa zona que adorna su apellido artístico, Miguel Ángel y Osvaldo Zotto de Villa Ballester, el Flaco Dani, de Belgrano; Petróleo de Villa Devoto, el Fino Rivera de Monte Castro, El cachafaz, de Balvanera, Eduardo y Gloria Arquimbau, de Parque Patricios, y así podríamos seguir dando nombres, grandes milongueros de todos los barrios.

En mi época jovencita, atravesado por esa fiebre milonguera recorrí todos los clubes importantes de la Capital Federal y algunos de la Provincia y puedo dar fe de que en todos los barrios había estilos definidos y muchachos que bailaban un fenómeno. Pero voy a aprovechar para darle la palabra a Eduardo Arquimbau, que venía a bailar a Huracán, frente al Parque Patricios, como su compañera Gloria y donde se reunía la gran muchachada milonguera de los años cincuenta. Gran parte de lo que recuerdan, lo viví yo y la firma de ellos me exime de más comentarios.

                                         

- De los Estilos Barriales

Aqui les hago llegar mis conocimientos sobre los estilos Barriales, es una historia larga pero muy rica, quizás me olvide algo, no sé, pero lo que recordé en este momento lo escribí a mi modo.

Los Estilos en el Tango.Desde su nacimiento al Tango se lo reconoció por las diferentes formas de bailarlo. Estamos hablando desde que su baile fue reconocido como Tango, a cada una de esas formas se lo llamó Estilo, comenzó con el Estilo Oriyero, lo siguieron el Canyengue, Salón, Familiar, Tradicional, hasta llegar a los años 40, Años que se sumó toda la juventud a bailar el Tango, entonces al cambiar la posición de la mujer, que pasó de bailar de costado a bailar de espalda en el recorrido de la pista, apareció el Estilo de Tango Cruzado. No fui yo quien lo llamó de esa forma, yo ya lo conocí así, se lo reconocía como diferentes estilos.
Fueron tantos los jóvenes que se incorporaron a bailar el Tango en los años 40, que todos los clubes de la capital y muchos de la provincia de Buenos Aires abrieron sus puertas para que dos veces por semana se hicieran prácticas de baile, entre muchachos.Todos los barrios tenían prácticas en los clubes mas Importantes, esa fue la razón por la cual con el correr del tiempo en cada uno de esas Barrios, fue apareciendo una forma de bailar que se podía diferenciar de los otros barrios. Esto se daba por que en cada práctica siempre había un bailarín mayor al que todos los jóvenes querían seguir por su forma de bailar. Eso pasaba en cada uno de los barrios, por lo tanto cuando una barra de jóvenes, íbamos a bailar a un barrio que no era el nuestro, se daban cuenta con mucha facilidad. De esa forma también se empezó a distinguir como Los Estilos de cada Barrio.

Esas diferencias que había. Por ejemplo yo aprendí en Pompeya, se bailaba con pasos largos, bien parados, elegantes.Cuando iba a los bailes de Avellaneda, su baile era con pasos más cortos y usaban mucho los giros. En las milongas de “Estrella del Sur”, en Valentín Alsina, la sorpresa no era solamente ver como bailaban, no, las chicas del otro lado del Puente Alsina, cuando terminaba la tanda, para que la acompañes a el lugar de donde la sacaste a bailar, como era costumbre, te tomaban del brazo durante todo el recorrido, y muchos se creían que la chica ya estaba ganada, pero no era así.
Con un par de amigos estudiosos de los diferentes Estilos de cada Barrio, nos tomábamos el Tranvía y nos íbamos a las prácticas del Club Pinocho en el Barrio de Villa Urquiza, su baile era de pasos medianos con giros y medios giros, con sacadas y contratiempos. En Parque de los Patricios, en el Club  Huracán se destacaban los fanáticos de Osvaldo Pugliese. Era un gusto ver como marcaban los tiempos con caídas y boleos. Después que el maestro estrenó el Tango “La Yumba” se escuchaba el marcado en el piso de madera yuuumm, yuuumm, era impresionante, con el pañuelito en la mano, depilados, maquillados con pancake y empilchados a lo Divito, un lujo.

                          

Tuve la suerte de muy joven de participar de un concurso de Tango en el Club Unidos de Pompeya, organizado por el famoso bailarín conocido como El Flaco Tin de la pareja “Tin y Sarita” Primeros bailarines de Aníbal Troilo, en la Revista titulada “El Patio de la Morocha
En ese concurso tan popular por aquellos tiempos, se presentaron parejas de todos los barrios de Buenos Aires Y también de la Provincia. Eso me dio la posibilidad de conocer los diferentes estilos de cada uno de los barrios, todos bailaban muy bien; cada pareja con su forma de bailar, todos éramos diferentes, eso era lo interesante de esa época, ninguno nos parecíamos.
A mí en esos tiempos me decían “Panchito” de sobrenombre Y con una chica llamada Elida, ganamos ese importante Concurso de Tango que duro 15 Semanas. Yo tendría unos 19 años, muy pocos son los que asocian a ese “Panchito” con el Eduardo de la Pareja “Gloria y Eduardo” solamente los que me conocen de pibe y todavía me dicen “Panchito”. Pero lo importante es que fue así como conocí parejas de diferentes barrios, que luego visité, como Villa Crespo, Villa Devoto, Chacarita, Floresta, Flores, La Paternal y muchos otros. Algunos ya los conocía porque concurría a sus milongas como La Boca, San Telmo o Barracas.

Todo esto era muy común hasta finales de los años cincuenta. En los años cincuenta pasaron muchas cosas que debemos Explicar muy bien para que lo entiendan. En principio y muy importante la mujer cambió su manera de ser, Hasta ese momento las madres acompañaban a sus hijas al baile. A las prácticas de Tango de los clubes solo íbamos los varones. Para poder entrar a un baile tenías que tener los 18 años cumplidos. Después de los años 55, permitieron que se organicen bailes para los jóvenes de 14 años.  Nosotros pasamos a ser los viejos que bailábamos el Tango.Las chicas de 16 o 18 años, comenzaron a participar de las prácticas de rock y algunos tangos, muy pocos. Las chicas ya iban a las Milongas solas, nunca más acompañadas por sus madres. A esos jovencitos que a los 14 años, los hicieron bailar músicas de otros países, les robaron el Tango. Pero les vendieron sus películas, les cambiaron los zapatos por zapatillas, el traje por Los pantalones de jeans y los dejaron mal vestidos y rockeros. Son los que ahora ni saben que el Tango es la música que nos representa en el mundo entero, piensan que los tangueros estamos locos.

