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martes, 30 de mayo de 2017

Bien milonga

                                                         Lista tu figura, llegada la noche
                                                         te vestís ligero después de cenar,
                                                         con un cigarrillo prendido en los labios,
                                                         salís de tu casa, te vas a bailar.
                                                                       (Carlos Lucero)

 Hoy es martes. Un martes brillante, con un sol que nos entona el alma y el verde pintado en toda la arboleda que rodea a mi casa y atisbo desde mi ventanita florida. Un martes con sonido milonguero que emerge de mi reproductor mientras selecciono el material para esta noche en que bailaremos a tutiplén. Como debe ser. Porque en Bien milonga no hay claroscuros, es todo sonido super bailable.

Ya sabés que en la CASA DE ARAGÓN recibimos a los milongueros con el ánimo subido y unas ganas de darle cuerda a los remos, que ya te podés imaginar. El martes pasado tuvimos un lleno y esta noche pensamos tener otro. Porque todo te enfila a la milonga, el tiempo, el calorcito, la música y el buen ambiente. La pista está preparada para los milongas y allí nos encontraremos a partir de las 21 horas. Y le daremos con todo hasta que La cumparsita y el reloj marquen la hora 24. ¿OK?

                                     



De momento y para ir templando el ánimo y calentando motores, salgo a recorrer otras pistas del ancho mundo y de arranque me topo con la pareja rusa que integran Kerill Parshakov y Anna Gudyno. Bailan en el Moscú Music House, con la "Solo Tango Orquesta" , el tango Este es el rey, a la manera de Juan D'Arienzo.

                                                

Me tengo que dar una vueltita por Buenos Aires. Más precisamente por la milonga que visito seguido cuando viajo a la ciudad porteña: Obelisco Tango. Allí, durante la inauguración de "Aló Lola", Alejandra Mantiñán y Leandro Palou bailan, Ella es así, la milonguita que grabara el Sexteto milonguero, cantando Javier Di Ciriaco.



Y cierro este trío de videos -que debés agrandar a toda pantalla- con esta otra pareja rusa que la saben lunga. Son Aleksandr Yakushev e Irina Ostroumova. Están en Moscú y se mandan a la pista con Gallo ciego, ese tangazo, por la orquesta de Osvaldo Pugliese que sembró de lo lindo en este país. Y te lo digo en verso: Irina me fascina. ¡Que mina!... ¡Que bailarina!

                                                                                 


Bueno, ya te puse en órbita. Ahora andá preparando la indumentaria  para la velada de esta noche.

lunes, 29 de mayo de 2017

Florindo Sassone

Cuando intervino al frente de su orquesta, en el Festival de Tango que se celebró en el Teatro Colón, en 1972, me decía luego en los camarines: "Ha sido una de las mayores satisfacciones de mi vida como músico. Tocar en el teatro más importante de Argentina, aportar mi granito de arena a la fiesta del Tango en este Coliseo maravilloso y compartir con otros grandes del tango esta noche única y tan esperada".

Tenía 60 años en dicho momento y lo cierto es que su militancia dentro de la música popular tuvo altos y bajos, aunque siempre permaneció en un segundo plano, salvo en aquellos momentos, entre 1946 y 1950, que contó con el aporte de un ascendente Jorge Casal como cantor de su orquesta. Fue todo un impacto por la envergadura del intérprete que se iría con Aníbal Troilo, luego de triunfar con su voz y su pinta, en la formación del violinista del barrio de Liniers.

                                     
Florindo Sassone


Pedro Florindo Sassone no ocultó nunca sus preferencias por oquestas como las de Carlos Di Sarli y Osvaldo Fresedo y en sus interpretaciones, es palpable cierta identificación por ese tipo de ejecución melódica, aunque  no resulta para nada una vulgar imitación, sino su estilo. Porque Sassone era músico formado, había estudiado armonía y comenzado su carrera con Antonio Polito en 1930. Tenía entonces 18 años y  tomaba el tranvía en su barrio para llegar al centro y comenzar su jornada laboral.

Un año más tarde daba el salto a la triunfadora orquesta de Roberto Firpo y se apilaría con su violín en la fila de cuerdas del conjunto de Osvaldo Fresedo, su gran aspiración. En 1935 decide conformar su propia orquesta, con el joven Alberto Amor como vocalista y en enero de 1936 debutará en Radio Belgrano con la misma, que era todo un síntoma, dado el prestigio y audiencia que tenía la misma. Había dejado el violín a un lado y desde entonces manejará la batuta.

