Tenía una espalda amplia que alguna vez palmée y bromeé sobre ella porque era muy noble y directo, y que la había reforzado con su trabajo de cargar medias reses que repartían en restaurantes o carnicerías, en uno de los tantos trabajos que tuvo para abrirse paso en la vida y ayudar en la casa familiar. Señalándosela, me respondió: "Mucha nerca en el lomo, pibe".
Lo conocí a comienzos de los años 60 en el bar aledaño a Radio El Mundo y se entraba rápido en confianza con él -que era de sonrisa fácil-, como con la mayoría de la gente del tango, a los que el agrande no les entraba en la cabeza. Por eso, también, eran grandes.
La orquesta de Mancione. El director está vestido de negro. |
Porque Alberto Mancione que andaba con la jaula colgada de su fornido brazo derecho desde pibe, necesitaba ese respaldo permanente que le permitió incluso crecer a él en el tema de arreglos y orquestaciones. Y los resultados saltaron a la vista. Hincha de Troilo, con quien compartió el debut en el flamante Tibidabo (Mancione en la Sección vermouth y Pichuco en la nocturna); de curriculum forjado con Armando Baliotti, Roberto Firpo, José De Caro o Edgardo Donato, también le gustó arrancar pronto con su propio conjunto y después de muchas experiencias y consejos, su ingreso en Radio El Mundo, donde estuvo 16 años, le permitió calibrar su potencial y medirse en el ruedo grande.
Y desde allí su orquesta se incrustó entre las requeridas para bailes, confiterías y cabarés. Tuvo cantores del nivel de Floreal Ruiz, Fiorentino, Jorge Ledesma y Héctor Alvarado, en distintos pasajes de su trayectoria y hoy lo recuerdo en dos temas: Ventarrón, de Pedro Maffia, grabado el 28 de julio de 1950 y que era su orgullo porque le había hecho un arreglo personal y especial, y El Refrán del ex fueye de Pugliese, Roberto Peppe, registrado el 24 de Mayo de 1951.
El Refrán
Ventarrón
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