La única ventaja que tuvimos los tangueros, fue que como ya a las chicas no las acompañaban más las madres, pudimos bailar más juntitos Y así nació el estilo de los años 50, ése es el estilo que los jóvenes mal llaman “Estilo Milonguero”.  Milonguero no es un estilo, milonguero se le dice a los que son habitué a ir a las milongas, pero los jóvenes nos veían bailar ese estilo y decían, yo quiero aprender a bailar así como bailan los milongueros. Y así bautizaron a esa forma de bailar.

El tema es que ya los jóvenes no se sumaron nunca más a bailar su música nacional: el Tango, se perdieron entre otros ritmos, Fuimos muy pocos los bailarines que seguimos bailando el Tango, Y así se fueron perdiendo los estilos de cada uno de nuestros barrios. En mi caso personal dejé de bailar el estilo del barrio de Pompeya cuando fui a bailar al Club Buenos Aires de la Calle Parral y Gaona, Y lo mismo que me pasó a mí le pasó a muchos jóvenes de distintos barrios. Nos encontrábamos en esas espectaculares milongas de esos finales de la década del 50 y principios de los años 60.
Bailábamos en las milongas: Buenos Aires, El Club Oeste, Chacarita, El Social Rivadavia, Editorial Haynes, Huracán y algunas otras más.


En los años siguientes esos muchachos se casaron y dejaron de ir a las milongas, solo algunos siguieron con esas costumbres de los años 50 y 60, los más dejaron de asistir y de esa forma el Tango se quedó sin estilos y costumbres.Por ejemplo, en las milongas verdaderas no había mesas ni se podía tomar ningún tipo de bebida, para no mojar la pista de baile.

Comer y sacar a una mujer con el gusto a comida, era algo imposible de creer. En nuestra juventud, para que una mujer te saliera a bailar debías estar bien vestido, de traje, o no te dejaban entrar al baile. Los zapatos bien lustrados, perfumados, y los muchachos tomábamos bebidas que no nos dejaran mal aliento, vino nunca. Demás esta decirte como se vestían las chicas, además de ser casi todas jóvenes y hermosas, cuidaban su vestimenta como modelos.

Cuando llegamos a los años 80, ya eran pocas las milongas que quedaban,Y esas pocas solamente con gente mayor, entonces ya era necesario que las milongas tengan mesas, para estar sentados cuando no bailan. Hablar entre amigos de historias pasadas o de las orquestas de otros tiempos. La televisión tenía todavía algunos programas de Tango, en los cuales se presentaban  parejas de tango, que a decir verdad éramos todas distintas en nuestra forma de bailar, como en tiempos  atrás cada una tenía su propio estilo. Fue cuando dos muchachos que vivían en Europa, llegaron a Buenos Aires con la idea dearmar un espectáculo de Tango para viajar a París a un festival que se organizaría en la Torre Eiffel. Después de mucho trabajo, lograron armar ese elenco y viajar para presentarse en París. Ellos eran Claudio Segovia y Héctor Orezzoli, y el espectáculo fue el popular“Tango Argentino” que no sólo triunfo en París, también lo hizo en Broadway y en el mundo entero, Japón, Estados Unidos, Europa y fueron sus bailarines los que hicieron que en todo el mundo la gente se interese por bailar el Tango. Esto fue a mediados de los años 80, y muchos de los bailarines del mundo quisieron venir a conocer Buenos Aires y el Tango. También algunos jóvenes argentinos, por lo general bailarines de otras disciplinas se comenzaron a interesar por bailar el Tango.

Al mismo tiempo que se comentaba el éxito del espectáculo “Tango Argentino” muchos de los milongueros que ya no iban mas a bailar, volvieron a las Milongas, cada uno con sus historias pasadas, algunos diciendo que ellos bailaron muy bien y otros mostrando que bailaban muy bien.
Así se fueron armando algunas nuevas milongas, con la vuelta de viejos milongueros, algunos jóvenes bailarines argentinos y muchos turistas que querían conocer nuestras milongas  y tenían que bailar entre ellos, un alemán con una italiana, un francés con una japonesa y quizás con un poco de suerte alguno bailaba con muchacho o una joven argentina. De esa forma fueron creciendo las milongas, cuando a ellas se sumaron las jóvenes bailarinas y muchas mujeres mayores se fueron a bailar a otras milongas donde no llegaban ni jóvenes bailarinas ni jóvenes turistas.

Los viejos milongueros felices bailando aconsejando y mintiéndole a las jóvenes nuevas bailarinas, que gustosas estaban de bailar con los milongueros.

La mayoría de los jóvenes que hoy se interesan por el Tango, lo hacen como un medio de trabajo, algunos dan clases de Tango aquí en el país, otros viajan por el mundo bailando o dando clases. Los que vienen de otras disciplinas bailables están trabajando muchos en las casas nocturnas que presentan espectáculos de Tango; entonces en este momento si bien no es mucha la juventud que se suma al Tango, son más que unos años atrás, y eso esta bueno porque el Tango tendrá continuadores, no importa porqué entran al Tango, siempre es por algo, nosotros quizás la mayoría era por conocer a una chica, los jóvenes de hoy lo hacen como un medio de trabajo, pero con seguridad todos se terminarán enamorando del tango y eso es lo importante.

                               
Gloria y Eduardo inauguran el Festival Mundial de Tango, con el Sexteto Mayor
Vemos que los jóvenes son muy buenos bailarines en lo técnico y que lo mas difícil para ellos es justamente ser personales, casi todos son muy parecidos,Y eso les es más complicado justamente porque ya no existen los Estilos Barriales, la tecnología existente los unifica. Ante,s cada barrio les daba un libreto diferente a cada joven, cada pareja tenia el sello de su Barrio.

Justamente por esa razón podemos asegurar que ya no existen aquellos Estilos Barriales, un estilo no lo hace una pareja, un estilo lo hacían gran cantidad de Jóvenes que bailaban de tal o cual forma y eso es muy difícil de ver hoy. Ojalá que la juventud vuelva a apostarle al Tango, entonces puede ser que se llegue a repetir lo que vimos en los años 40 y 50, para eso muchos seguimos trabajando con la intención que el Tango llegue a todos los jóvenes de nuestro país, ojala que sea con suerte.

Si hicimos el milagro del Espectáculo Tango Argentino, quizás hacemos otro.

