El bulín de la calle Ayacucho, inmortalizado en el tangazo
de José y Luis Servidio y Esteban Celedonio Flores, existió realmente y
estaba en la calle Ayacucho 1443.
A José, bandoneonista como su hermano, lo motejó el
padre: Balija porque de pibe llevaba el
fueye y parecía más grande que él.
Lo conocí a Balija en Lima, Perú, tocando accidentalmente en un
boliche llamado “El rincón de Pipo”,
que era el dueño, un gordo muy simpático apellidado Von Ressen, o algo así.
También cantaba allí, el que fuera vocalista de Ástor Piazzolla: Alberto Fontán
Luna. Habrá sido en 1964 o 65.
El famoso bulo
estaba en Ayacucho 1443 y el propio Servidio lo contó en su día:
"Era una piecita en la que ni los ratones faltaban.
Concurrentes infaltables a las reuniones de todos los viernes, eran Juan
Fulginiti, el cantor Martino, el cantor Paganini (del dúo Paganini-Ciacia);
Nunziatta, también cantor, del dúo Cicarelli-Nunziatta; el flaco Sola, cantor,
guitarrista y garganta privilegiada para la caña; yo, en fin... Ciacia cocinaba
siempre un pucherete. Había en el bulín una sartén y una morochita (olla de
largo uso). Se tomaba mate, se charlaba. Como le decía, hasta algún ratón
merodeaba por allí. Las reuniones en el bulín de la calle Ayacucho duraron más
o menos hasta fines de 1921. Cuando Cele se puso de novio terminaron. Ya han
muerto casi todos los que nos reuníamos allí."
En 1923, el Negro Cele le llevó la letra del tango a José
Servidio al Café A.B.C donde éste tocaba y los dos hermanos Servidio lo musicalizaron.
Gardel lo grabaría dos años más tarde en España, acompañado por la guitarra de
José Ricardo.
Una tarde-noche, el flaco Fernando Nunziatta, habitué de
aquel cotorrito, lo encontró en un boliche a Celedonio y le contó una historia de
amor que lo había destrozado anímicamente. Su novia lo había abandonado por
otro. Era una sombra de aquel galán-cantor que caía cada tanto por el bulín.
Con ese argumento en su cabeza, el Negro Cele armaría meses
después los versos en quintetas que se convertirán en Mano a mano, con ese magistral octosílabo lunfa inicial: Percanta que me amuraste. Se lo llevó a
Gardel que estaba en el estudio de grabación arriba del cine Grand Splendid, y
tanto éste como Razzano se quedaron asombrados con el poema. Le pusieron música
de inmediato, con un punteo guitarrístico intercalado entre las melodías
cantables, y lo grabó Gardel por primera
vez, en 1923, acompañado por las guitarras de Ricardo y Barbieri.
Nunziatta alcanzó a escuchar la grabación de sus penurias
amorosas, en las sierras de Córdoba, donde estaba internado, enfermo de
tuberculosis. Moriría al poco tiempo.
Mientras tanto. Mano
a mano se convertía en un himno tanguero inmortal. Para muchos ha sido la
mejor interpretación de Gardel, aunque ese tema da pie a infinidad de
argumentaciones y polémicas. Lo podemos escuchar ad infinitum.
Como esta belleza de Troilo-Fiore
No hay comentarios:
Publicar un comentario