De cualquier forma, y con el exiguo aporte, él no puede pasar inadvertido dentro de mis recuerdos sobre el Tango, y con ello, no dilatar por más tiempo la injusticia de su omisión dentro de la Historia del mismo, ya que, al igual que Don Arturo De Bassi, perteneciera a una familia de músicos de real valía, sin la menor duda al respecto.
Carlos Posadas |
Recuerdo perfectamente a Don Carlos Posadas, gran amigo de Eduardo Arolas, visitándolo en el café Botafogo, sito en Suipacha y Lavalle. donde actuáramos un brevísimo tiempo, para luego pasar de allí al Tabarín.
Arolas, dentro de su vasto repertorio tenía también Cordón de oro y El Jagüel, de Carlos Posadas. Esto ocurría allá a mediados del año 1918. Al evocarlo lo veo llegando muchas noches, acompañado de otro colega suyo, que quien llamaban El Rengo Zambonini, autor éste del tango La clavada, quedándose ambos hasta finalizar nuestra actuación.
En una de esas visitas, casi cotidianas, oí a Don C arlos decirle a Eduardo Arolas, al que llamaba Lorenzo:
-Mirá hermano, me deleita escucharte; sos genial con el fuelle y magistrales los tangos, por lo bien ejecutados por tus muchachos. -Y señalándome a mí, añadió- Y a este pollito. ¿de dónde lo sacaste?
Posadas era simpatiquísimo, afable y paternal, con un hábito permanente: atusarse los bigotes, y mientras hacía este movimiento maquinal, me auguraba constantemente que llegaría yo "a mayores", en una futura gran época para el tango.
Seguro en su pronóstico, me instaba a no descuidar los estudios realizados con el violín, tan indispensable para la música popular y patrimonio poderoso en mi carrera profesional recientemente iniciada en la orquesta de Eduardo Arolas.
Al interesarse por mis maestros, Don Alberto Williams (el último), Arolas me instruyó sobre la personalidad de Posadas como gran músico y extraordinario maestro a su vez, con muchos alumnos. A la par de ello, trabajando en un teatro céntrico, lamentando Arolas que no se dedicase Posadas de lleno al tango, porque hubiese tenido un gran padrinazgo.
Poco tiempo después, fallecía este caballero Carlos Posadas, autor de varios tangos, entre otros El tamango y Retirao, el 12 de noviembre de 1818, muy joven aún. Tocaba muy bien el piano, la guitarra, el violín, dirigía orquestas y era muy buen compositor. Hombre bueno y lleno de méritos.
¡Para él mi cariñoso recuerdo!
Julio De Caro
Merecidísimo recuerdo para Don Carlos Posadas, sin dudas un grande del tango a igual que los otros dos morenos: Eduardo Pereyra y Joaquín Mauricio Mora.
ResponderEliminarQué hermoso recuerdo. Gracias.
ResponderEliminar