(15 Octubre, 2012)

Gloria y Eduardo

jueves, 26 de septiembre de 2013

Don Aniceto

A raíz de un amigo que me habla de Aniceto Rossi, el contrabajista que luciera en la orquesta de Don Osvaldo Pugliese,  me pareció que valía la pena dedicarle una página, por su gran contribución al desarrrollo del conjunto del troesma, gracias a su capacidad en el manejo del instrumento.

En realidad, la casa de este muchacho parecía un conservatorio musical, dado que su padre y su hermano tocaban el contrabajo, ese ropero tan complicado para llevarlo al trabajo, mientras  Aniceto Rossi, se dedicaba a ejecutar el violoncello.

                                         
Osvaldo Pugliese y su orquesta en los carnavales de 1957 en el Luna Park


Ocurrió que gracias a su padre le salieron algunos trabajos como contrabajista y poco a poco fue dejando el instrumento que había elegido y decidió realizarse como profesional con el instrumento familiar, que luego le traspasaría a su hijo Alcides.

Aniceto Rossi fue uno de los pilares de la orquesta de Pugliese con el que alternó por primera vez en 1935. Y cuando el pianista de Villa Crespo forma su conjunto definitivo, en 1939, ahí está firme en su puesto de vigía y acompañante vital de la marcación rítmica tan peculiar que definió para siempre el Estilo Pugliese.

El 11 de Agosto de 1939, debuta en el palco del Café Nacional de la calle Corrientes, esa formación que componían entonces: Enrique Alessio, Luis Bonnat y Osvaldo Ruggiero en bandoneones; Enrique Camerano, Antonio Pulcio, Julio Carrasco en violines; Aniceto Rossi en contrabajo y Osvaldo Pugliese en el piano. El cantor era Amadeo Mandarino.

                             
Don Aniceto junto a Pugliese en 1958

 En un conjunto poblado de solistas de alta calidad técnica y mucha expresividad musical encuadrada dentro de los cánones de la orquesta, Aniceto Rossi fue uno de los pilares de la misma, por su jerarquía,  su sentido de permanencia al grupo y el sonido yum-bá que supo plasmar plenamente con su instrumento. Pugliese dialogaba mucho con él - también con el resto- porque estaba totalmente identificado en sus ideas musicales con el director.

Fue muy respetado por sus compañeros y el bandoneonista Esteban Gilardi, le dedicó su tango Don Aniceto, que Pugliese grabó con su orquesta el 26 de julio de 1950.

                       

Fue el creador de las variaciones de Canaro en París, ese boccato de cardinalli, para los bandoneonistas. Causó mucha extrañeza en el ambiente tanguero, la maravilla que realizara Aniceto Rossi, con el tango de Scarpino y Caldarella. Pero resulta que en los momentos libres de la orquesta, Rossi ensayaba las partituras con su instrumento. Lo realizaba a modo de ejercicio. Y estando una noche en el Café Nacional, Pugliese vio  Rossi como jugaba con las cuerdas haciendo las variaciones de dicho tango. Al vuelo, el director le pidió que en la próxima entrada al palco lo tocase así. Y fue como nació esa rareza, que la orquesta grabó por vez primera el 28 de noviembre de 1949.

                       
Estando la orquesta de gira por Japón en 1960, su hijo Alcides, le informa por carta que le había salido la jubilación. Al regreso, Don Aniceto decidió abandonar definitivamente la música profesional. Al llegar a Buenos Aires, Alcides Rossi pasaba a ser el nuevo contrabajista. Para ello debió dejar la orquesta de Aníbal Troilo, que en su tono amistoso y cordial de siempre, le dijo: "Vaya nomás, que con esa orquesta ganará más que conmigo, porque es una cooperativa".

Hoy recordamos a este gran músico, precisamente en el tango Don Aniceto y también en Canaro en París (grabación de 1949) ambos interpretados por Osvaldo Pugliese.

Osvaldo Pugliese - Don Aniceto

Canaro en París - Osvaldo Pugliese





miércoles, 25 de septiembre de 2013

A bailar, a bailar...

Estuve algo ocupado con la organización de un par de Milongas, pero pronto me pondré al día con el blog, recordando las cosas lindas del tango y sus grandes figuras. De momento les dejo el anuncio de la Milonga que inauguro el martes 1º de octubre y que permanecerá durante todos los martes del año en la Discoteca Verdi, de Madrid.

                                     


Y para ir calentando motores vamos con Gustavo Naveira y Giselle Anne, bailando el tango de Elías Randal (Rubistein) y Marvil (Elizardo Martínez Vilas): Así se baila el tango, por la dupla Tanturi-Castillo.

                                 
                                    

                              

domingo, 22 de septiembre de 2013

Los señores del tango

La historia muestra numerosos casos de orquestas que se formaron, deshojándose de otra donde sus músicos estaban alojados. Sucedió , por ejemplo, cuando Juan Polito se fue con los músicos y cantor que actuaban con D'Arienzo para formar rancho propio. O los que se marcharon con Fiorentino del conjunto de Troilo. El Sexteto Tango, escindido de Pugliese, y varios por el estilo.

                                 

Es también el caso de esta orquesta que parafraseaban en su presentación, el rótulo en plural con el que se conocía a Carlos Di Sarli -El señor del Tango-. Su nacimiento ocurrió en el mes de enero de 1956, cuando la mayoría de los integrantes de la orquesta del pianista bahiense,  decidieron enviar un telegrama de preaviso, con un mes de antelación, anunciando su desvinculación del conjunto.

                                 

Sólo permanecieron junto a Di Sarli -que se vio obligado a conformar otro conjunto-, el violinista Tito Simón, y el contrabajista Alfredo Sciarreta. La nueva formación que se abría, incluía también a los dos cantores: Oscar Serpa y Mario Pomar. Y alternarían los siguientes músicos durante el tiempo en que permanecieron bajo el paraguas de esta nueva denominación: Federico Scorticatti, Félix Verdi, Ángel Ramos, Luis Masturini, Héctor Moggio: bandoneones. Roberto Guisado, Bernardo Weber, Pedro Sapochnik, Ángel Goicoechea, Domingo Varela Conte, Emilio González: violines. Salvador Nicosia: piano. Hamlet Greco: contrabajo.

Eran momentos tristes porque el país estaba bajo una dictadura, tras la caída de Perón en 1955, por un golpe militar, y el tango pasaba por un mal momento. Di Sarli seguía peleando pese al bajón sufrido y al decaimiento del tango, que atravesaba uno de esos baches estadísticos, siempre ninguneado por los políticos e intelectuales que lo despreciaron históricamente.

