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domingo, 27 de febrero de 2022

Entrevistita a Claire Deville

 Gz- ¿Qué te cansa en medio del tango?

 CD-Y lo mismo que cansa en la vida. Creo que el Tango tiene un efecto de lupa, jugamos con muchas emociones intimas en un lugar social y eso hay veces nos resulta violento. Pero si, la gente que habla mal en la milonga es algo que me da mucha bronca. Supuestamente es un baile popular, ¿quién somos para juzgar quien tiene derecho a divertirse o quien tiene buen gusto? Ojo que siempre somos el mal bailarín de alguien… Lo mismo me cansa en los maratones en Europa, esta selección absurda de quien ‘baila bien’… a ver… yo no entraría en mi propio evento. O otros donde hay que registrarse en pareja… y después critican el lado machista del tango en Argentina. Y bueno en la lista también, profes que enseñan después de dos años de baile o mejor todavía que te enseñan en la pista, bailarines que huelen mal, djs que no ponen Pugliese, y de manera general falta de humildad y de ganas de estudiar.

Claire Deville

Gz.- ¿Dónde y con quién descubriste el tango?

CD- En 2010 era bailarina para una creación de Thomas Lebrun en el Centre National de la Danse, en París, sobre el baile popular, y tuvimos una clase de tango. Me gustó y empecé seguido en Bruselas donde tuve la suerte de tener como primeros maestros a Sergio Molini y Gisela Graef-Marino. No salía mucho a la milonga al principio porque era bailarina todavía y tenia la clase de ballet en la mañana, ensayos… y la verdad que fue muy difícil aceptar de volver a ser principiante. Luego me fui a Buenos Aires y me enamoré. Ahí tomé muchas clases con mucha gente diferente, porque de mujer me gusta no tener estilo sino la posibilidad de seguir a todos. Desde Carlitos y Rosa en Sunderland hasta hacer gyrotonic con Eugenia Parilla. Creo que todo está bueno. Hay que trabajar y saber lo que te gusta a vos. Lo que me funcionó mejor, con mi cuerpo y mi idea del baile, siguen siendo mis referencias, Moira Castellano (a quien dediqué mi primera novela sobre el Tango ‘Les Poupées Sauvages’), Octavio Fernández, Nito & Elba, el Flaco Dany para la milonga, la divina Paola Tacchetti, y mi gran amor en el Tango con quién tuve la suerte inmensa de bailar mucho, el Chino Perico.

Gz- Para tí, ¿dónde está el futuro del tango?

CD-  No sé por donde pasa, ni siquiera tengo la pretensión de opinar sobre eso. Lo que me gustaría, aunque es una opinión muy común, sería ver mas amor a la cultura tanguera y menos deporte. Creo que las modas van y vienen y tienen que ver con los cambios de la sociedad -el rol de la mujer, la locura de los 90’s, la vuelta a la ‘tradición’ y ahora el tango bio con origen controlado-. Pero también veo mucho amor y dedicación acá y allá, una pedagogía fantástica que creció mucho, evolución sin hacer faltar los códigos, mucho baile, y todo eso me da muchas ganas de seguir aprendiendo. Para mí el tango está en la milonga, ya fuere Sin Rumbo o la Mandrilera. Hay muchas formas posibles. Después, ¿quién tiene la gran verdad del tango?…

Gz- Un buen y un mal recuerdo del tango...

CD-  Tengo recuerdos de tandas muy fuertes, cada tango con quien sea, viejos milongueros que admiro tanto, amigos jóvenes, estrellas o principiantes pero con esas conexiones que son un regalo de vida. Tengo recuerdos locos de noches de brujería en La Viruta, donde se iba el tiempo y llegábamos a otra dimensión. De mirar la pista, maravillada, en  Sunderland o en El Yeite, sin animarme a salir a bailar, por timidez. Y otros recuerdos muy feos de noche planchando, de salir a milonguear sola con hombres que se desubican, o tal música o tal letra que me rompían el corazón… pero eso es la vida, no el tango en particular. Amores imposibles, risas, magia y perdición … Se mezcla.  

Gz- Tres tangos, Tres orquestas, tres bailarines...

CD- – Tres tangos : ¡Ahh!!. ! Indio Manso por Di Sarli, A Orlando Goñi por Gobbi, y un D’Agostino con Vargas. Tres bailarinas : Graciela González, Geraldine Rojas, Corina Herrera. Tres cantores : Goyeneche, Rubén Juárez, y Osvaldo Peredo por las noches inolvidables en Almagro. Tres orquestas: Pugliese, Troilo, Di Sarli

Gz- ¿Cuál es la mejor manera de termina una milonga?

