A costa de numerosos sacrificios, aprendió solfeo y luego tomó clases con dos maestros de bandoneón, mientras ayudaba a su padre a fabricar adoquines para la ciudad que iba creciendo.
Con la suerte no alcanza, hay que pelearla y así llegó a tocar en la orquesta de Juan Pedro Castillo y de allí saltó a la radio, acompañando con su fueye al piano de Juan Tinelli. Y luego a la orquesta de éste.
Estuvo varios años como pilar de la excelente orquesta de Florindo Sassone, pero su nombre cobró fuerza cuando la dupla Leocata y Aznar comenzaron a lanzar éxitos al mercado: Y volvemos a querernos, el primero de esos bombazos, lo estrenan Sassone en 1948 en Radio El Mundo, con la voz de Jorge Casal y Pugliese simultáneamente, por Radio Belgrano, cantándolo Alberto Morán. La ristra de sucesos que le siguieron a éste fue imcreíble.
Abel Aznar fue un letrista que abundó en la crónica sentimental sin mayores pretensiones, pero con evidente buen gusto y pegada. Tenía dos años más que Leocata y como amigos y muchachos de barrio que eran, supieron transportar musicalmente aquellas finteos y peripecias de la barra de la esquina que los reunió desde chicos. Cuando fueron a registrar ése primer éxito se encontraron que ya había otro tango con dicho nombre (Volvemos a querernos), y pesarosos, resolvieron agregarle una Y..., adelante del título, que sería luego su marca de fábrica.
A continuación fueron goteando temas que entrarían raudos en la memoria y el silbo popular: Y mientes todavía, Y no te voy a llorar, Y todavía te quiero, Y te tengo que esperar, Y todo es mentira, Y no te creo, Y rogaré por vos (vals).
Con su orquesta en el Marabú y su cantor Roberto Chalean |
Nació en 1915, y en los últimos años de su vida era el encargado del Museo de SADAIC (Sociedad Argentina de autores y compositores)
La orquesta sonaba muy bien y tuvo mucho trabajo. Los cantores fiueron Roberto Chalean, Jorge Fiorentino y Oscar Macri, fundamentalmente. La escucharemos en un instrumental del propio director: Aquel regalo. El valsecito: Una lagrimita, de Titi Rossi y E. Paredes, cantando Fiorentino y Chalean. Y por la orquesta donde Leocata forjó su fama: Florindo Sassone; de Leocata-Aznar, Y volvemos a querernos, con la voz increíble de Jorge Casal.
Aquel regalo.
Una lagrimita.
Y volvemos a querernos.
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