Los señores del tango. Detrás del piano, los cantores Mario Pomar y Oscar Serpa
Los señores del tango debutan el 3 de febrero de 1956 en Radio Belgrano, se presentan en la Confitería Richmond y en la Confitería bailable Dominó, lugares donde pasé buenos momentos de mi juventud. También consiguen contratos para grabar en los sellos Music Hall y RCA Víctor.
                                   
Conservaron visiblemente el estilo disarliano, e incluso incluyeron en su repertorio  varias páginas que tocaban con su anterior director, aunque intentaban darle algún pequeño matiz diferente. Pero la promoción de otros ritmos por parte de las grabadoras y la nueva situación que atravesaba el tango, con la merma de trabajo, bailes y radios, hizo que esta orquesta se deshiciera al cabo de siete años de trabajo, y cada uno de sus integrantes tomaran rumbos diferentes.

                                                         

Ahí quedan sus grabaciones de entonces y los invito a escuchar un par de temas. De C. Ziccaro, G. Camiña y E. Josis, el tango Quereme corazón, grabado el 26 de setiembre de 1962, que canta Mario Pomar. Y de Ángel Ramos y Eugenio Majul, Milonga y lágrima, cantada por Oscar Serpa, y realizada el 11 de octubre de 1962.

16- Los señores del tango - Quereme corazón

22- Los señores del tango - Milonga y lágrima

sábado, 21 de septiembre de 2013

La Radio y el tango

Fueron años de cercos y glicinas / de la vida en orsay, del tiempo loco, le decía Cátulo en su verso a Homero Manzi. Y fueron años de tango, de nocherías, de amistades y grandes páginas que iluminaron la partitura tanguera, mientras las marquesinas de la calle Corrientes anunciaban a las grandes orquestas del cuarenta, en aquella latitud espiritual de la ciudad insomne.

Ada Falcón, la gran estrella

Y la radio cumpliendo un papel vital en aquella difusión del tango. La gente se arracimaba en sus casas alrededor de la radio y luego salían los vecinos a la calle, comentaban las últimas noticias y el tema que había estrenado Alfredo De Angelis en el Glostora Tango Club. Un espacio radiofónico mítico que estuvo en el aire durante nada menos que 22 años. Se estrenó el 1 de abril de 1946, y el primer tema que interpretó la orquesta, fue el tango de Aieta y García Jiménez: Carnaval, cantado por Carlos Dante.
                                         
Cosentino, Mancione, Donato, Carmen Duval, Tanturi y Filiberto en El Mundo

Y esa misma noche, amén de los programas humorísticos y noticieros, todavía tuvo tiempo de actuar, más tarde, la Orquesta de Ricardo Tanturi con la voz de Enrique Campos, y los Hawaiian Serenaders.
Y a continuación humor con Augusto Codecá y la gran orquesta de Aníbal Troilo con Alberto Marino y Floreal Ruiz. Joyas constantes para regocijo de los oyentes y del público que se agolpaba en  las puertas de la radio.

                               
Cada tanto De Angelis dejaba el espacio libre y otras orquestas de gran arrastre popular pasaban por el inolvidable Glostora Tango Club: Francisco Canaro, Juan D'Arienzo, Miguel Caló, José Basso, Osvaldo Pugliese, Ricardo Tanturi, Alfredo Gobbi, Rodolfo Biagi, Enrique Mario Francini, Miguel Caló, Sánchez Gorio, Donato Racciatti y Jorge Arduh. La flor y nata del tango. Yo trabajaba a la vuelta de la radio y alguna vez me quedaba a escuchar alguna orquesta, de jovencito.

Tres grandes locutores: Aguirre Mencía, Cacho Fontana y Font Saravia, junto a Horacio Salgán en Radio El Mundo
                                             

Años más tarde solía concurrir al bar frente a la emisora y me encontraba con muchas de esas figuras. Incluso tuve la suerte de trabajar en Radio el Mundo con mis queridos amigos Antonio Carrizo y Julián Centeya. Luego de nuestro programa estaba Cátulo Castillo con el actor Luis Medina Castro, y al finalizar su programa, Cátulo se reunía algunas veces a comer algo con nosotros, en el boliche de enfrente.

                               
Alfredo De Angelis con su orquesta y un gran tirón popular.
Las tres grandes Radios eran El Mundo, Belgrano y Splendid. Tenían unos locutores de gran calidad, enormes profesionales que animaban la apabullante cantidad de programas en vivo: radioteatros, espacios musicales (tango, jazz, folklore), Show con grandes cómicos. y la competencia obligaba a una constante superación. De los radioteatros de Belgrano salió un astro para Hollywwod: Fernando Lamas y también una mujer que entró en la historia: Eva Duarte, convertida luego en Eva Perón o Evita, simplemente.

Di Sarli, Troilo, De Caro, D'Arienzo y Rufino en Radio El Mundo. Homenaje a Di Sarli

Los bailables de los sábados eran un festival de música. Las grandes orquestas tocaban en vivo, con presencia de público en esas emisoras, por la tarde, previo a su trabajo en los distintos clubs donde acudían multitudes, ansiosas por bailar con ellas. Y la radio sonaba en todas las casas con D'Arienzo, Donato, Enrique Rodríguez, Pugliese, DÁgostino, Tanturi tocando en directo. Y todas tenían un glosador y una presentación especial. La de D'Arienzo rezaba de este modo: ¡Yo me presento así!, con glosas de Barreiros Bazán, la voz de Antonio Carrizo y la marchita de la orquesta. Osvaldo Pugliese lo hacía en Radio Splendid con este sonsonete de Mario Soto: "Tango, rumor esquinero que se bebe hasta las eses / sonido de un nombre entero: / ¡Se llama Osvaldo Pugliese!"

Troilo, María Ester Vignola, Soiza Reilly y De Angelis en El Mundo
 Así era aquel carrusel maravilloso. Radio El Mundo transmitía "Ronda de ases" desde el Teatro Casino. Alternaban varias orquestas, en el intermedio actuaba Alberto Soiffer con su conjunto y la voz de Roberto Quiroga, y al final se hacía una votación con los oyentes y ganaba una de esas orquestas un premio en efectivo. Llegaban las hinchas en camiones y colectivos y alentaban a su orquesta como si se tratase de un partido de fútbol, tanta era la efervescencia.