                                       
La primera orquesta de Florindo Sassone con su cantor Alberto Amor


De allí saltaría a radio el Mundo, la otra gran emisora que alineó a tantos próceres del tango en sus ondas. Sassone tenía grandes aspiraciones e ideas que habían  tanteado Canaro o Fresedo, y no dudó en incluir instrumentos poco habituales en el tango, como arpa, percusión,  y otras herramientas que le sirvieron para ocupar un espacio permanente en los mediodías de la emisora y permitirle lucir su nombre en los carteles nocheros del café Nacional y la boite Marabú.

Había logrado arribar a la meta soñada, codearse con los ídolos populares del tango y ser aplaudido en locales colmados de tangueros. Pero, de repente, y por motivos nunca totalmente explicados -aunque él adujo dedicarse a sus negocios particulares-, abandona  los escenarios, la radio, disuelve la orquesta y desaparece de la órbita tanguera, cuando ya había sembrado lo suficiente y aparece esa opacidad interesada e inexplicable que lo aleja de los aplausos de 1940 a 1946 incluído.

                                           
Florindo Sassone, Jorge Casal y la orquesta

                                             
Pero por algo le pica el bichito del tango, y en 1947 vuelve a formar orquesta. Y cuenta con una baraja ganadora de mucho peso: su nuevo y joven cantor Jorge Casal (Salvador Carmelo Pappalardo), que, desde el arranque cautiva a todo el mundo y la orquesta brilla en radio, en bailes y escenarios céntricos. Además incorporará a otro vocalista, que es nada menos que Roberto Chanel, asegurándose una dupla de cantores de mucho arrastre.

Sassone ya no se bajará de los carteles y a partir de la deserción de Casal irá incorporando a otros cantores como Rodolfo Galé, Ángel Díaz, Fontán Luna, Mario Bustos, Gloria Díaz, Rodolfo Lemos, Oscar Macri, Andrés Peyró, Zulema Robles y otros. Y entre los músicos que militaron en su orquesta en estos años cabe citar a Osvaldo Requena, Roberto Guisado, Leopoldo Federico, Julián Plaza, Armando Cupo, Norberto Ramos, Osvaldo Manzi, Domingo Moles, Luciano Leocata,   Pascual Mamone, Eduardo Rovira, Claudio González, Daniel Lomuto, Domingo Mancuso, Carlos Arnáiz, José Nieso, Ángel Dominguez, Enrique Marchetto  y otros destacados.

                                           



Cabe consignar el éxito que obtuvo su orquesta en Japón, durante el año 1966, extendiéndose su gira por todo el país, más tiempo del inicialmente contratado, y con Mario Bustos como cantor. Incluso volvería seis años más tarde con nuevos músicos, su consabida fila de violines con seis ejecutantes y al regreso le esperan también largas actuaciones en diferentes países de Sudamérica, donde es muy apreciado.

En total dejaría 246 registros con su orquesta, que hoy día son muy difundidos y también 14 con su sexteto.  Como compositor no dejó una gran herencia, destacándose la milonga Baldosa floja, en colaboración, y su tango El relámpago.  Precisamente lo recordamos con este tango suyo, que grabó en dos oportunidades. Podemos escuchar la segunda versión registrada el 24 de marzo de 1966. Y también una linda versión del tango de Edgardo Donato: Lágrimas, grabado el 29 de febrero de 1956.

El relámpago - Florindo Sassone

Lágrimas - Florindo Sassone




sábado, 27 de mayo de 2017

Chiqué

                                                        Para bailar
                                                        esta milonga, hay que tener primeramente
                                                        una buena compañera que sienta en el alma
                                                        el ritmo de fuego así...
                                                                         (Taquito militar)

Claro, para poder lucir en la pista y sentirse realizado por dentro, la pareja de turno es fundamental. Tanto para él como para ella. Es cosa de dos, ¿viste? Igual que en el fútbol: si vos tirás una pared y el compañero, en lugar del balón te devuelve una sandía, te mandará al bombo y sentirás una frustración total. Por eso es vital el díalogo de los cuerpos en el tango y en Chiqué hacemos de ello una cuestión preferencial, que repetimos en las clases y llevamos a la práctica permanentemente.

Además, para la circulación y los claros siempre abiertos y despejados, también hay que seguir los lineeamientos que nos inculcaron hace taitantos años. El piso de la Casa de Aragón, donde nos reunimos todos los sábados desde las 21 hasta las 0.30 horas, es apropiado para el disfrute. De madera, con espejos que también orientan y nos muestran aciertos y errores de los bailarines. Pero, vale la pena aclarar que lo llevamos muy bien y entre todos contribuimos a la armonía milonguera.

                                       


Aparte de invitarte, de transmitirte la pasión del tango bien bailado, ya sabés que los días de nuestra milonga me despacho con una tournée por los distintos ruedos con el fin de pispear cómo la escolasan las distintas parejas que se mueven en los escenarios del mundo. Una mirada amable, digamos, en festivales y demás, así comprobamos el nivel de algunas duplas que han logrado consolidar su imagen y son apreciadas por el público en general.