CD- Lo que sea que te haga feliz en ese preciso momento.

(GAZZETTA TANGO)

viernes, 25 de febrero de 2022

"El tango es una danza distinta, interminable"

     Así describía el bailarín Orlando Paiva, en un reportaje concedido a Rosario/12 en 2002, su pasión que lo llevó a lo más alto del género. Falleció en Rosario la noche del martes.

   Este viernes 1º de diciembre, Orlando Paiva hubiera cumplido 71 años. Sin embargo, el destino, y una prolongada afectación pulmonar, impidieron el festejo: El martes por la noche la ciudad despedía al que seguramente fue el bailarín de tango más importante de su historia. Y si bien siempre fue vinculado con figuras como las de Robert Duvall, Madonna o Sean Penn, Paiva dedicó gran parte de su vida a la transmisión de conocimientos, a la enseñanza de esas técnicas que lo transformaron en un emblema de las milongas.

   De hecho, la recuperación de espacios en los cuales despuntar el vicio del tango le permitió a Paiva volver a deambular por las pistas de la ciudad, donde desplegó ese estilo personal que lo hacía único. "Lo he visto bailar en las milongas, en el baile de salón, con los pies pegados al piso, sin arabescos, sin cosas raras o acrobacias, como realmente se baila el tango. Tenía una gran elegancia, fue un auténtico milonguero además con un estilo muy rosarino, muy de acá", admite Gerardo Quilici, voz referencial del tango en la ciudad.

                                             


   Por su parte, la bailarina y docente Ilka Luetich --una de las personas responsables de haber trabajado en pos de la recuperación de los bailes de salón-- conoció personalmente a Paiva en 1997, y dos años después bailó bajo su padrinazgo en la Milonga en el Puerto, inaugurada por el propio Paiva en la pérgola ubicada frente al Centro de la Juventud. El vínculo se reforzó cuando Luetich organizó el "Seminario Histórico" que tuvo a Paiva como docente e imán para que más de un centenar de personas se acercaran al maestro más importante del baile de tango en la ciudad. Ese mismo año, el 2003, "El Flaco" fue reconocido como Artista Distinguido por el Concejo Municipal, y la esquina de Güemes y Callao fue bautizada con su nombre.

"Para todos fue un tipo sumamente querible, que tenía un estilo propio, muy distinto a lo que se baila en el mundo, un modo de agarre distinto de la pareja. Tenía desarrollada toda una técnica especial para la mujer, de la colocación de los pies y demás. Fue el creador de ciento y pico de figuras, bailó con las más grandes orquestas. El amaba a Pugliese y bailó para él, fue el primero que enseñó tango en Japón, y después está el tema de sus clases en un restaurant paquete de la costa oeste de los Estados Unidos, donde conoció a Madonna, Raul Juliá, Jane Fonda, Sean Penn y Robert Duvall", recuerda Luetich.

   Aunque más allá de codearse con aquellas figuras internacionales, Paiva nunca abandonó ciertos rituales barriales, como el de permitirse sus paseos en sulky a bordo de los carros que él mismo construía, tirados por los caballos que criaba en el mismo galpón en el que había instalado su estudio de danza. "El nucleaba a la gente, y cuando aparecía en un lugar se armaba toda una atmósfera distinta. Siempre estaba muy bien vestido, era muy elegante al bailar, aunque en el último tiempo ya no podía bailar, por el tema del cigarrillo. Es una gran pérdida", resume Luetich.

                                   


   Sin embargo, las semillas sembradas por Paiva ya florecen en las milongas que crecen en distintos puntos de la ciudad. Aunque no será sencillo superar al maestro, según la visión de Quilici: "No sé si hay sucesores de Paiva. Por ahí pueden salir. He visto bailar a chicos y he comentado: "Mirá qué bien que baila este pibe". "Sí, es de la escuela de Paiva", me han respondido. O sea que dejó una marca".

   De una humildad inquebrantable, Orlando Paiva jamás hizo alarde de esa marca forjada a lo largo de los años, según lo evidenciaba en la entrevista que, allá por julio del 2002, le concedía a Rosario/12. "El tango es una danza tan distinta a las demás, porque aquí no hay coreografías prefijadas, sino que los bailarines las van creando a medida que aprenden, inventando figuras nuevas. El tango es una danza interminable, por eso es tan, tan apasionante". Toda una definición de principios".

