En este caso me ubica mental y físicamente en el verano. Tiene esta música la cualidad casi mágica de hacerte sentir la plenitud de la naturaleza, la fuerza del sol, la arborescencia, los insectos, el tráfico pesado de la ciudad, la inmensidad de la noche y el bullicio de los pájaros en celo.
Todo esto lo experimento al escuchar este tango que me transporta a la tremenda humedad porteña, al espesor de las horas y las madrugadas tangueadas.
Por todo ello traigo la versión que realizó en la TV italiana en 1972, con la orquesta de la propia emisora.
Y ese bandoneón nos describe musicalmente el verano porteño como sólo un genio podría hacerlo.
Un día que grababan en Milán con músicos italianos, se le acercó el primer violín de la orquesta y le hizo esta confidencia: "Astor, questa è musica, e non la merda che facciamo tutti i giorni".
Es el sonido que ilumina imágenes, las describe, las vive.
Y es cuando las palabras sobran.
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