Por ejemplo, escojo a Aníbal Lautaro y Valeria Maside, una pareja argentina, radicada en Bélgica,  que ha participado en numerosos musicales de categoría y que han demostrado su excelente nivel en grandes eventos. Podemos apreciarlos en el festival de Bruselas de este año, bailando al compás del tango Indio manso, interpretado por la orquesta de Carlos Di Sarli.

                                          


A continuación me tomo el aéreo a Roma, y en la capital italiana, me topo, allí,  en La Milonga del Barrio, con la pareja colombiana integrada por  Diego Benavídez y Natasha Agudelo. Que se despachan bailando la Milonga de antaño, por Juan D'Arienzo, su orquesta y el cantor Alberto Echagüe.

                                           


Como tengo ganas de viajar, me voy más lejos, salto el océano y me planto en  el Natural Tango Festival de Denver (U.S.A.), aprovechando que Trump anda por Europa, y vuelvo a encontrarme con Nick y Diana, una yunta que tiene sus bemoles y son organizadores del festival. Musicalmente irreprochables (él toca el bandoneón, anche y ella canta, en la orquesta Natural Tango), Nick me recuerda a aquellos vendetuttis que en Constitución o la calle Corrientes se enroscaban una víbora al cuello y la hacían mover para distraerte y venderte sus boludeces. Es que, aprovechando que Diana es muy livianita, Nick, a veces, se la cuelga y la bambolea a ritmo, produciendo un efecto entusiasmante en los espectadores. Pero milonguean bien, la saben lunga, son divertidos. Junalos bailando -siempre con la música- Te aconsejo que me olvides por la orquesta de Aníbal Troilo con la voz de Fiorentino.

                                            

  Con estas imágenes ya te di máquina para que nos acompañes esta noche en Chiqué. Dale...                                                                     

jueves, 25 de mayo de 2017

Yuyo verde

Este tango de Homero Expósito y Domingo Federico, me atrapó de chico. Lo cantaba en el patio, mientra lavaba ropa u otros objetos, una vecina de muy buena voz. Y yo me detenía en cada párrafo mentalmente. Para colmo era verano, todo el espacio abierto al cielo en aquellas casas y los versos musicalizados y muy bien interpretados por la muchacha, reflejaban maravillosamente  aquel estío juvenil que vivíamos.

Íbamos perdidos de la mano
bajo un cielo de verano
soñando en vano...

                                       

Homero fue uno de los más grandes poetas que tuvo el tango. No necesitó de recetas fáciles para ganarse el corazón de los tangueros. Su lenguaje original, sus formas nuevas, diferentes, convencieron a los escépticos y sus temas ganaron la calle con la velocidad de la pólvora. Trenzas, Al compás del corazón,  Percal, Tristezas de la calle Corrientes,  Afiches, Óyeme, Flor de lino, Pedacito de cielo, Quedémonos aquí, Naranjo en flor, Pigmalión, Yo soy el tango, A bailar, Te llaman malevo, Farol, El milagro, Esta noche estoy de tangos, Fangal, Mi cantar, El milagro, Pequeña, son algunas muestras de su enorme talento poético. Y tanguero.

Y aquella imagen de Yuyo verde cantado por la vecina, en una tardecita de verano, me quedó guardada en mi alma. Luego lo escucharía por la orquesta de Domingo Federico, cantando Carlos Vidal, Por Troilo con Floreal Ruiz, por Pugliese con el flaco Morán, Caló-Rufino, Goyeneche-Piazzolla; Roberto Mancini, Biagi-Ortiz, Tania, Lidia Borda.... y me sigue gustado a morir y trayendo recuerdos de aquellos veranos infantiles en que terminábamos corriendo en la calle de nochecita. Y rondábamos a las primeras chicas del barrio con aquella inocencia temprana.

                                    
Homero y Virgilio Expósito

Su hermano Virgilio, que compuso muchos temas de éxito con Homero, recordaba de donde les venía la vena musical.
   -Estudiábamos juntos, él para el Nacional, yo para los deberes de la primaria. Después hablábamos de música, nos sabíamos todas las canciones... ya teníamos la música adentro, en la sangre. Claro que también nos venía de la familia. Mis tíos eran violeros de milonga y por eso siempre había algún músico de visita en casa de mi abuela italiana. Eran todos tanos, y ese contexto nos venía por ahí. El resto nos venía por nuestro padre que, como todo anarquista, era un señor que se ocupaba de todo lo que pasaba en la cultura.

Y también explicaría el porqué de estas letras de su hermano poeta, que parecen transportar su espíritu, la emoción y esas puntadas del dolor. Tan profunda ha sido la influencia de aquel episodio de amor juvenil, que lo dejaría testimoniado en temas imperecederos.