(Edgardo Pérez Castillo- Publicado en Rosario/12 -Página/12- el 1 de diciembre de 2006)

   Podemos verlo bailando con Laura Tate, en Los Ángeles , el tango "A Evaristo Carriego" por la orquesta de Osvaldo Pugliese. Año 2008.

                                    


miércoles, 23 de febrero de 2022

¡Y llegué a las dos mil...!

    Cómo podía imaginar, allá por el año 2012, más exactamente el 25 de febrero de ese año, que esta página iba a perdurar diez años más tarde y llegar a las dos mil notas... Pues, eso es exactamente lo que ha pasado. Y sinceramente, uno que ha sido periodista, que ha recorrido tanto mundo escribiendo, por toda América y Europa, no puede menos que sentirse feliz por haberle dedicado todo este pequeño esfuerzo...al TANGO.

   También es cierto que he notado el apoyo de los seguidores de Tangos al bardo, y ello me ha impulsado a permanecer en el sitio y esforzarme por ahondar en la vida de tantos genios que ha tenido el género, tanto en la faz instrumental, como en la composición, la poesía, la interpretación musical y vocal, e incluso en la historiografía de este tango que nos aglutina por su entrañable composición.

                              


   Aquello que nos atrapó en la lontana adolescencia, sigue iluminándonos en los tramos de la madurez, tanto cuando escuchamos grabaciones que nos llegan tan íntimamente, como en la pista de baile que sigue siendo un refugio maravilloso para todos aquellos que podemos considerarnos milongueros a carta cabal. El tango es un género que pervive y se extiende por todo el mundo, porque tiene algo mágico: seguimos bailando las grabaciones de hace setenta, ochenta años y nunca nos cansamos de hacerlo, al contrario, cada día que pasa nos suenan mejor, más impulsoras, convidantes, necesarias para milonguear.

   Los anclajes estéticos se mantienen inalterables por parte de aquellos que llevamos muchos años impregnados de noches milongueras. Aquellos sonidos e imágenes del alma que portamos en nuestros corazones, se han adaptado a los cambios físicos y paisajísticos. Pero también podemos ver a diario cuantos jóvenes de ambos sexos se agregan permanentemente a ese ensamblaje de parejas que es la pista de baile, y donde reviven a diario los Troilo, D'Arienzo, Pugliese, Di Sarli, Fiorentino, Vargas, Rufino, Morán...

                                    


   Una dulce y diluvial simbología nos aferra a los recuerdos y al presente que sigue vivo en la vitrola de la vida y de la milonga. De hecho, tener que armar una selección para la noche de la cita permanente, ya es un acto de retorno a los mejores años del tango. A aquellos que no tienen reposición. Unas grabaciones maravillosas, imperecederas  que sine qua non hoy no tendríamos esas milongas en tantos continentes.

   Y no se trata solamente del baile. Escuchar a esas orquestas y cantores en los viajes, dentro del coche, por ejemplo, es sentir algo especial que nos acaricia el alma. Nos transporta permanentemente. O en casa, dejando de lado esas noticias diarias que nos alarman, entristecen o agobian, también sirven para recomponernos por todo lo que nos transmiten y nos llevan a la evocación.

   Uno que ha bailado en vivo con tantas orquestas típicas (también de jazz o "tropicales"), que se ha sentado en una mesa con algunas de aquellas figuras, o los ha entrevistado en emisoras radiales:  (Troilo, Pugliese, Rivero, Morán, Donato, De Caro, Piazzolla, Bucino, D'Agostino, Alberto Castillo, Enrique Campos, Julio Sosa, Biagi,, Mancini, Iriarte, el Chato Flores, etc.), no puede menos que recordarlos en páginas como ésta, por ejemplo.

                                  


   No quiero extenderme demasiado al respecto. Simplemente estoy tratando de explicarme a mí mismo y a los seguidores de esta página, porque uno puede sentirse feliz de haber llegado a escribir dos mil notas sobre los personajes maravillosos del tango y todos los atractivos que este género nos ofrece. Porque es una manera también, de agradecer al tango, por los alicientes que nos proporciona.

   Y si a los veinticinco años, concursé en "Odol pregunta", en televisión, cuando sólo había un Canal, sobre la Historia del Tango, y luego los libros que me han publicado al respecto, qué menos puedo hacer después de tantos años de seguir disfrutándolo, que escribir dos mil notas. Y las que vendrán, si es que el aliento me lo permite. Porque el tango es una linda manera de vivirlo si lo tenés encerrado en tu corazón.

