Murat y Michelle han sido pareja de vida y de tango durante 11 hermosos años, en los que nos han dejado muestras de su creatividad y capacidad de enseñanza. Han transmitido a sus alumnos de todo el mundo que esta danza es un arte, promoviendo la creatividad de los mismos, dejando una fecunda huella que es muy de agradecer, sobre todo cuando uno comprueba las enseñanzas negativas que se advierten en tantos aprendices que no salen nunca de esta primera fase y perjudican los movimientos del resto de bailarines en la pista.
Murat Erdemsel y Sigrid Van Tilbeurgh |
Fueron defensores a ultranza de la correcta interpretación de cada tema y orquesta y en este sentido, tanto el uno como la otra se afanaron en la recreación y consiguieron lucir tanto el papel del hombre como el de la mujer, para ejemplo de todos aquellos que sólo buscan su lucimiento personal y olvidan lo importante que es convertir a la mujer en reina y foco de atención.
Y como recuerdo de esos hermosos años, los vemos en el Festival de Tarbes -Francia- bailando el tango Invierno, por Francisco Canaro, su orquesta y el cantor Roberto Maida.
Evidentemente, tanto Murat como Michelle han destacado como maestros y para aquellos que necesitan mucho espacio para su baile -que nunca les alcanza- y evitar los choques y atascos en la pista, les muestran a sus alumnos en Chicago, como se puede bailar en espacios reducidos cuando hay una gran congregación de participantes, y sin chocar. Incluso bailando un valsecito: Mentías, por Juan D'Arienzo y su conjunto
Después de la amistosa separación de la pareja, Murat cumplió algunos compromisos con otras bailarinas, mientras a Michelle se la vio poco y nada. Por fin él daría con la pareja indicada cuando se encontró con la maestra y coreógrafa francesa Sigrid Van Tilbeurgh, que también bailaba con distintos compañeros. La química funcionó de inmediato y fueron aplaudidos en varias presentaciones. Hoy, ya establecidos como pareja fija, al menos de momento, sus presentaciones sirven para comprobar la belleza del baile del tango cuando se interpreta de manera sublime.
Podemos verlos en un Festival de Hamburgo -Alemania-, el año pasado, bailando el tango La madrugada, por Pedro Laurenz y su orquesta con el cantor Carlos Bermúdez.
Recurro mucho a estos tres maestros que cito en la página, porque realmente hacen cosas hermosas y enaltecen a la danza del tango aunque hayan nacido en Turquía, Hawai o Francia. El tango hoy es más universal que nunca, y ésta es la mejor demostración y ejemplo de ello. Y para el cierre de la nota los dejo a Murat y Sigrid bailando en la reciente primavera, en Estocolmo. Se lucen bailando La maleva, por Rodolfo Biagi y su orquesta.
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