                                            

                                       
   -Era un poeta limpio, aunque en sus letras siempre hay alguna cosa fatal, algo que nunca se le dió. En la quiniela de la vida hay un número que nunca le cantaron, que nunca se le dió. Cuando era muy joven hubo una novia que no lo quiso. Él estaba muy enamorado en aquel entonces y es posible que su obra a través de tantos años, haya sido sobre ese problema.

Un farol, un portón
-igual que en un tango-
y los dos perdidos de la mano
bajo el cielo de verano
que partió...

Frases intimistas y simbolistas. El eco del sonido de su música y de su vida. En cada párrafo vuelca tensión y drama de juventud con la difusa nostalgia de los años transcurridos en su pueblo  de Zárate. Tan profunda ha sido su llaga que los versos nos llegan con toda su influencia, al escuchar temas como el que hoy me sumerjo en el blog. Así se fue gestando ese duende omnisciente.

Déjame que llore crudamente
con el llanto viejo del adiós...
Adónde el callejón se pierde
brotó ese yuyo verde
del perdón...
Déjame que llore y te recuerde
-trenzas que me anudan al portón-,
de tu país ya no se vuelve
ni con el yuyo verde
del perdón...

La poética de la escasez que fue el germen de Homero Expósito, creó estas piezas de enorme singularidad y su larga sombra redundó en la génesis de los nuevos poetas del tango. El drama del desamor juvenil, parece acompasar cada palabra. En un festival de tango, al que fui invitado para disertar sobre la poesía del tango, recité algunos temas del zarateño. Y vi incluso caer algunas lágrimas en los rostros de asistentes al acto. No era precisamente por mí, sino por las frases poéticas que persiguen la evanescencia del tiempo, su rebobinarse y romperse...

¿Dónde estás, dónde estás,
adónde te has ido?...
¿Dónde están las plumas de mi nido,
la emoción de haber vivido
y aquel cariño?...
Un farol, un portón
-igual que en un tango-
y este llanto mío entre mis manos
y ese cielo de verano
que partió.

Vale la pena aclarar que yuyo es una palabra quechua que sirve para designar plantas o malezas silvestres, y que es de uso común en Argentina.

                         
Elvino Vardaro, Homero y Virgilio Expósito; Susana Rametta, Alberto Fontán, José María Contursi y Julio Jorge Nelson, Jurado del Festival de Tango en La Falda, Córdoba.

Voy con dos versiones de un tango que me sigue llegando muy adentro, mezclado con tantos recuerdos juveniles y veranos de aventurillas amorosas, pasajeras, pero emocionantes. Aníbal Troilo con Floreal Ruiz, lo grabó en pleno estío, el 28 de febrero de 1945. Osvaldo Pugliese, cantando Alberto Morán, también lo registró en disco aquel verano del 45, el 25 de enero. ¿Los escuchamos?

Yuyo verde- Aníbal Troilo-Floreal Ruiz

Yuyo verde- Osvaldo Pugliese-Alberto Morán






martes, 23 de mayo de 2017

Bien milonga

                                                                                            Muchachos, comienza la ronda
      que el tango invita a formar.
      ¿Quién al oir el arranque
       de un son tan brillante
         no sale a bailar?
                 Leopoldo Díaz Vélez
                                                                                          
Los martes milongueros iluminan los bosquejos de la semana que se presenta con calores y emociones para todos los gustos. Aunque el placer de una buena milonga adelanta en sus preferencias a todos aquellos que tienen la inmensa dicha de bailotear tandas de tangos, milongas y valsecitos. Es algo que uno lleva prendido en el alma y aunque pasen los años, la pasión no se deslíe en una sfumatta, sino que crece con el correr de las milongas.

No necesito explicártelo demasiado porque ya conocés ese sentimiento, lo vivís y vas junando el almanaque, los yornos de la settimana y calculando adonde te mandás para darle gusto al cuerpo y pista lunga a los remos. Ya sabés que en la CASA de ARAGÓN, situada en la Pza. República Argentina, de Madrid, los martes le sacamos viruta al piso, con tutti, de 21 a 0 horas. Y ahí te esperamos.

                                          


Para no perder la costumbre y porque los seguidores del blog me incitan y quieren ver cómo la tallan en el parqué las parejas de fuste, me doy el consabido repaso por pistas lontanas y así vamos sacando conclusiones.

Por ejemplo, si me planto en el Showdance Argentine Tango, de Moscú y me topo con la pareja rusa integrada por Aleksandr Yakushev e Irina Ostroumova... Que se arrancan, en este caso, bailando el tango Recuerdo, por su autor, Osvaldo Pugliese, su orquesta, y el cantor Jorge Maciel. Manyá qué estilo manyá.