   Si supieras, que aun dentro de mi alma conservo aquel cariño...

   

martes, 22 de febrero de 2022

Bien Milonga

                                                          Tocar, cantar, bailar…
                                                          Nos conduce a La Evasión.
                                                          y se clava al corazón.
                                                          ¡El Tango es una pasión!
                                                          Es místico, popular
                                                          es hermoso al milonguear

   Si, es hermoso al milonguear, por eso los Martes de BIEN MILONGA son un clásico en Madrid, desde hace ocho años. Y seguimos alimentando esa pasión milonguera que no se extinguió sino que creció durante la pandemia que nos tuvo encerrados y sin poder bailar durante tanto tiempo

   Y esta noche te esperamos con esa selección bien milonga que te excita y te convoca emocionalmente a la pista de la madrileña CASA de ARAGÓN (Pza. República Argentina nº6)

                                
   Una vez más nos hacemos el recorrido previo por esas milongas que siguen expandiéndose por el mundo entero y demostrando que el tango está nuevamente en el pedestal que le corresponde.

   Arrancamos en el Festival Cite Tango Bordeaux-Francia. Allí Magdalena Gutiérrez y Germán Ballejo bailan el tango Te aconsejo que me olvides, por Aníbal Troilo y la voz de Fiorentino. 


          Un saltito a Friburgo (Alemania), para ve en acción a Noelia Hurtado y Carlitos Espinoza, bailando el valsecito Idilio Trunco, por Alberto Castillo con su orquesta. 
                                           

 

     Y nos vamos a la Milonga Work Shop Sevilla en España. Donde Melisa Sacchi y Cristian Palomo se mandan con la milonga Meta fierro por la orquesta de Juan D'Arienzo, cantando Alberto Echagüe. 

                              

   Y esta noche es nuestro turno... Con esta música no te podés enfriar nunca...
                               
                                  

domingo, 20 de febrero de 2022

Sol tropical

   Quizás aparezca como una curiosidad en estas páginas, pero todo lo relativo a Gardel revista una importancia superior. Por todo lo que representó artísticamente para el tango en el mundo entero y como argentino por la proyección universal que adquirieron sus trabajos cinematográficos para la Paramount en los sets parisinos y en Long Island (Nueva York). .
  
   
    Aníbal Troilo, en una charla que tuvo con  Jorge Miguel Couselo, en Mar del Plata en febrero de 1970, le hablaba de Alfredo le Pera, ese poeta del tango que, a mi juicio, no ha recibido el tratamiento merecido por su obra, en líneas generales y que lo engloba entre los grandes poetas del tango:

   -Fijate que estos, pocas veces se dice: Gardel era un tipo muy inteligente, aparte de todas las otras condiciones que ya le conocemos. Y un síntoma de esa esa inteligencia es haber recurrido en el extranjero a una pluma como Alfredo le Pera. Tené en cuenta que Gardel estaba solo, rodeado de franceses, luego de norteamericanos. Esa gente podía perderlo. Él tenía su voz (¡qué te parece!), esa polenta de su personalidad y sus ideas musicales, pero no era letrista. Ahí aparece  Le Pera, de quien me dijeron que no era buen tipo,, pero ¡qué importa ya! Los dos hacen una trampa portentosa: conservan lo nuestro en un ambiente completamente extraño. Yo no escribo, y leo poco, pero eso del lenguaje para comunicarse con la gente lo entiendo bien. Le Pera aportó palabras nuestras, ésas que solamente entendemos los porteños, y sin embargo no dejó de ser porteño. O argentino. Eso no es fácil. Toda una prueba de fuego. Le Pera escribía y Gardel cantaba. Lo voz de Carlos no sabía de fronteras. En cuanto a Le Pera, su mérito era meterle lo nuestro a quienes no nos conocían... En fin, hablando de letristas de tango, yo siempre pienso que Alfredo le Pera no está lejos de Discepolín o de mi querido Barbeta Manzi....".

   Es importante que alguien como Pichuco haya pronunciado esas palabras. Pero hoy me he detenido en una rumba. Y es para comprobar una vez más que Gardel inventó prácticamente el tango cantado, pero que además lució su arte y su voz en infinidad de géneros musicales, haciéndolo con su acento inconfundible. Canción, estilo, zamba, bambuco, cueca, tonada, fado, chacarera, gato, triunfo campero, pasillo, shimmy, Fox trot, camel trot, vidalita, cifra, balada rusa, pasodoble, ranchera, canción napolitana, tonada salteña, pasillo colombiano o rumba. 

