Estábamos en la redacción del Diario “La Razón” en 1965. Yo escribía
una nota cuando se acerca un compañero de la sección Policiales y me dice:
-¿Viste el cantor de tango que está metido en el robo de San
Fernando?
Me incorporo, veo el cable y ahí, efectivamente, estaba su
nombre: Jorge Fontán Reyes.
Me quedé helado. Tenía linda pinta, había estado con Héctor
Varela y logrado un impacto con el tango del pianista de Varela, Juan Carlos
Howard y José María Contursi: Esta noche de copas. Duró poco con la orquesta y
yo ignoraba el motivo, pero en esa época el ex fueye de D’Arienzo estaba
cambiando de cantores constantemente.
La historia de este terrible hecho policial fue recogido
magistralmente por el escritor Ricardo Piglia en su libro “Plata quemada” que
sería laureado con el Premio Planeta y luego trasladado al cine por el
director Marcelo Piñeyro.
En la ciudad de San Fernando, provincia de Buenos Aires, un delincuente llamado Malito recibió planos y todos los datos necesarios para poder asaltar el camión blindado que transportaba el dinero destinado a pagar todos los sueldos de los trabajadores municipales y los gastos de las obras de desagüe del municipio. Estos datos fueron suministrados por políticos y policías a cambio de una parte del botín de 7 millones.
Una vez obtenida la información,
Malito comenzó a formar la banda para realizar el delito
contratando a cuatro profesionales: el Gaucho Dorda y el Nene Brignone, alias
los mellizos, y el Cuervo Mereles y Chueco Bazán.
A continuación se detallarán las características particulares de cada
personaje, su relación con el resto, y la importancia dentro de la obra.Dorda: Su nombre verdadero era Marcos Dorda, alias Gaucho Rubio, era pesado, tranquilo, con cara rubicunda y sonrisa fácil. Era muy supersticioso, estaba siempre viendo signos negativos y tenía múltiples cábalas. Vivió un tiempo en Brasil y luego fue a la Argentina.. Odiaba profundamente a la policía, su interés principal eran las drogas, lo único que le importaba. Según el doctor Bunge: era un sexópata, perverso, polimorfo, líbido desmedida. Peligroso psicótico, capaz de dar su vida por el Nene Brignone.
Nene Brignone: Su nombre verdadero era Franco Brignone, alias el Nene, cara de Ángel, hijo primogénito de un acaudalado empresario de la construcción, renegado de su familia y de su clase, la oveja negra, el tiro al aire, vivía en el barrio de Belgrano. Era flaco, ágil, liviano, tenía pelo negro y la piel muy pálida. Debutó en su vida criminal en 1961 a los 17 años cuando era estudiante de la secundaria en el colegio Saint Georges. Cayó preso como cómplice de una tentativa de robo que terminó en homicidio. Era un pesado de la nueva ola con libertad condicional.
Malito: Su nombre completo era Enrique Mario Malito. Tenía cara de ratón ojitos pegados a la nariz, nada de mentón, pelo colorado, muy sereno con manos de mujer. No le caían bien los homosexuales. Era simpático, entrador, muy taimado. Era muy inteligente, sabía de motores, de caños y podía armar una bomba en dos minutos. Siempre lograba que los demás hagan lo que él quería, como si fuera idea de ellos.El padre era médico y le gustaba la sensación fresca y seca del alcohol puro; por ello se lavaba las manos en él. Era el jefe de la banda: había hecho los planes y armado los contactos con los políticos y los policías que les habían pasado los datos. No podía ver mucha gente junta ni la luz del sol. Venía de Rosario, había estudiado hasta 4to año de ingeniería y a veces se hacía llamar ingeniero.
La Nena: Su nombre era Blanca Galeano y era la concubina de Mereles. Una jovencita de clase media, criada en un hogar sano, que estaba estudiando para rendir 2 materias y poder así terminar el secundario. Era morocha, espigada, bonita y se vestía bien. Hasta los 15 años su conducta fue normal, bailes juveniles y reuniones en casas de amigos. A los 16 años quedó presa en la Brigada de Investigaciones de Martínez.
Nando Heguilein: Se llamaba Hernando Heguilein. Era un ex integrante de la Alianza Libertadora Nacionalista. Estuvo preso en Sierra Chica, donde conoció a Malito. Era un hombre de acción, un patriota según algunos. Cruzó a la banda al Uruguay.