                                                 


Y me rajo a Tokio - Japón para ver a esta dupla: Cristian Andrés López-Naoko Tsutsumizaki en acción.  Cristian, argentino, que tiene su estudio de tango en la capital japonesa,  la hace de goma a su novia y pareja de tango: la nipona Naoko, en Tanguera, por la orquesta de Mariano Mores. Los ponjas se quedan atónitos cuando él la enrolla como Messi a la pelota, con la zurda. Cosa'e locos...

                                                                                


Y ahora una pareja que las gasta grosas. Los rusos  Nichael Nadtochi y Eleonora Kalganova. Están en un salón de Washington -Estados Unidos-, y se mandan con la milonga: Cuando un viejo se enamora, por la orquesta de Francisco Canaro, cantando Carlos Roldán.

                                         


Y ya te di la manivela necesaria para que digas "Presente", en la cita milonguera de esta noche de luna. Las estrellas ya las viste acá. Ahora te mandás un buen empilche, tarros milongueros y a bailar que son dos días...                                   

lunes, 22 de mayo de 2017

Enrique Dumas



Tenía 73 años, estaba en plena forma y acababa de actuar en el Festival de Doma y Folklore de Jesús María, a unos 700 kilómetros de Buenos Aires. El cantante argentino Enrique Dumas falleció en 2009 a causa de un ataque cardiaco. Aún mantenía el tono recio de su gola tanguera y la pinta de galán maduro que le había caracterizado y que le permitió triunfar en escenarios tangueros, televisión, teatro y cine. 

Conoció la fama ya a los 20 años, cuando el tango, cercado por las dictaduras de turno, estaba dejando paso al rock y otros ritmos. Y justo él, que había comenzado a cantar a los 14 años en la Dixieland Jazz con el seudónimo de Hugo Randall, terminó siendo puntal del resurgimiento de la música porteña por su estampa, simpatía, el timbre recio de voz y su estilo interpretativo.

                                            
    

Enrique Rodríguez Acha -su verdadero nombre- nació en La Plata y, con Julio Sosa y Edmundo Rivero, relevó a los barítonos atenorados, de voces melodiosas, dándole otro acento al tango.El pianista Carlos Figari, tras abandonar la orquesta de Aníbal Troilo, empezó una nueva andadura en 1955 junto con esta joven revelación que enseguida se ganó los aplausos de los amantes del tango y de las damas, que lo eligieron como paradigma del galán cantante, que alternaba los temas jocundos  con las letras que detallaban pequeñas infamias de nuestra vida.. 

Lo vi seguido con dicha orquesta de Figari en la Confitería Richmond de la calle Suipacha. Y me lo encontraba también en el Balneario El Ancla, de la ribera deVicente López. Con los años coincidiríamos en Canal 9 de televisión, en la sala de maquillaje, o en los pasillos y daba gusto charlotear con él por su buen humor y gracejo. Era un tipo entrañable.

                                    

Radio Splendid les consagró rápidamente, aunque fue gracias al auge de las cadenas de televisión privadas argentinas que el estilo y la simpatía de Dumas se impusieron con fuerza. Actuó en programas de mucha audiencia como Esquina de tango, La familia Gesa, Yo te canto Buenos Aires, El show de Antonio Prieto y Grandes valores del tango, entre otros. 

Se zambulló en el teatro junto a Olinda Bozán y Alberto Anchart, en una versión de La muchachada del centro; en Buenos Aires de seda y percal, con músicos y colegas destacados como Mariano Mores, Néstor Fabián o Susy Leiva. También se lució en el legendario sainete El conventillo de la Paloma, o en Aplausos, con Libertad Lamarque y Juan Carlos Thorry.

En la década de los sesenta participó en varias películas, entre otras: Bicho raro, Flor de piola y Viaje de una noche de verano. Encarnó en teatro nada menos que a Santos Vega, el personaje poético de Rafael Obligado que compitió con el Martín Fierro de José Hernández. Participó también en Tangos en El Dante, junto a Aníbal Troilo y Tito Lusiardo; Yo canto a mi Argentina, con Mores, Lusiardo y Héctor Gagliardi; Buenos Aires, todo tango, con Beba Bidart, Horacio Salgán y Ubaldo de Lío, y una larga lista. En 2003, viajó a Japón acompañando a la orquesta conducida por el bandoneonista Carlos Galván y volvió a registrar un gran éxito. También cantó con el maestro Osvaldo Pugliese.

                           
Con Virginia Luque en Grandes Valores del Tango
                                         

Había sobrevivido a un infarto dos décadas atrás y a un terrible accidente de automóvil, que sufrió cuando regresaba de una gira. Se caracterizó por su sentido de la amistad, el amor por su familia -aunque teminó separado de su esposa, la locutora-presentadora Colomba, con quien tuvo tres hijos--, y los que tuvimos la suerte de coincidir con él en televisión o en radio apreciamos siempre esa campechanía que fue su santo y seña y no abandonó, ni en los instantes de mayor éxito.