   Hoy me ocupo de ésta última, que también lleva versos de Alfredo le Pera y música de Terig Tucci, quien era violinista, pianista, mandolinista, compositor, arreglador, director... Fue creada para la película El día que me quieras, filmada  en los estudios Paramount, de Long Island, en enero de 1935. Terig Tucci al frente de la orquesta, acompaña al gran cantor en la interpretación de Sol tropical. John Reinhardt dirigió el filme que lleva argumento de Le Pera. En una escena de la película aparece el pequeño Astor Piazzolla, haciendo e vendedor de periódicos, a pedido de Gardel. 

                                   


   La canción como tantas otras del poeta está armada para las exigencias de las situaciones de la película. También en este ritmo musical, Le Pera muestra su talento y su imaginación desbordante, atento a los vaivenes argumentales, aunque se trate de un género tan distinto al tango. La actriz mexicana Rosita Moreno es la destinataria de los versos, según las exigencias del guion. 

Bajo el
cielo tropical
tu silueta sensual
es mi pasión.
El sol
de tu hondo mirar
hoy consigue turbar
mi corazón.
Luz de tus negras pupilas
que siempre alumbran
mis noches de amor.
Por ti,
por tu palpitar,
doy la vida al besar
tu boca en flor.

Tu risa triunfal
provoca
con su espasmo
mi tentación.
Tu boca carnal
evoca
de un incendio
la ensoñación.
Paisaje lunar
en fuego,
selvas gigantes
que abrasa el sol,
bajo la sombra irreal de tus pestañas
todo se exalta
y dice amor.

   Hay que tener en cuenta que había que crear las canciones en tiempos brevísimos, acondicionadas al argumento. Y los resultados podían comprobarse rápidamente por el éxito del filme y temas musicales. Vemos la escena del filme con Rosita Moreno.
   
                                   


   Y escuchamos la grabación posterior con la orquesta dirigida por Terig Tucci.
       
                                            


 

viernes, 18 de febrero de 2022

Un lugar de pasión

   

   Si, se puede decir algo de ella, es que de todos modos lleva un tiempo comprenderla si nunca fuiste a una milonga. Lo primero que pienso es que amo todo lo referido a la milonga. Amo aún aquello que llaman vicios, costumbres o código de milonga. Después de muchos años, hace muy poco, oí decir a un señor –bien milonguero, hombre de mucha experiencia– algo coherente, aceptable y digno sobre lo que significa esta ceremonia. 

   La llamaré ceremonia, pues estos actos tienen una validez de ritual y un profundo compromiso emocional. El hombre dijo, primero es que, los pasos, sí, los pasos del tango, son las cosas que hacemos con los pies, pero lo otro… ni aunque te lo enseñen, si no sale de adentro tuyo, no te gastes en ir a una milonga.


                             
             

   Hizo fuerte referencia al abrazo, a las manos, a la danza, a la unión de las almas. Luego dijo que no todos los pasos están inventados y que la estática no es una pertenencia del tango, el tango es diverso y permite mucho más aún. Él lleva la música dentro de sí, y cuando abraza ya estás imaginando lo que será estar abrazados, sumado a la música de ese tango. Y entonces, ¿qué es la milonga? Es el espacio del conjuro, del manifiesto perfecto para algunos elegidos. 

   Quizá hace algunos años no lo hubiera comprendido, pero ahora sí, ahora sé que nunca se puede olvidar o dejar de pertenecer o descartar aquello que se arraiga sin miedos, sin castigos, sin pedir nada a cambio. No se puede dejar de pertenecer y ese único espacio te brinda todo aquello que puedes o no compartir.

   ¿Las diversidades? Las hay a raudales; en todo lugar ocurre. Pero la milonga tiene algo que no cualquier quehacer presta. La milonga iguala las pasiones. Allí no hay joven o adulto, linda o fea. Allí hay apasionados, tristes, melancólicos, sutiles o felices que comparten “la misma pasión”. Y qué mejor nombre para la ceremonia que “Un lugar de pasión”. ¿Sabés qué es pasión? Es en verdad una emoción, un sentimiento vehemente que perturba la razón. Es como el amor, el odio, los celos. 

   Sentimientos que de por sí, pueden rondar la milonga, de tanto en tanto, y así es como formarás parte de la ceremonia. Verás que es mucho lo que se siente por esto que llamamos milonga, verás que no se puede trasmitir así nomás, sin haber al menos oído, alguna vez, algún tango y pensado en sus letras. Aquello que alguna vez alguien sintió y tuvo la virtud exacta de plasmarlo en un tango.