Lesica, Virginia Luque, Varela, De Angelis, Argentino Ledesma en el Glostora Tango Club
                                                 

Época genial, porque otras radios de menos alcance y presupuesto, como Argentina, Porteña, Libertad, del Pueblo, Mitre, Rivadavia,  Antártida, tenían a la vez sus propios programas de tango con orquestas, grabaciones y comentaristas, de los cuales se aprendía constantemente, y puedo dar fe de ello. También tuve yo algunos programas años más tarde y el tango siempre estaba presente, aunque fueran periodísticos. Pero, en ese sentido, disfruté de tener en el micrófono, frente a mí,  a grandes personalidades tangueras: Piazzolla, De Caro, Pichuco, Miguelito Bucino, Pepe Barcia, Julio Camilloni, Manolo Sucher y algunos más.Y a mi amigo de siempre: Julián Centeya, a quien hacía madrugar para que nos acompañase toda la mañana con su verbo florido, aunque era muy respetuoso y sólo intervenía cuando se lo solicitábamos. Pero, ¡cuántas cosas me enseñó el bueno de Julián!

                                             

Hoy me toca homenajear a la radio y recordando a ese inolvidable Glostora Tango Club, vamos con dos temas de Alfredo De Angelis, de aquellos recordados años. Amor de cielo, de Hipolito Oneca y el violinista de la orquesta, Hipólito Caron, grabado el 15 de marzo de 1954, con la voz del intermfinable Carlos Dante.  Y de L.B.Saldarriaga: el tango Calvario, grabado en 1964, con el excelente cantor Roberto Mancini. 


Amor de cielo- De Angelis-Carlos Dante

Calvario- De Angelis-Roberto Mancini


viernes, 20 de septiembre de 2013

Floreal

No tengo la menor duda, de que este enorme cantor debe figurar siempre entre los más notables que tuvo el tango a lo largo de la historia. Un intérprete que lució en todos los aspectos que pueden presentar las letras de tangos: Dramáticas, satíricas, de ambiente, nostálgicas. Y realizarlas todas como si su especialidad fuese cantar cada tipo de poesías que le presentan.

                                 

Gran fraseador, patentó un estilo definitivo que llegaría a ser modélico, y no en vano el Polaco Goyeneche los tuvo en sus altares. Precisamente, mirándose en el espejo de Floreal Ruiz, también lograría él ese dominio que lo empinó en la alturas.  Y no tenía ningún reparo en confesar su admiración por Floreal y el fraseo de Tony Bennet. Y al fin de cuentas, su estilo, sería un poco  algo de cada uno de estos dos, malgré el genero, aderezado con su cuore tanguero y su gran personalidad.

Floreal Ruiz cantaba naturalmente, de nascita, con un arrullo fraseado que lo encumbraría en la orquesta de Aníbal Troilo formando un duo increíble con Alberto Marino, en aquella orgía tanguera de los cuarenta. que parecía no tener fecha de caducidad.  Temas de una temperatura crecientemente emotiva. Todavía hoy, escuchamos con admiración muchas de esas  piezas que transpiran el perfume de lo reconocible.

Años de oro: Alberto Marino y Floreal Ruiz con la orquesta de Aníbal Troilo
Nacido en el barrio de Flores, hijo de un anarquista que a sus tres hijos los bautizó con nombres afines a su ideología, muy en boga en aquellos años, traída por inmigrantes españoles especialmente: Libertario, Fraternidad y Floreal. Este último es el nombre que le dieron los republicanos franceses, opuestos a la monarquía, al octavo mes del año.

Sabido es que sus inicios fueron como tantos cantores, en cafés de la zona y en serenatas con su amigo del barrio, que un día pasaría a llamarse  Hugo del Carril. Arrancaría semiprofesionalmente con la orquesta de José Otero, sería solista en la radio y Alfredo De Angelis que venía en línea ascendente, se entera de su valía, lo prueba con éxito y lo incorpora a su orquesta, en la que dejará ocho temas grabados, el primero de ellos: Marioneta, el tango de Tagini y Guichandut, que luego repetirá en su estreno en el disco con Aníbal Troilo, un año más tarde: el 6 de octubre de 1944.


Alberto Marino que sería su socio de éxitos con Pichuco, fue quien le recomendó a éste que trajera a Floreal para reemplazar a un Fiorentino que había dejado un hueco muy difícil de tapar, dado la idolatría que despertaba y el éxito impresionante de toda esa primera inolvidable etapa de Troilo. Pero ya no estaba Orlando Goñi, y en su lugar José Basso seguía transitando la senda rítmica impuesta por el impresionante pianista que llevaba en vilo a la orquesta con su mágica mano zurda.

La etapa de Floreal con Troilo abarca cuatro años y en él quedan registrados 31 temas que no pueden faltar en ninguna discoteca tanguera. Obras maestras como Luna llena, Equipaje, La noche que te fuiste, Confesión, Romance de barrio, Solo se quiere una vez,  Yuyo verde, La embriaguez del tango, Llorarás llorarás, Mis amigos de ayer, Qué me van a hablar de amor, Naranjo en flor, son algunas de las hermosas creaciones que sembró con Pichuco.
                             
Tanturi, Pugliese, Floreal y Pichuco haciendo travesuras

Después lo insólito. El pianista Francisco Rotundo le ofrece un sueldo enorme y Troilo, sintiéndolo mucho, le dice que no deseche la oferta. Con Rotundo dejará ese hermosísimo valsecito que rompió con todo:"El viejo vals" de González Castillo y Charlo, a dúo con Enrique Campos. La carrera de Floreal cobrá nuevos bríos con su ingreso en la orquesta de su antiguo compañero y amigo José Basso y ahí también apilará unos cuarenta temas de gran valía.

Mi querido amigo del barrio, Piraña, al que Pugliese llamaba Pirañeta, lo acompañó hasta el final, junto con  otro amigo de Floreal Ruiz, apellidado Vizzini. Me contaba en un asado el propio Piraña que cuando se estaba muriendo le dijo: "Me voy Piraña", y se fue... Pero dejó este legado que frecuentamos a menudo para solazarnos con su estilo y su fraseo.

                                     
Hoy se me ocurre traer al Blog, de muestra, dos temas que grabó con Aníbal Troilo: Amor y tango, de José Basso y Carlos Bahr, del 9 de octubre de 1945. Y Desvelo, el tango de Eduardo Bonessi y Enrique Cadícamo, que llevaron al disco el 28 de febrero de 1948. Y ya que estamos, va de propina este hermoso valsecito de Homero Manzi y Hugo Gutiérrez que me rechifla: Llorarás llorarás, grabado el 10 de agosto de 1945.