Dumas dejó muestras de su profesionalidad y buen gusto en la película Buenos Aires, sos tango, en la que aparece cantando e interpretando secuencias junto a Aníbal Troilo, Edmundo Rivero y Beba Bidart, además de otros artistas.

En 1961 se independizó y, como solista, logró sus mayores éxitos aunque volvió a grabar con Figari y  conjuntos como Mariano Mores, Osvaldo Requena  o Roberto Pansera. Realizaba giras por Argentina junto a su íntimo amigo, el locutor Silvio Soldán, hasta el infarto final. Dejó numerosos temas grabados y, especialmente su imagen cantora en programas de televisión y en películas que filmó.

Como ejemplo, acá lo vemos cantando en el programa de Canal 9 "Grandes valores del Tango", acompañado por la orquesta de Osvaldo Pugliese -a quien le recuerda una anécdota-, en el tango de Héctor Marcó, Graciano Gómez y José García: Esta noche de luna.


                                      

Y con Virginia Luque se despachan varios tangos, acompañado por la orquesta que dirige Armando Cupo desde el piano.

                                          

                                             
                                                  


sábado, 20 de mayo de 2017

Chiqué

                                                                           Un sábado más, un sábado más
                                                                           sobre Buenos Aires, un sábado más.

Así como lo describía Chico Navarro en la capital porteña, sucede en Madrid y en tantos puntos del orbe con las milongas sabatinas que entibian las noches y madrugadas a puro tango, milonga y valsecito. En Chiqué también te reservamos ese espacio lúdico donde podés tomar clases -previa anotación-, a partir de las 20 horas del sábado, y milonguear tupido desde las 21 hasta las 0.30 hs.

La Casa de Aragón de Madrid, nos permite danzar en su salón, con hermoso piso de madera, espejos y música expresamente bien milonga. Además ofrece su elegante restaurante, la terraza que da a la Fuente de los delfines, en la Plaza República Argentina; el bar y sus instalaciones. La completa, que dirían en Buenos Aires, disfrutando de un sábado más a pura milonga. Por eso te invitamos a que compartas este espacio con todas las excelencias que te ofrece.

                                   


Para ayudarte a despuntar tu bagaje milonguero, no hay nada mejor que llevarte a pasear por distintos escenarios con el fin de que admires la fuerza expresiva de algunas parejas, el vendaval prodigioso de sus exhibiciones, estilos sugerentes, originalidad con tensión y chispa, sumada a la brillantez rítmica con que acometen la interpretación de lo que les va sugiriendo la música de la orquesta.

Arranco con los argentinos Alejandro Berón y Verónica Vázquez. Se lucen en unos salones del barrio de  Plantage -Amsterdam- Holanda, bailando el valsecito Temo, por la Orquesta Típica Victor, cantando Mario Corrales (que luego se llamaría artísticamente Mario Pomar).

                               

Continúo con una pareja rusa que se mueve de maravillas en la pista de baile. Son Dmitry Vasin y Ester Omerova, en el Showcase de Tango argentino. Y lo hacen bailando A Evaristo Carriego, en la versión de la orquesta Luis Bravo Forever Tango.

                                

Y para cerrar este abanico de muestras artísticas sobre el tango bailado, te dejo con la miel en la boca. porque vas a disfrutar con las travesuras de Sebastián Arce y Mariana Montes (¡Qué pedazo de pareja!). Es de hace unos años pero tiene una frescura total. Mirá cómo se lo pasan bailando la milonga De mis tiempos, por la orquesta de Francisco Canaro. ¡Una pasada!...

                                       


¿Que me contursi? Si no te agarró el embale, es porque andás algo hipotenso. Seguí viéndolos un rato y después me batís la justa...

viernes, 19 de mayo de 2017

Abel Córdoba


    -Yo tuve la suerte de incorporarme a la orquesta de Osvaldo Pugliese cuando la misma estaba atravesando unos de sus mejores momentos. Estaba integrada por el tano Ruggiero, Penón, Lavallén y Plaza en bandoneones. En los violines estaban Cacho Herrero, Balcarce y el uruguayo Julio Carrasco. En la viola, Norberto Bernasconi y Quique Lannó, en el bajo Alcides Rossi y, por supuesto, Osvaldo en el piano. Y yo vine a la orquesta. Debuté el 10 de Octubre de 1964 traído de la mano del negro Luis Mela, el recitador en la orquesta que me había escuchado cantar en mi ciudad, en San Francisco, en una confitería de aquel pueblo.