   La atrevida milonga se mete en las almas, para dar en un tango la sentida emoción. Irrumpe en oportunidad las soledades y muchas veces, ampara algún dolor. Adormece y acuna. Tal vez enseña a sostener una mirada de placer compartido. Adivinar en el silencio de las almas la proeza de seguir respirando Buenos Aires o las madrugadas de recuerdos. Todo así, en la milonga


                                                                                                                            Teresa Chaio

jueves, 17 de febrero de 2022

Virgilio Expósito

 Cómo componíamos con mi hermano Homero

   Yo empecé en la música a los siete años, tocando melodías muy pobres y me gustaban otras de las que no podía sacar los acordes: eran tangos de Francisco De Caro. Cuando Homero tenía quince años, mi viejo lo mandó sólo a Buenos Aires con cien pesos en el bolsillo, que era una barbaridad de guita.

   Apenas se bajó del tren, caminó derecho por Maipú y se encontró con dos casas de música, Breyer y Neumann, que eran muy completas. Se enloqueció y empezó a pedir partituras.

-Yo quiero todo-, decía.

                                           

   Cuando volvió a Zárate, donde vivíamos, traía Gershwing, un álbum de Duke Ellington; traía todo.  Esto fue en 1933, yo tenía nueve años. Ahí nos dimos cuenta que la música popular no era como nosotros pensábamos. Yo me puse a estudiar sobre eso. Tardé 23 días en poder tocar una obra del álbum de Ellington porque había mucha extensión de dedos y muchas décimas. Cuando llegué a hacerlo con gusto, le dije a Homero:

-La pucha, pero esto es en serio. Mirá lo que escribe este tipo...

   No íbamos a encontrar en ninguna parte del tango algo semejante, era otra cosa. Yo me di cuenta de que la armonía era el eje fundamental de todos esos movimientos, y me dije que tenía que saber todos los acordes que existían, porque si no, no podía vivir.

   Empezamos a componer cuando yo tenía once años y Homero diecisiete. Al principio hacíamos canciones que respondían a formas que ya se habían hecho. Entonces nos dimos cuenta que nos salían todas canciones cuadradonas y tratamos de escapar de eso. Lo primero que compusimos seriamente fue uno de los últimos tangos que nos estrenaron, Maquillaje, cuando yo tenía catorce años.

   Lo que mi hermano dijo en ese tema, a  los veinte, es terrible. Está basado en Leonardo de Argensola, que decía: "Porque este azul que todos vemos, / ni es cielo, ni es azul. / ¡Lástima grande que no sea verdad tanta belleza!".

   Un día, mi hermano me llevó a SADAIC y me presentó a Discépolo dijo: "Ah, nos vamos a divertir un rato con esta gente. Es fenómeno lo que son capaces de hacer estos tipos". Con Homero ya se estaban divirtiendo, hacía un tiempo.

                               

Homero y Virgilio Expósito

   Poco después nos estrenaron Farol, y más adelante Naranjo en flor. En este tema hicimos letra y música al mismo tiempo, y no empezó por la primera parte sino por la segunda. Homero me pidió que le pusiera música a unos versos: "Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir, por fin andar sin pensamiento". 

   Yo le contesté: "Ahí está toda la canción, ya lo dijiste todo, ¿qué vas a inventar ahora?". Después llegamos a la conclusión de que no era una primera parte sino una segunda. Nunca empezábamos las canciones por el principio. Con Naranjo en flor nos planteamos que, ya que la segunda parte tenía tanta letra, la primera debía tener muy pocas sílabas, para que el cantante que lo interpretara no se volviera loco cantándolo.  Hay más de cuatrocientas versiones de ese tema.

   Cuando él viajó a Europa, me mandaba una estrofa apenas y me pedía que escribiera la música. Yo se lo devolvía con la melodía cifrada para la guitarra y él decía: "Ah, fenómeno, ya sé cómo seguir...".

   Juntos compusimos ochocientos temas, de los cuales se grabaron setenta. Componer era nuestro trabajo y vivíamos de eso. Enseguida empezamos a ganar mucho dinero. A los dieciséis años, con cada liquidación semestral de SADAIC me podía comprar un Ford. 

   Homero introdujo en el tango el lenguaje que usaba para la poesía. Cuando hizo quinto año en el Colegio San José, en esos doce meses escribió unos 1.300 o más sonetos. Cuatro por día... ¡cómo no iba a dominar el soneto! Entonces se dio cuenta de que podía ser buen cancionero, porque la canción tiene dos versos más que el soneto.

