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miércoles, 15 de agosto de 2018

Cobián, el gran renovador

-(...) En 1928 accedió Cobián a concretar un nuevo ciclo discográfico para Victor. De esta incursión, como siempre reducida a unos pocos registros por su proverbial inconstancia en la continuidad de su actividad profesional, dejó una serie de títulos suyos de reciente composición, tales como ¿Me querés?, Hambre, Vení,vení.... El único lunar, Lamento pampeano, Ladrón y Mal camino. Formó como siempre un conjunto de muy calificados instrumentistas que condujo desde el piano, compartido ahora con René Cóspito o Rodolfo Biagi alternativamente, con el objeto de hacer resaltar el apoyo rítmico de la orquesta. Y junto a ellos Luis Petrucelli, Ciriaco Ortiz, Nicolás Primiani (bandoneones); Elvino Vardaro, Manlio Francia, Fausto Frontera (violines); Humberto Constanzo (contrabajo) y la voz de Francisco Fiorentino.

Juan Carlos Cobián en 1943

La vinculación de Cobián con Enrique Cadícamo dio lugar a la formación del binomio autoral acaso más representativo en lo que a jerarquía artística se refiere, dentro del tango canción. Músico y poeta se consustanciaron en una inspiradísima labor conjunta de la que surgieron éxitos memorables imprescindibles en las más selectas antologías del género. La casita de mis viejos fue el primer trabajo autoral en colaboración, de Cobián y Cadícamo. Lo estrenó la cantante brasileña Ítala Ferreyra en la temporada de revistas, en el desaparecido teatro Buenos Aires, con la actuación personal de Cobián como pianista en escena.

Se sucedieron otros aciertos en colaboración. Niebla del Riachuelo, incluído en
la trama argumental de la película La fuga, protagonizada por Tita Merello y José Gola, Divagando, Rubí, El campeón, la milonga Rosa carmín. El colaboración con Enrique Dizeo compuso Cobián los tangos Has cambiado por completo y Volvé a mi lado, y con Celedonio Flores, Es preciso que te vayas.

La depla creadora de tangos de leyenda: Cadícamo y Cobián
                                 

En pleno auge de la comedia musical porteña, Alberto Ballerini encargó a Cadícamo y Cobián el libreto y la música, respectivamente, para un espectáculo  de aquel género en el Teatro Smart. El tango central de la comedia que debía cantar Roberto Páez era nada menos que el luego famoso tango Nostalgias. Pero a Ballerini no le gustó. Entendía que su estructura musical era demasiado compleja para esa circunstancia. Los autores retiraron con bastante desagrado la obra musical de referencia, componiendo en su reemplazo el tango titulado El cantor de Buenos Aires.  Así Nostalgias quedó postergado hasta el año siguiente, que sería el de su consagración.  Fue en 1936, cuando Cobián resolvió formar  nueva orquesta para debutar en el aristocrático dancing Charleston, de la calle Florida entre Paraguay y Charcas. Cobián al piano,  Cayetano Puglisi, Claudio Cassano (violines), Ciriaco Ortiz, Toto Rodríguez (bandoneones), Valentín Andreotti (contrabajo) y el cantor Antonio Rodríguez Lesende. Nostalgias fue estrenado por Rodríguez Lesende, del que aquel notable vocalista de nuestro tango (injustificadamente olvidado en los corrientes inventarios artísticos de nuestro medio) hizo una verdadera creación.. Y Nostalgias pasó a la inmortalidad, contándose entre los tangos de mayor difusión universal.

                                       

 Estuvo por entonces Cobián en plena actividad. Integró el siempre recordado Trío número uno por radio El Mundo, con el bandoneón de Ciriaco Ortiz, el violín de Cayetano Puglisi y el cantor Rodríguez Lesende. Los bailes de carnaval de 1937 en el teatro Politeama ofrecían la presentación de una numerosa orquesta de tangos dirigida por Cobián, integrada por primerísimos instrumentistas Ciriaco Ortiz, Cayetano Puglisi, Aníbal Troilo, Orlando Goñi, Hugo Baralis, Jorge Fernández, Toto Rodríguez, los cuatro hermanos Sciarreta, Miguel Jurado) y Rodríguez Lesende, el cantor de la mayor predilección de Cobián. Con su inseparable frac y una indumentaria confeccionada a medida para la numerosa orquesta, ofrecía la perspectiva de un verdadero espectáculo visual su presencia  en el escenario giratorio del Politeama. Pero ocurrió lo que parecía increíble, si no se tratara del temperamento versátil y repentista del gran compositor. Luego de los cuatro bailes iniciales de la semana de carnaval, desapareció Cobián. Se cancelaron las siguientes presentaciones programadas, y se supo después de varios días que el eterno viajero había emprendido  un nuevo viaje al extranjero, esta vez rumbo a Brasil, vaya a saber tras que alucinación romántica....

Años después volvió a Buenos Aires. Y volvió también a formar orquesta, que sería su última incursión artística en el mundo del tango, al que tanto contribuyera con su admirable talento musical. Inauguró otro lujoso centro nocturno, el Embassy de la calle Charcas frente a la plaza San Martín. Orquesta numerosa, con excelentes ejecutantes y el espectáculo siempre atractivo de Cobián dirigiendo de frac a su brillante conjunto. Luego se apagó de pronto el infatigable trajinar artístico de Cobián. Se alejó de la actividad musical, recluyéndose en su departamente del cuarto piso de Montevideo 646. Había perdido todo interés por seguir su derrotero invalorable de las grandes creaciones artísticas. Presentía posiblemente que entraba en el ocaso de aquella época brillante de la gran ciudad con refinado espíritu galante, del que fuera centro de atracción por su música y por la arrogancia señorial de su personalidad.

                                 

(...) Uno de esos viernes tan gratos para la evocación  de momentos intensamente vividos, en que nos reuníamos en una cantina de San Luis y Jean Jaurés, nos anunció su internación dos días después en el hospital Fernández para someterse a la simple extracción de una pequeña catarata ocular. Una desconocida intolerancia orgánica para los antibióticos le produjo un gravísimo trastorno hepático, con el doloroso desenlace de la partida inexorable del talentoso músico, el 10 de diciembre de 1953.
Tenía 56 años.

Luis Adolfo Sierra (Extracto de una larga y completa nota sobre la vida artística de Cobián)

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