                              


   Me dijo: "Pibe, tenés que bajar a Buenos Aires porque sería importante que te escuchen los muchachos de la orquesta, que están realizando un certamen para tratar de incorporar una voz joven", porque yo también fuí joven. Entonces viajé a la Capital y tuve la suerte de llegar a una final donde participaron dos muchachos de aquí, uno de Rosario y el cuarto era yo. Así que dimos todos la prueba en la sala de Callao 11, que Don Osvaldo y los muchachos escucharon con suma atención a todos los postulantes que estábamos. En ese último día sale el negro Mela a los minutos de realizar la acostumbrada conferencia donde se votaba y dice: "Por unanimidad ha quedado elegido el cantor de Córdoba". No reaccionaba que el único que venía de esa provincia era yo, así que tuve la enorme satisfacción de integrarme a la orquesta. 

El siguiente sábado debuté en la misma y fué una emoción impresionante. Tenía que suplir a Alfredo Belusi, que no iba a ausentarse de la orquesta, íbamos a estar los tres, Maciel, que estaba en esa época, Belusi y yo, pero como me incorporaron a mí, Alfredo se "tomó el raje" volviendo con la orquesta de José Basso con la que ya había estado unos años atrás, así que desde esa época quedé incorporado a esa gran orquesta de tanta jerarquía, que fue la de Don Osvaldo, hasta los últimos días (1995). 
                                 


Tuve la suerte, al poco tiempo de haber debutado, de hacer una presentación de dos meses, una temporada hermosa en el teatro Maipo, que todavía era un teatro de revistas importante, donde estaban Tita Merello, Marrone, Dorita Burgos, las hermanas Ponce, Maruja Montes, Alfredo Barbieri... todas importantes figuras de aquella época. Dos meses después tuve la enorme satisfacción de hacer una gira por Japón, lugar al que fuimos por sesenta días y la gira duró cinco meses, así que nos fue muy bien. Bueno, esto es como realizar el sueño del pibe, en esa época era como jugar en la primera de River o Boca. 

El primer tema que grabé con la orquesta fué el hermoso tango de Oscar Zito Fresedo y Márquez, Enamorado estoy. Yo no lo cantaba, pero como era un tema melódico y me querían encarrilar por esa línea me lo hicieron grabar. A lo mejor, algo que no todos saben, es que en esa grabación no estuvo Don Osvaldo en el teclado y la parte de piano la realizó Armando Cupo, porque Osvaldo tenía la mano lastimada por una caída que había tenido. Así que grabamos un doble. Ese mismo día grabó Maciel -no recuerdo que tema (*)- y también los instrumentales La cabrera y Charamusca

                                
Con la orquesta de Pugliese en RE FA SI de Mar del Plata y otros artistas.1971

Inmediatamente después grabé un tema de Javier Mazzea, Como aprender a quererte. Después vendría Whisky, el tango con el cual rendí la prueba y que todavía me piden. Yo no tuve caballito de batalla. El tango estaba medio de capa caída, cuando yo entré ya estaba la nueva ola. Anteriormente a mi llegada, los cantores estaban cinco o seis años con las orquestas, se hacían su nombre y se desvinculaban para encaminarse como solistas, porque era más conveniente. Yo no tuve esa oportunidad, siempre me quedé en la orquesta, no había muchas alternativas, además estaba muy cómodo. 

También me piden los tangos Después, Callejera, Bien de abajo... Si yo tuviera oportunidad de grabar, haría este último tema, es un tango que me gusta mucho y tiene una letra (Héctor Negro) importantísima y una música (Arturo Penón) excelente. Cuando vine a Buenos Aires me fui a vivir a una cueva de un amigo del negro Mela, ahí en la calle Cerrito, donde ahora por la modificaciones urbanas está la avenida 9 de Julio. Estuve allí hasta que me gané los primeros mangos y me mudé al Hotel Casino que quedaba en Carlos Pellegrini y Santa Fe y fíjense ustedes que al poquito tiempo que yo había ido a vivir a ese hotel aparecieron cinco zaparrastrosos que venían de Rosario, que eran Los Gatos, la agrupación de Lito Nebbia. 

                           
Abel Córdoba, Adrián Guida y Osvaldo Pugliese
  
 
La semana antes de debutar me invitaron a presenciar una actuación de la orquesta. En el micro iban Gloria y Eduardo y el maestro de ceremonias, que era Julio Jorge Nelson. Entonces yo estaba por ahí cerca en el ómnibus y el tano Ruggiero le dice a Julio: "Mirá, este pibe va a debutar el sábado que viene pero no sabemos como llamarlo". Julio Jorge se da vuelta y me dice: "¿Cómo te llamás?. Yo le respondí: Abelardo González. Entonces me preguntó de dónde venía y yo le respondí que de Córdoba. Yo nací en Caballito, pero a los cuarenta días me piantaron para Córdoba, así que por adopción soy sanfrancisqueño. Julio espontáneamente dijo: Abel Córdoba, a los muchachos le gustó y quedó así".