   Él era un tipo muy calavera y yo todo lo contrario. Lo último que compusimos juntos fue "¡Chau, no va más!", que tuvo 87 versiones hasta que estuvo por fin lista. A Homero le costaba mucho sentarse a escribir porque estaba todo el tiempo tomando tragos y le tuve que tirar de los huevos para hacerlo.

                                           


martes, 15 de febrero de 2022

BIEN MILONGA

                                                     Bailen todos, compañeros

                                               porque el baile es un abrazo,

                                               bailen todos, compañeros,

                                               que este tango lleva el paso.

                                               Entre el lento ir y venir

                                               del tango va, la frase dulce...


   Sí, el baile del tango es un abrazo sentido, emotivo, vibrante. que te conduce a situaciones especiales durante la noche. Como sucede en BIEN MILONGA este martes y todos los martes del año, en la convidante sala de la madrileña Casa de Aragón, desde las 23 a las 0 horas, con una música exclusiva para milongueros.

                             

   Preparando máquinas para la milonga de esta noche, echamos una miradas por pistas variadas donde comprobamos que el tango ha echado costumbre permanente y se lo baila con la debida pasión.

   Por ejemplo, en el Recuerdo Tango Festival de Varsovia (Polonia), en el que nos encontramos a Vanesa Villalba y Facundo Piñero, bailando el tango Cantemos corazón, por la orquesta de Carlos Di Sarli, cantando Roberto Florio. 

                         
     Un saltito hasta San José (California- U.S.A.) y allí vemos a Miriam Larici y Leonardo Barrionuevo que se mandan con el valsecito Dichas que viví interpretado por Rodolfo Biagi, su orquesta y Andrés Falgás.

             

    Y cierro el viajecito en la milonga Tango Místico, de Budapest (Hungría), donde Octavio Fernández y Noelia Hurtado se lucen bailando la milonga Sacachispas, por la orquesta de Julio De Caro, cantando Héctor Farrell. 

                                         
           La vueltita nos ha dado un empujonazo para esta noche de BIEN MILONGA.                     

sábado, 12 de febrero de 2022

Esta ciudad

    Reconozco que toda la obra del poeta Héctor Negro me fascina, me acerca al barrio natal, a la adolescencia y la juventud,  las primeras aventuras, los códigos de la barra y todo aquello que fue quedando atrás pero que tanto sirvió para transitar la ruta de la vida. Sus versos son filosofía pura. Porteñería al mango. El lenguaje que se encuentra imaginariamente con lo visual.

   No me canso de releer su poesía que actúa como conjuro. Sin caer en estereotipos ni clichés. Ese halo nostálgico y crepuscular, en un estallido de ilusiones y desilusiones, si bien tiene una sensación de melancolía en su pintura, muestran a un gran retratista poético. Los recuerdos difusos de la infancia van forjando un espacio y un tiempo. 

                                     

Héctor Negro, un poeta del tango con mayúsculas

   Cómo no sentirnos impregnados de esa nostalgia por el pasado en las baldosas y adoquines que acunaron los juegos y sueños compartidos. El paisaje de la realidad palpitante no logra eclipsar el tiempo transcurrido, sino que agranda la fuerza biyectiva de la juventud que soñaba con perpetuarse en los lugares de su vida donde fue tan feliz. Y entonces llegan esos cambios bruscos. La continua metamorfosis del supuesto progreso que él lo interpreta en modo opuesto. Aferrándose a lo vivido.

Ciudad,
que se me va de las manos.
A mí
que la amasé en luz y barro.
Ciudad,
abeja de hollín porfiado.
Neón,
sobre el desvelo clavado.

Jaulón,
de bache, pared y asfalto.
La grúa sobre la pena
y una garúa de antenas
desplumándome el gorrión. 

    El poeta que nos va desvelando su amor por el mapa envolvente de sus sueños lejanos, se va adaptando, como es lógico, a los adelantos de la modernidad que mejoran la vida de los habitantes de la ciudad y los nuevos inquilinos que llegan de otras partes en ese mundo nuevo. Todo cambia, como le sucede también al muchacho que va formando su vida, pateando nuevos rumbos y adaptándose felizmente a su querida y renovada ciudad.

Me la mojaron raras olas de otra playa.
Entró a orejear un caracol a transistores.
Y hasta el amor, el pan y la baraja
se los trampearon con mentiras de colores.

Y yo tras ella manoteando entre las llagas,
buscándola en las madrugadas fabriqueras,
en el amor, en la amistad que no se paga,
en esa bronca que nos une con cualquiera.

