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lunes, 14 de noviembre de 2016

Yo no sé que me han hecho tus ojos

La vida de Ada Falcón es como una gran película de época. La dulce tristeza del tango necesitaba, quizás, un personaje de este calibre artístico y humano para instalarse definitivamente en los rincones del alma de los porteños. Ver ahora un documental sobre su vida, sus canciones, sus amores con el poderoso Francisco Canaro -el hombre que en un determinado momento guió sus pasos instalándola en el pedestal del disco para que permaneciera in eternum en ellos-, sumado a su belleza tan singular, y una voz que penetra hondo en el espíritu de quien la escucha, nos devuelve a la leyenda de quien fuera una genial cantante.

Desovillando la complejidad de su vida, de su familia -la real y la imaginada por ella- de su encierro en un estudio pequeño para cantar por Radio El Mundo sin público, sus joyas y abalorios, sus actitudes de vida y ese retiro final en un pueblo perdido en la serranía cordobesa, ameritaba un documental así. Que concentrara sus misterios, su devoción religiosa, su densidad y la tensión de una vida triunfadora, el hedonismo desencantado, alma del vivero esencial,  que deja paso a esa desaparición definitiva, compleja, difícil de entender.

                                         


El documental, magníficamente realizado, nos sumerge en las contradicciones de su vida, de su terremoto existencial, de las 217 grabaciones que quedaron encapsuladas para la posteridad, de su voz única, especial, sensual y maravillosamente modulada musicalmente. De un romance que no pudo ser, pese al gran metejón que tuvo Canaro con ella, pero que se diluyó, porque Pirincho no se animó a romper su matrimonio y la abandonó. El amor de ella se convertiría en un automartirio que la llevaría a ese inesperado vuelco para su longeva vida.

Ada tenía 37 años, estaba en pleno apogeo de sus condiciones de cantante y artista, cuando decide regalar todas sus lujosas pertenencias y alhajas para refugiarse en los brazos de las monjas de un lejano convento, junto a su madre y permanecería en dicho pueblito cordobés  de Salsipuedes hasta su longevo final con 93 años y unos recuerdos enfundados en su misterioso silencio sepulcral.

                
Ada Falcón
                                    


Lorena Muñoz y Sergio Wolf realizan el necesario y obligado reconocimiento y seguimiento de sus pasos en este mundo. Buscando su rastro en aquel rincón apartado del mundano ruido, tratando de pegar los diseminados fragmentos de la imagen de este desdichado personaje, intentando bucear en sus encantos y sus miserias. Y lo consiguen con este filme que lleva el nombre del valsecito de Francisco Canaro, que escribe para ella como testimonio de su profundo amor.

Pero mejor, veamos este filme que nos traerá tantos recuerdos. Y nos removerá por la fatuidad del tiempo y la gran historia que Ada, la que fuera gran diva del tango en toda su peripecia existencial. .

                                
                                                    

3 comentarios:

  1. que misterio el alma humana, hay que tener ovarios para dejar fama fortuna juventud por un desamos y la mina lo hizo. parrafo aparte para pirincho,un procer del tango,pero parece que no se jugo el cuore y menos la guita,ya que el divorcio de su esposa le hubiera significado perder la mitad de su fortuna ,por lo menos asi lo baten los que contaron esta historia de amor y desencuentro- salute jose maria juan de boedo - nota ; hoy si no le ganamos a los cafeteros estamos al horno....

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  2. Excelente nota Jose Maria! Y merecida promoción a este revelador documental. Imperdible! Yo personalmente creo que Canaro usaba este romance "vox populi" para también acrecentar sus ya abultadas ventas (Sin desmerecer su genialidad como compositor, especialmente antes de los 40,s).Vea si no el vals Quisiera Amarte Menos... Gran Saludo tanguero desde Miami. http://www.tangobythesea.com/2016/11/qusiera-amarte-menos-i-wish-to-love-you.html?m=1

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  3. Hola Luigi. Yo creo que Canaro se enamoró perdidamente de Ada, pero cuando sus abogados le dijeron lo que tenía que dejarle a su mujer francesa, si se separaba, le entró el pánico, porque la había sudado mucho para ganarla.Los caminos del amor son insondales... Y en cuanto a ese vals que citás, tené en cuenta que la letra es de Luis César Amadori, que también anduvo muy enredado en ese rubro, hasta que se casó con Zully Moreno, pero le costó mucho separarse de la actriz Alicia Vignoli, su anterior esposa.

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