061- Amor y tango - Troilo-F. Ruiz

Desvelo - A.Troilo-F. Ruiz

060- Llorarás llorarás - A. Troilo- F. Ruiz


jueves, 19 de septiembre de 2013

El toque de Gobbi

Reconocido por todos sus colegas, aunque no brille en el tope de ventas ni en la memoria colectiva, Alfredo Gobbi fue un tanguero de ley, un músico de alto nivel que mantuvo en alto las banderas de este género junto a los Pugliese, Troilo, Vardaro, Goñi, y sobre todo respetando a muerte el efecto De Caro , que impulsó a los más jóvenes de entonces.

Como ahijado de Ángel Villoldo que asistió a su nacimiento en París, donde actuaban "Los Gobbi", o sea los padres, junto al autor de El Choclo, el recién llegado haría honor a esos allegados. Porque Alfredito fue un porteño hecho y derecho que atendía un puesto de diarios y revistas en su barrio de Villa Ortúzar, a la vez que estudiaba violín, en una Escuela de música, enviado por su padre que le veía jugar con soltura en el armonio familiar.

                                                   

El instrumento se lo regaló su famoso padre y se le metió en el alma. A los 13 años ya tocaba en formativos con un bandoneonista y un guitarrero, animando la noche a puro tango. De paso comenzaba su afición a la vida bohemia que sería una de sus señas de identidad y que, a la larga, le costaría tan caro, igual que a su gran amigo del alma y compañero de aventuras nocturnas, Orlando Goñi.

En las peripecias de este duo genial están signadas varias de las características de aquel tango que congregaba multitudes: modernidad, inventiva, respeto a los cánones y el touch distinto , de uno y otro, que los encumbraron y los definieron.

Alfredo pasó por varias orquestas antes de encontrar su sitio definitivo en el mundo orquestal. Estuvo con Pacho, Con Firpo, Carlos Tirigall, Manuel Buzón, Aieta, Mario Pardo, Adolfo Avilés y Antonio Rodio, con Pintín Castellanos en Montevideo y con Pedro Laurenz. Pero será en 1930, en el famoso Sexteto de Elvino Vardaro donde se encontrará con otros dos amigos fieles con quien compartió lugar en el palco posteriormente en varias ocasiones: Aníbal Troilo y Osvaldo Pugliese. Ese Sexteto no dejó grabaciones pero sí una huella en el camino. También actuaría en público Alfredo, tocando el piano.

Gobbi me recordó en más de una ocasión que con Pichuco y Pugliese mantuvieron una gran relación, actuando juntos en numerosas ocasiones y el nombre del Director era el de que conseguía el lugar de actuación. Pero se entendían además como grandes amigos y músicos. Incluso formó un Sexteto con Osvaldo Pugliese y realizaron una gira galgueando por provincias, pero al regreso se disolvió por falta de trabajo. Troilo también me lo recordó en una mesa en Mar del Plata y en un reportaje radial y le tenía un enorme cariño y respeto.
                                        
Alfredo Gobbi y sus cantores: Alfredo del Río y Tito Landó
Yo lo conocí cuando vino a cenar con nosotros en un fondín de Parque Patricios y se juntó toda la barra para estar con él en esas comilonas a la que acudían otros tangueros como Rodolfo Lesica, Julio Camilloni, Julián Centeya, José Berón, Héctor Coral y otra gente del ambiente. A partir de allí lo esperaba a la salida de la radio y me llevaba con él a distintos lugares donde era muy querido. No hablaba demasiado, pero tenía mucha gracia, era sumamente afectuoso y respetuoso y me daba consejos porque yo era jovencito, explicándome lo malo de los excesos nocheros que le afectaron como a Troilo y Goñi.

Gobbi con nosotros en el café. Soy el primero sentado a la derecha. Algunos parroquianos se arrimaron

Tardó en tener su propia orquesta e imponer su enorme calidad musical. Toda su producción discográfica se encierra en la década comprendida entre 1947/1957. Una ristra de joyitas donde está el gran músico romántico que bebiera en las fuentes de Julio De Caro y Pedro Laurenz y que para los entendidos, muestran a un músico cabal, de raza, con rasgos propios.

                                             

Fue además el orquestador de su conjunto. A diferencia de Troilo que le encargaba este trabajo a especialistas, él lo hacía en el piano -donde también componía-, y luego le transmitía las ideas a Ismael Spitalnik para que colocara las voces. Decía éste que nunca trabajó más seguro que, por ejemplo, en los tangos El andariego y Camandulaje, las dos hermosas obras de Gobbi. El primero, dedicado a su padre y el segundo a sus experiencias profesionales. Osvaldo Tarantino, un pianista de sólida formación académica, que actuó en la orquesta de Gobbi, contaba que "un rato antes de actuar en la radio, Alfredo hacía algunos apuntes breves en los papeles y era increíble cómo sonaban, lo bien puestos que estaban. Una maravilla". Y otro musicazo como Eduardo Rovira, que le dedicó su tango El engobbiao, decía que su actuación en la orquesta de Gobbi "fue una experiencia hermosa por todo lo que viví a su lado musical y humanamente".

Escuchamos dos versiones de Alfredo Gobbi y su conjunto. Primero Camandulaje, tango de su autoría que registró el 13 de junio de 1955. Y a continuación, el tema de Rovira citado: El engobbiado, del 18 de junio de 1957.

Camandulaje - Alfredo Gobbi

El engobbiado - Alfredo Gobbi




miércoles, 18 de septiembre de 2013

La orquesta de los compositores

Fue uno de los grandes aportes que le hizo Osvaldo Pugliese al tango: Darle paso, incentivándolos, a la constante inventiva de sus músicos para que compongan temas. Para luego además, encargarse ellos mismos de los arreglos de la obra. Si la orquesta del maestro de Villa Crespo fue pionera en cuanto a crear una cooperativa dentro del conjunto, para que, de acuerdo a los méritos de cada uno pudieran incrementar sus haberes mensuales, también lo fue en este apartado tan importante. 


Fomentó de esta manera el ingenio, la creación, el estudio, la sana rivalidad entre ellos. Y contribuyeron entre todos a mantener un nivel estadístico y estilístico que se sostuvo durante los más de cincuenta años que estuvo el maestro al frente de su gran orquesta. Aunque los integrantes fueran cambiando con el tiempo, los que llegaban se adaptaban al estilo Pugliese, el tango-milonga que pregonaba el director y que se basaba en las fuentes de los Arolas, Bardi, Cobián, De Caro.

De todos modos, la goma de borrar no la usaba solamente Troilo. En muchos arreglos que les traían sus músicos, Pugliese corregía, borraba, buscaba siempre la horma. Y le gustaban aquellos temas que tuvieran también sabor pampeano. "Si tenemos que tomar algo que no esté dentro del tango, que sea de lo nuestro, argentino". 
                                  

