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jueves, 3 de enero de 2019

La última

Me parece muy justo comenzar mi andadura de 2019, en este Blog que el próximo mes de Febrero cumplirá su séptimo año de vida y ya orilla las 950.000 visitas de amantes del tango en sus diferentes facetas: Música, Poesía, Baile, con este hermoso tango. Es un orgullo personal haber arribado a estas cifras con tangueros de muchas partes del mundo que siguen la página y también dejan sus valiosas opiniones que respeto y valoro en toda su dimensión,. Está claro que ese apoyo me sirve de acicate para seguir contando historias  que vale la pena recrear por todo lo que encierran en su enorme valor sentimental.

Y arranco con este tema que supo hacer camino allá por 1957 en los rieles del tango, que no atravesaba su mejor momento, pero seguía despachando éxitos perdurables para la historia del género. Tuve la suerte de tratar mucho con el poeta que fraguó el mismo, Julio Camilloni, prolífico autor, humilde vate del barrio de Boedo que se ganaba la vida vendiendo productos para talabartería, fábricas de maletines, valijas y demás.

                                   
Julio Camilloni


Ambos disfrutamos de la amistad de Alfredo Gobbi y Camilloni estableció una fructífera sociedad autoral con Antonio Blanco, el fiel segundo violín de la orquesta de Gobbi durante veinte años. . Juntos construyeron temas como Predestinada, Pichuco está tocando, Candombe blanco, Balance sentimental, Amanecía, Ya lo sabe todo el mundo, Barquitos de papel, Al mismo Dios, Estás en mi corazón, La invitada, Amigo sol y este hermoso tango del título que hizo historia,  en 1957, especialmente en la versión de Aníbal Troilo con la voz de Ángel Cárdenas. Toda una gran creación.

Camilloni, con su pincel poético, nos cuenta la historia del hombre  que, franqueada la valla que separa la juventud de la madurez, encuentra a esa mujer después  de varios cataclismos sentimentales, penetrado de ansias, descubriendo otra vez las sensaciones del amor, que parecían desterradas de su espíritu. Aunque sabe, por experiencia, que lo efímero es lo que distingue a la condición humana, se aferra a ese encuentro, a esta nueva oportunidad. Y Camilloni desnuda la pasión y la esperanza del hombre que quiere encontrar en la mujer a la pareja definitiva.

Ya no puedo equivocarme, sos la última en mi vida,
y es la última moneda que me queda por jugar.
Si no gano tu cariño la daré por bien perdida
ya que nunca más la vida me permitirá ganar.

Te confieso deslumbrado que no esperaba tal cosa.
Ya están luciendo mis sienes pinceladas de marfil,
ya mi patio abandonado no soñaba con la rosa
y se realizó el milagro con la última de abril.

Sos la última y espero que me traigas la ternura,
ésa que he buscado en tantas y que no puedo encontrar.
Ya no quiero pasionismo, ni amorío, ni aventura...
Yo te quiero compañera para ayudarme a luchar.

No me importa tu pasado ni soy quién para juzgarte
porque anduve a los sopapos con la vida yo también.
Además hay un motivo para quererte y cuidarte:
se adivina con mirarte que no te han querido bien.

Fue por eso que te dije: ya no puedo equivocarme,
sos la última que llega a perfumar mi rincón
y esas gotas de rocío que no te dejan mirarme
me están diciendo a las claras que alcancé tu corazón.

Pero si la mala suerte me acomoda el cachetazo
con que siempre está amagando para hacerme fracasar,
no podré sobreponerme a este último fracaso
y yo seré como un grillo, muerto al pie de tu rosal.

                                     


 La propia respiración existencial, la vida y sus fracasos, la ilusión compartida como última chance, nos sumerge en  imágenes que reflejan las aristas astilladas de los dos amantes que intentan cicatrizar sus heridas en esta unión final y definitiva. Desacida de sujeciones, la historia hunde sus raíces en  esas dos personas mayores que buscan dejar atrás el óxido de lo cotidiano, y la efusión sentimental es la esperanza de la última moneda que les queda por jugar. Hermosa pintura de Camilloni a la que Antonio Blanco le ajusta su música definitiva.

Lo grabó Jorge Durán con la orquesta de Armando Pontier,. También Rodolfo Lesica con Alberto Di Paulo. Pero la versión de Troilo-Cárdenas es impagable. Lo llevaron al disco el 25 de septiembre de 1957 y fue todo un impacto.

La última - Aníbal Troilo-Ángel cárdenas

3 comentarios:

  1. Gracias por este blog. No soy de escribir en los sitios, pero cualquier cosa que te ponga es poco para agradecerte. (M.R.)

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    1. Es un placer ayudar a difundir la hermosa historia del tangos y sus anécdotas, versos, personajes, etc. Un abrazo.

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  2. Jose Maria, buenas tardes, un gusto y un placer leer sus comentarios. Soy tanguero y me apasiona leer historias que se tejen detras de los tangos, tal vez ud. me podra recomendar algun libro al respecto. Mi abuelo materno era Camilloni, nacido en Ancona, posiblemente julio haya sido un sobrino. Lamentablemente no se mas que eso. Agradeceria su respuesta y reitero mi enorme agradecimiento por permitirme " aprender ". atte.

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