Fui fana y lo sigo siendo de Osvaldo Ruggiero, el gran fueye que arrancó con la primera orquesta de Osvaldo Pugliese a fines de 1939, cuando tenía apenas 17 años y tocaba el fueye a puro instinto, con una garra impresionante, creando un estilo que podría fusionar las escuelas de Pedro Laurenz y Aníbal Troilo.
En su autodidactismo alcanzó cotas sublimes de genuino creador,
por la brillantez del sonido que le arrancó a su fueye, la expresión contrapuntística
y esa gran tensión interior que sube, escala y se convierte en una explosión de
belleza tanguera..
Osvaldo Ruggiero entre Osvaldo Pugliese e Ismael Spitalnik |
Cuando íbamos a las milongas para bailar con Pugliese y
llegaban aquellos momentos de las variaciones, muchas veces parábamos de bailar
y veíamos desmelenarse sobre los bandoneones a Ruggiero, Caldara, Gilardi y
Demarco, lo que nos sumía en un estado de éxtasis tanguero. En Mala junta, Chiqué, Mal de amores, era
algo maravilloso.
La polenta en los rubattos y la diferenciada brillantez del
sonido de su fueye, eran de alta alcurnia milonguera, con una fuerza cadenera
que empujaba a la orquesta y a los bailarines.
Lo seguí a él y a sus brillantes compañeros cuando se fueron
de la Orquesta
de Don Osvaldo por falta de trabajo en 1968 y fundaron el Sexteto Tango.
Sus tangos N.N., Para dos, Bordoneo y 900, Tiempo, Catuzo,
Locura tanguera, entre otros constituyen una orgía de gotán a gran escala.
Por todo eso, en síntesis, le dediqué oportunamente este
poema.
RUGGIERO
“Me quema su melena por la boca /
y entro a la torva espuma de los solos”
Juan Carlos Lamadrid
Garúa en mi cuore lejano vichadero
de evangélicas notas de arrabales,
que acaudilla tu fueye cadenero,
en nochemisa de taco
y de percales.
Yumbeando, tu melena teje el rito,
digitando, el rumor te da la cana:
La zurda del diego de Fiorito
y la diestra, una mano monzoniana.
Zapa de repe tu
fértil botoneo,
marca con tiza; la pista, -puro trombo-,
es arrebato florido y canyengueo.
El cuore se pialó y te mandó al bombo
pero dejaste sembrado un bordoneo
de tiopa, de salón y de quilombo.
jmo
Acá va una muestra de su enorme talento, por Don Osvaldo Pugliese
Cuando nacieron sus dos hijas gemelas, el Tano Ruggiero les dedicó este bellezón de gotán: Para dos. Lo bailan con su milonguero estilazo, el inolvidable Osvaldo Zotto y Lorena Ermocida en Los Ángeles. Las variaciones finales son un bocatto di cardinale para cualquier milonga que se precie.
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