Y así,
hasta entender su locura,
yo perseguí su ternura
y con la luz que me dura
le hice esta mueca de amor.

   Hermosos versos que serían musicalizados por el guitarrista-compositor Osvaldo Avena y que representaría la última grabación de Jorge Maciel con la orquesta de Osvaldo Pugliese, en  noviembre de 1967. La podemos recordar aquí.

                       



martes, 8 de febrero de 2022

Bien Milonga

¡Seguime, corazón!

    Sí, la mujer sigue al hombre y también propone en la pista, porque ése es el dúo no hablado de la pareja, bailando tangos, milongas y valses. Como sucede todos los Martes del año en BIEN MILONGA.

                                      

Y esta noche en la coqueta pista de la madrileña CASA de ARAGÓN, te recibimos para que puedas vivir ese ambiente milonguero que nos envuelve desde las 21 a las 0 horas.

   Ahora arranco con esas exhibiciones de distintas parejas por esas milongas del ancho mundo donde el tango sigue pegando fuerte y ganando adeptos día a día con la magia de aquellas orquestazas...

Me instalo en La milonga del puerto, en Valparaíso Chile, con Carla Rossi y José Luis Salvo, que se mandan con El tango es el tango, por la orquesta de Ricardo Tanturi, cantando Alberto Castillo. 


   De ahí salto a Moscú, donde Sebastián Achával y Roxana Suárez, bailan el Valsecito criollo que interpretan Juan D'Arienzo y su conjunto.
       
                                           

   Sigo en Rusia, ahora en el Festival La Boca, para ver a Sebastián Arce y María Marinova, luciéndose al compás de Milonga de mis amores, por el quinteto de Fernando Marzán. 


   Y ahora... es el turno de los milongueros que nos citamos esta noche en BIEN MILONGA.



domingo, 6 de febrero de 2022

El rito


Puedo vistear tu estampa, tu arquetipo…”
Héctor Chaponick  

La calza en un abrazo de rante malevaje
enfunyinado el mate, con aire de shofica,
masticando compases su sangre shomistraje,
y la paica ensobrada, lo chaira y lo replica.

El punto se embalurda de’sparo y farolea
dibujándole verduras de furca a la chirusa
que con sabia menesunda, el fato relojea
cinchándolo al breón, sarpada de carpusa.

En el orre bailetín, va diquera la papusa,
colibriando, reluciendo cartel con el bramaje,
alardeada de musa, abrojada al pogua como chusa

pa' que su Cacha choree perfil en el baraje
arrastrando los fangruyos, ¡dequerusa!
mostrando en el leiba prontuario sin truchaje.

Y en la feria del engrupe taya fuerte el misturaje
del gavión de gacho gris y la grela rantifusa,
floriándose bajo la luna naerma, ranera y comifusa

                                                                      jmo


martes, 1 de febrero de 2022

Bien Milonga

                                                   Yo soy el tango, señores
                                                   bien porteño, siempre fui,
                                                   mi viejo es un bandoneón,
                                                   mi cuna es este compás
                                                   que los invita a bailar.                                                  

     Sí, y nosotros, Charo y un servidor, les invitamos a disfrutar de una noche de Martes Bien Milonga, en la entrañable sala de la madrileña CASA de ARAGÓN (Pza. República Argentina nª6). Desde las 21 a las 0 horas le damos caña a los remos con una música muy milonguera.

                    


   Y para ir calentando motores y preparando el cuore, nos damos la consabida vueltita por esas milongas, que siguen creciendo a lo largo y ancho del planeta, para ver en acción a algunas de las parejas que  convocan gente con sus exhibiciones.

   Arrancamos en Francia, más concretamente en el Festival de Tarbes, donde Ricardo Calvo y Sandra Messina se lucen bailando el tango Emancipación, por la orquesta Color Tango.

    

  Saltamos al Southern California Tango Champioship, en Estados Unidos. Acá son Facundo Piñero y Vanesa Villalba los que se mandan con el valsecito Recuerdos de la pampa, que interpretan Juan D'Arienzo, su orquesta y Alberto Echagüe.  

                                          

   

   Cerramos el tour en el Salón Margherite de Nápoli (Italia), para ver en acción a Javier Rodríguez y Fátima Vitale dando caña al compás de la milonga La espuela, por la orquesta de Juan D'Arienzo.

                                         


   Y esta noche BIEN MILONGA convoca a la fiesta de los Martes para darnos el gustazo.