Fue un trabajador infatigable. Ensayaban durante horas -"para no fallarle al público"-, y a veces era cansador para los músicos, pero el resultado final era una maravilla. Lo dije en alguna otra ocasión que fue un tango del violinista uruguayo Julio Carrasco, Flor de tango, el primer tema de un músico de su orquesta que incorporó al repertorio. Luego llegarían en cascada los tangos de Cacho Herrero, de Ruggiero, de Caldara, Gilardi, Mario Demarco, Balcarce, Spitalnik,  Plaza...

Y así fueron saliendo temas de gran envergadura: Nochero soy de Herrero. Qué pinturita de Gilardi, Gente amiga, de Spitalnik, Testamento de arrabal, de Castagniaro. Pata ancha de Demarco. La bordona, de Balcarce. A mis compañeros, de Ruggiero, Patético, de Caldara. Nostálgico, de Plaza.

Pugliese con Troilo, Susana Rinaldi y Abel Córdoba. Club Horizonte, Mar del Plata,1970
                                       

A veces había discusiones fuertes entre los músicos sobre las obras a incorporar, compuestas por algunos de ellos, y las frustraciones lógicas en aquellos que no habían podido imponer su tema. Pero era una manera de fomentar la creación y de mantener siempre renovada a la orquesta, pero conservando ese "estilo Pugliese" que jamás se desnaturalizó. Al contrario, ganó en sonoridad y en calidad, porque año a año, se fue mejorando el nivel y consiguiendo un resultado que lo elevó en la consideración popular, mereciendo el largo reclamo de su ferviente hinchada: ¡Al Colón! ¡Al Colón!, que se concretaría finalmente con un éxito total y un Teatro enfervorizado.

                                                
Me resulta tremendamente difícil elegir un par de temas compuestos por alguno de los músicos de Pugliese y grabados por la orquesta. Así que barajo el naipe y extraigo A Roberto Pepe, dedicado por Esteban Gilardi al que fuera bandoneonista de Pugliese y muriera ahogado. Lo grabaron el 20 de marzo de 1956.Y N.N., el tango de Osvaldo Ruggiero registrado el 28 de abril de 1947. Cuando lo ensayaron por primera vez,  Pugliese le preguntó a Ruggiero cómo se llamaba y éste le dijo que todavía no tenía título. "Ponele N.N"., le dijo el director. Y así quedó.

Osvaldo Pugliese - A Roberto Pepe 

Osvaldo Pugliese - N.N. 

martes, 17 de septiembre de 2013

Julio Martel

Es una de mis debilidades en el tango. Un cantor con voz chiquita pero bien modulada, muy musical. Barítono de buen gusto, que se adaptó maravillosamente a la triunfante orquesta de Alfredo De Angelis y ayudado además por su estampa de galán que tan buen resultado le dio. Era ídolo de las chicas jóvenes y la muchachada del 40 y sus condiciones le permitieron llegar al cine como galán-cantor.

Martel (Julio Pedro Harispe) cantaba desde niño, su fraseo era natural como su buen gusto y el padre le hizo estudiar con un profesor, cuando a los 5 años le escucha cantar a la par de Corsini en una grabación discográfica. Llegados de un pueblo de la provincia de Buenos Aires situado en Junín, cuando Julio era un niño,  el tango se le dio como algo natural, pero realmente interpretaba todo tipo de géneros.

 Con 18 años canta en la orquesta característica de Juan Giordano, mostrando su ductilidad para hacer lo que cayera, incluso pasodobles, y es muy aplaudido. Dos años más tarde lo convencen para que se presente a una prueba en la orquesta de Alfredo De Angelis, que ha sufrido la baja de su cantor Héctor Morea, rechazado por la radio porque estaba quedándose calvo.

La prueba fue en Radio El Mundo. De Angelis lo observaba desde la pecera haciendo el tango Necesito olvidar, y lo impresionó su voz y su desenvoltura. Lo eligió entre todos los aspirantes y ya es muy conocido que, al festejar el director, el nuevo cantor de la orquesta y el presentador y glosista Néstor Rodi, en el Bar Mi Refugio, que estaba al lado de Radio El Mundo (y donde compartí tantos momentos con gente del tango), Rodi vio una botella de Coñá Martell y decidió que se apellidaría así, artísticamente, aunque con una sola ele.

Néstor Rodi, Floreal Ruiz y Julio Martel en Radio El Mundo
El 1 de abril de 1943, la orquesta debuta en horario central en Radio El Mundo, cuando el artefacto radiofónico era el compañero de todas las horas en los hogares. Sus cantores son Floreal Ruiz y el novel Julio Martel que interpreta el tango de Hipólito Oneca y Armando Ferreyra: Qué buena es. Actuaban además en el Café Marzotto de la calle Corrientes que se poblaba de admiradores, dado que la orquesta tenía un gran tirón popular.

Cuando Floreal se va con Troilo, De Angelis decide llamar a Carlos Dante, un veterano cantor que había viajado por Europa con varias orquestas, había estado con Caló, D'Arienzo, entre otras y además trabajaba como empleado de YPF. Tenía 38 años cuando debutan en el Marzotto y se forma la nueva yunta de cantores que sembrará éxito tras éxito y que terminaría siendo quizás el mejor duo de orquesta con 17 interpretaciones grabadas que fueron 17 pegadas.
                           
Alfredo De Angelis y su yunta de cantores: Dante y Martel.
De Angelis fue como un padre para Martel, supo guiarlo y perdonarle sus travesuras, como cuando le llevó la partitura del tango de Edgardo Donato y César Córdoba: Por eso grito, que éste no quiso hacer. No le convencía el tema y le dijo al director: "Alfredo...¿Porque no lo hace él...-señalando a Dante- qué soy, el hijo de la pavota?". Y el director no sólo lo convenció, sino que además fue una muy buena interpretación de Martel.

 En el disco quedarían 63 interpretaciones que muestran ese estilo distinto, musical, íntimo de Julio, que se retiró de la orquesta en 1950, para buscar su futuro como solista, con guitarras y con orquesta, pero sin volver a alcanzar el nivel que tuvo en esa formación del colorado de Banfield. Estaba hecho indudablemente para ese estilo y quedó definitivamente marcado y aplaudido como cantor de Alfredo de Angelis en una etapa de sucesos  maravillosos y éxitos de gran calibre.