Y vale la pena volver a escuchar aquel tango con el que ganó la prueba para estar durante 31 años, como cantor de la orquesta de Osvaldo Pugliese. Se trata de Whisky, de Héctor Marcó, que grabó con la orquesta en septiembre de 1965.

Whisky - Osvaldo Pugliese-Abel Córdoba


(*) El tango grabado en esa oportunidad por Jorge Maciel fué "Decime, Dios, ¿dónde estás?".

Nota: Este texto pertenece al Seminario Tango y Sociedad "Un siglo con Osvaldo Pugliese, ética y estética", que el Foro Argentino de Cultura Urbana desarrolló en la bodega del Café Tortoni de Buenos Aires entre el 3 de Agosto y el 23 de Noviembre de 2004.

miércoles, 17 de mayo de 2017

Leo Lipesker

Se llamaba León Lipezker, era hijo de un matimonio ruso de Odessa que llegó a Rosario, Argentina, escapando de las penurias europeas del momento y donde tendrían seis descendientes, de los cuales cuatro se dedicaron con éxito a la música: Félix, León (que le quitaría artísticamente la ene final a su apellido). Santos y Freddy. Los dos últimos se deicaron preferentemente al jazz, aunque el popular Santos Lipesker, tocara el bandoneón, escribiera algunos tangos, militara en orquestas y grabara también esta música.

Leo estudió el violín, bandoneón, saxofón y clarinete y siguió los pasos de su hermano Félix, bandoneonista,  que se enrolaría tempranamente en la orquesta de Julio De Caro. Con 13 años, Leo  ya estaba instalado en Buenos Aires y sería primer violín en la orquesta de Pedro Maffia, e incluso participaría de la gira que hizo la misma por Chile en 1935, y en la que también formaba su hermano Santos, tocando el bandoneón y el clarinete.

                                       


De allí saltaría a la formación de Miguel Caló, que ya palpitaba los futuros éxitos de su orquesta de las estrellas, y luego de las actuaciones con un trío en el exterior, se enrolaría en la orquesta de su hermano, Roberto Caló. En la misma lo ví varias veces cuando estaban en la confitería Nobel, donde yo acudía a bailar. Y se lucía Leo Lipesker en los solos de violín que le marcaba el pintón director.

Siempre supo aunar las aspiraciones artísticas con las comerciales. En 1959, formó el cuarteto Los notables del tango, con Leopoldo Federico, Omar Murtagh, y Manuel Flores (lo reemplazaría Osvaldo Berlingieri)  y daría un gran salto de calidad al conformar el Primer Cuarteto de Cámara del tango. Para ello alistó a Hugo Baralis como segundo violín, Mario Lalli en viola  y José Bragato en violoncello. Leo era el primer violín y los arreglos se los encargó a Pascual Mamone.

                                              

Tuvieron  notables audiciones, grabaron en los ellos Odeón y Microfón, temas como Recuerdo, Lo que vendrá, La cumparsita, Loca bohemia, Todo corazón, La bordona y Sueño azul, entre otros. Luego formaría su propia orquesta, acompañaría a Roberto Rufino, formó un Sexteto con Osvaldo Requena y comenzaría a despachar éxitos como compositor, aprovechando su unión con Alejandro Romay en "Grandes valores del tango", que salía por radio Libertad. Entre sus trabajos, registró un CD con temas de Mariano Mores, utilizando el respaldo de éste, y como directivo de un sello lanzó un larga duración con voces jóvenes del tango.

                                   


En la ristra de composiciones que fue cosechando se mezclaron piezas de distintos géneros populares. Entre los tangos que firmaba con el seudónimo de Riel, se destacaron El último guapo y Sueño malevo (con Abel Aznar), La porteñita, Puede ser que no te rías y Milonga de cien esquinas, con Reinaldo Yiso, Todo es amor, con Alejandro Romay, Eslava con Pascual Mamone, Una historia más , con Raúl Hormaza y José Basso,  o Tuyo es mi corazón, con Héctor Stamponi. Su alianza con Romay y su perfil profesional en la Editorial Julio Korn, le permitieron la difusión y popularidad de estos temas, que seguramente no merecieron tal éxito, en su mayoría. Pero, en su faceta de músico, no se le pueden negar las virtudes que atesoró y que demostró en los distintos trabajos que desarrolló.

Podemos apreciarlo en dos temas. Con el Cuarteto de cámara del tango en La cumparsita. Y con su orquesta, en los temas instrumentales de Mariano Mores, Cada vez que vez que me recuerdes y Cristal, en un mismo registro.

Cuarteto de cámara - La cumparsita

Leo Lipesker Orquesta_Cada vez que me recuerdes-Cristal