Comisario Silva: Su nombre completo era Cayetano Silva, jefe de policía de la zona norte del Gran Buenos Aires que estuvo a cargo del operativo. Frío como un tipo profesional, inteligente, bien preparado, pero muy fanático. Era paranoico, no dormía nunca, tenía una serie de ideas extravagantes sobre el futuro político y el avance de los comunistas y de los grasas. Era un hombre gordo, de cara achinada y voz turbia de criollo, con una cicatriz blanca que le cruzaba la mejilla. Vivía solo en un departamento alto en Boedo, su mujer lo había dejado años atrás y cuando la veía no la reconocía, tenía hijos y los veía de vez en cuando y con indiferencia, como si fueran extraños.
Fontán Reyes: Su verdadero nombre era Atir Omar Nocito y su nombre artístico era Fontán Reyes. Era el entregador, un tipo elegante, con unos kilos de más y la cara alucinada de los drogadictos; un cantor de tangos de 39 años que actuó en radio y televisión, y grabó un cd con 2 tangos. Él fue quien recibió el dato del Banco, de parte de Nino Nocito. Su ilusión es dar el golpe de su vida, cobrar y levantar el vuelo, empezar de nuevo (Pag. 23)
Chueco Bazán: Era un informante de la policía, lo tenían enganchado como buchón a cambio de dejarlo circular por el bajo con droga y mujeres. Un flaco nervioso que se inyectaba a cada rato; parecía un actor, mirada extraviada, ojos de buitre y una sonrisa de superioridad. Lo calentaban las embarazadas.
Cuervo Mereles: Su verdadero nombre era Carlos Alberto Mereles, de sangre fría y siempre con la mente en blanco, por eso fue asignado chofer de la banda. Un flaco de ojos saltones, elegante, adicto al Florinol, se tomaba casi un frasco por día. Hablaba de un modo extraño, y había tardado bastante en entender como se formaban las palabras. Estaba en pareja con "la nena". Era un muñeco sanguinario, siempre había matado porque sí, y tenía varias denuncias por golpear a las chicas que vivían con él.
La intención del autor al realizar esta obra es la de contar un hecho ocurrido entre el 27 de septiembre y el 6 de noviembre de 1965 en las ciudades de Buenos Aires y Montevideo, respetando siempre la continuidad de la acción, el lenguaje de los protagonistas y los testigos de la historia.
El cantor
No podía sustraerme a presentar a los protagonistas de esta terrible historia, con muchas muertes.
Y termino con el cantor. Fontán Reyes nació en San Fernando (Pcia. Buenos Aires) en 1925. Tenía una voz muy agradable y afinada, propia para los temas sentimentales. Siempre se le dio bien el canto y debutó con el cuarteto del bandoneonista Alfredo Ponce. Por entonces utilizaba el nombre artístico de Alberto Moreno. En 1950 se incorpora a la orquesta de Juan Canaro. Sigue actuando como solista. En 1957 registra su nuevo nombre artístico en un concurso que la firma Dinamix presenta en Radio Splendid.
Resulta vencedor y de inmediato se incorpora a la orquesta de Edgardo Donato. Las drogas son su principal enemigo y dura poco en todos lados. Canta en el conjunto de Emilio Orlando. Estará 4 meses con Héctor Varela y luego pasa por los conjuntos de Osvaldo Manzi –donde deja un buen registro del tango de Cobián y Cadícamo: Dolor milonguero-, y finalmente canta con la agrupación del fueye Celso Amato.
Después de cumplir la condena decide radicarse en Lima, Perú, en 1975 y recién en 1990 regresa a Buenos Aires.
Pero el tango ya lo había olvidado desde 1965. Como pasó con el dinero que los ladrones terminaron quemando y tirándolo como antorchas por la ventana, en Montevideo.
Yo lo recuerdo en dos grabaciones suyas, una con Osvaldo Manzi y la otra con Héctor Varela..
Dolor milonguero
Esta noche de copas
En esta publicación se afirma que Fontan Reyes era un drogadicto y me parece que eso es falso.
ResponderEliminarEn una entrevista que se le hizo a este cantor en el año 2000 él afirma que jamás fue adicto a las drogas...y creo que es verdad ya que nunca ocultó nada sobre sus errores el pasado. ...'' En la novela de Piglia, ganadora del premio Planeta en 1997, puede leerse que tenía graves problemas con las drogas y aquí Fontán se puso molesto y dijo: «El Piglia ese se habrá creído que yo estaba muerto, yo nunca fui drogadicto, y no me interesa ver la película y lo relatado en el libro me lo contó mi mujer».''.
Hebert Fayet
hcfayet@gmail.com
En su día me tomé la molestia de hablar con Héctor Varela y un cantor que lo conoció personalmente. Y ambos me lo confirmaron. Además, era mucho peor lo que hizo que tomar drogas, que es un asunto exclusivamente personal y en el ambiente del tango y de la música en general sobran los ejemplos al respecto. Con afecto. jm
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