                                        
Martel canta en el debut en El Germinal. El público agolpado rompió las vidrieras.
Me gusta escucharlo aunque alguna vez me ganara una apuesta, años más tarde en el Luna Park, en una pelea entre Ricardo González y Alfredo Bunetta. Para mí fue el mejor vocalista que tuvo la orquesta de Alfredo De Angelis, y en el mejor momento de la formación. Tanto para escuchar como para bailar.
Lo traigo en dos temas con De Angelis: el tango Ivon de Luis Visca y Horacio Sanguinetti, grabado el 30 de octubre de 1945. Y el vals Esa noche, de Tito Ribero y Carlos Waiss que llevaron al disco el 24 de mayo de 1946.

Ivon - A. De Angelis-Julio Martel

054- Esa noche - De Angelis-Julio Martel



 

domingo, 15 de septiembre de 2013

Se viene D'Arienzo...

El mundo está llegando a los finales de la década de 1920, y la crisis económica mundial que se prolongaría durante  la década del 30, originando temas como el de Canaro e Ivo Pelay: ¿Dónde hay un mango?-esa ranchera que tanto le gustaba a Juan Domingo Perón-, se instalaría también en playas argentinas para quedarse.

Aquella Gran depresión se originó en Estados Unidos -como la crisis actual-, comenzó alrededor de 1929 y se extendió hasta principios del cuarenta. Fue a partir de la caída de las bolsas del 29 de octubre de 1929, que se conoció mundialmente como el Martes negro, pero cinco días antes ya se había producido el Jueves negro, y como un reguero de pólvora se extendió a casi todo el orbe.

                           
Y como tantas otras cosas, el tango entró en declinación. Los despidos en masa, las caídas de salarios, bajas de sueldo, quiebras en cadena como si se tratase de fichas de dominó que se empujan unas a otras, desocupació, y miseria asolaron a una Buenos Aires que había venido creciendo sin parar. Los cafés céntricos se quedan sin clientela, los cabarets perecen por incercia y aquellos conjuntos típicos que animaban las noches de la calle Corrientes se van quedando sin trabajo y se desmembran.

                                   

Quedaban las salas cinematográficas como refugio de muchos músicos, pero con la llegada del cine sonoro y con ellas el jazz norteamericano, el impacto es doble. Porque no sólo se ciega una fuente de trabajo sino que ese ritmo invade la ciudad y el tango sufre otro impacto difícil de asimilar. Los grandes conjuntos norteamericanos de la época impactan en los espectadores y los intérpetes yanquis pasan a ser muy conocidos en Argentina. Los Cole Porter, Irving Berlin, Paul Whiteman empujan a muchos músicos de tango que se pasan a la otra vereda, la del jazz.

                                           
Es entonces cuando aparece D'Arienzo en el Chantecler con su estilo vibrante, contagioso, impactante, trayendo su mensaje musical de rèclame para los bailarines, en 1935. El que fuera violinista de Anselmo Aieta y llamado "el grillo" por sus pizzicatos, dejó el violín en otras manos y con recetas de la guardia vieja volvió a instalar el tango en los altares de los porteños, mejorando el tono incoloro de los años anteriores con su primera formación.

Su orquesta de 1935 estaba conformada por los siguientes músicos: Bandoneones: Domingo Moro, Faustino Taboada y Juan José Visciglio. Violines: Alfredo Mazzeo, Domingo Mancuso y León Zibaico. Contrabajo: Rodolfo Duclós. Piano: Lidio Fasoli. Estribillista: Walter Cabral. Ellos fueron los que realizaron las primeras 10 grabaciones en esta etapa de D'Arienzo, desde el 2 de julio de 1935, al 12 de diciembre de ese mismo año. La posterior entrada de Rodolfo Biagi sucediendo al uruguayo Fasoli, golpeando eléctricamente en octavas, en un ritmo muy rápido, marca un punto decisivo en la creciente popularidad de la orquesta.
                               
La orquesta de Juan D'Arienzo en el Chantecler, año 1937
 

Llegando a la inolvidable década del cuarenta y disuelto su conjunto que se marcha con Juan Polito, ingresan en el mismo nombres que le permitirán a D'Arienzo dar otro golpe de mano y seguir creciendo en la aceptación del público, venta de discos y actuaciones en radio y clubes. Cayetano Puglisi el prestigioso violinista nacido en Italia, que venía respaldado por grandes aportes al tango, el prometedor Héctor Varela como primer fueye, el novel y genial Fulvio Salamanca al piano y el cantor Alberto Reynal, con su incorporación, le permitieron seguir con ese ritmo milonguero que arrastraba multitudes y batir todo tipo de records.  Ya se había identificado con la latitud espiritual de los porteños y al revivir de forma distinta, aggiornando y hermoseando los éxitos de la guardia vieja, surgieron como hongos en todo el país los imitadores de su estilo. Incluso en Montevideo, donde era ídolo.

                                      
Es cierto que a los críticos les costó mucho aceptar este éxito del Rey del compás y fue duramente fustigado por los evolucionistas que afirmaban que sin D'Arienzo igual el tango estaba saliendo del agujero negro. Pero yo siempre digo que los musicólogos no eran milongueros, no bailaban y no podían entonces sentir en sus carnes el empuje impresionante que les daba al motor de los bailarines con su ritmo trepidante tan difícil de conseguir. Y aunque también fue muy criticado por algunos músicos, hubo gente como Troilo, Pugliese, Laurenz, Canaro, Di Sarli, Tanturi, D'Agostino, que lo respetaron y alabaron por todo lo que había conseguido para el tango. 

Sí, reconozco que me gustan muchas orquestas, pero conozco el "efecto D'Arienzo" cuando suena en los altavoces de la pista y el sacudón nervioso que provoca, a casi 80 años de aquel empujón inicial.
                                          
Y si no comparten mi opinión pues escuchen tres temas del troesma del barrio céntrico de San Nicolás y que digan los milongueros si no sienten esa adrenalina inductora que los llama a la pista de baile. Y los tangueros de oreja y cuore, solácense con ese tan logrado ajuste orquestal y la vibración rítmica musical, que  sacude interiormente.

Y les dejo el tango de Vicente Greco, El Flete, grabado el 3 de abril de 1936. A continuación el vals de Horacio salgán y Carmelo Volpe, En tu corazón, grabado el 30 de setiembre de 1938 con la inconfundible voz de Alberto echagüe, otro de los pilares de la orquesta. Y una milonga llamadora; La cicatriz, de R. Aguirrezabalaga, también cantada por Echagüe y grabada el 31 de octubre de 1939.