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viernes, 5 de mayo de 2017

Rosanna Falasca

Su camino en el tango fue tan breve como su joven vida que se desvaneció en plena gloria. Había surgido en el popular programa "Grandes valores del tango", que entonces conducía Juan Carlos Thorry. Su larga cabellera lacia y rubia, sus ojos claros, de hermosa presencia física, más una voz muy bien trabajada, natural, fueron el detonante para que los directivos del Canal 9, especialmente Alejandro Romay, su dueño, se entusiasmaran con ella y le ofrecieran un contrato de 4 años.

Rosanna no era cantante de tango y apenas se sabía dos: En esta tarde gris y Madreselva, que fue el que cantó aquella noche del 27 de agosto de 1969. La niña rubia tenía apenas 16 años cuando conquistó al público en la noche mágica. Venía de Humboldt, un pueblo de la provincia de Santa Fe, que fuera levantado por inmigrantes suizos, alemanes, franceses e italianos, situado a 60 kilómetros de la capital de la provincia.

                                         


Su padre, Aldo Falasca, era sastre y tenía vocación artística. Cantaba en fiestas del pueblo, en dúo, y por fin armaría su propia orquesta. En la casa familiar, Rosanna era Chany y su progenitor advirtió un día que la niña tenía una voz profunda, rara, para quien apenas había cumplido diez años. Decidió agregarla a su formación y así arrancó la carrera de quien dejaría una llaga profunda en el pueblo.

No era cantante de tango. Su registro natural  de bajo, sin estudios,  la fue arrimando al género popular por excelencia. Antes había cantado en dúo con su hermano -Adito y Chany-, en diferentes pueblos de la provincia, con un repertorio de canciones alegres, juveniles. También cantaba con mucha gracia canciones italianas, derivadas de sus ancestros paternos y que motivaban mucho al público. Los llevan al canal de TV santafecino, al de Córdoba, a radios provinciales y a festivales de gran afluencia de espectadores.

                                         


En el Club Quilmes, de la localidad de  Rafaela la observa y escucha atentamente el productor Julio De Martino, que de inmediato le habla al padre y le dice que la niña debe ir a Buenos Aires para que la conozcan en televisión,  pues tiene todo para dar el golpe. La contrataron en un Café Concert llamado Cabo 710, del barrio de San Telmo. Allí estrena por fin un tango, Madreselva, que se lo enseña su padre y es el paso inicial para ofrecerla en el Concurso de voces de Canal 9.

Fue su primera aparición y ganó la ronda. De inmediato, los directivos resolvieron apartarla del concurso y le ofrecieron ese contrato de 4 años que le serviría para proyectarla en el mundo del espectáculo. Su carrera, desde entonces fue meteórica. Habían aparecido otros rostros jóvenes en el tango, como Rubén Juárez, María Graña o Jorge Falcón, y la carrera de Rosanna tomó un rumbo vertiginoso. La convocaban de distintos festivales provinciales, realizaba giras y con sus juveniles 17 años, graba su primer disco de larga duración.

                                   


El cine descubre el filón de la rubiecita que canta tangos sentimentales, en la cuerda de Libertad Lamarque y en poco tiempo filma tres películas juveniles: "Arriba juventud" (1971), "Siempre fuimos compañeros" (1972) y Te necesito tanto, amor (1976). Esta película sería distrubuída por toda América y le permitiría a la juvenil cantante recorrer casi todo el continente, contratada en países de Sudamérica, Centroamérica y México.

Entre tanto, grababa, acompañada por la orquesta de Lito Escarso, Raúl Garello, Luis Stazo y Orlando Trípodi, dejando en total unos sesenta temas en el disco. En la Botica del Tango, que dirigía Eduardo Bergara Leumann, era la gran estrella. La llamaron "El ángel rubio" y el boliche se llenaba para aplaudirla con ganas cada noche. Allí la ví, invitado por Eduardo en dos oportunidades y aunque no fuí fan de ella, realmente era agradable la actuación de la cantante santafecina.

                                   


El rumor comenzó temprano, sobre la probable enfermedad de Rosanna. Y se hizo realidad. Tenía cáncer de útero, y contaba apenas 29 años. Le ofrecieron una quinta en la localidad de Don Torcuato, donde se alojaría para reposar después de la operación a que fue sometida. Su novio, Luis Hernández, un ingeniero con el que pensaba casarse, se refugió junto a ella. El final fue muy rápido. El 20 de febrero de 1983, cuando todavía no había cumplido los 30 años, se apagó su joven vida. Curiosamente, el último tango que cantó en La Botica fue: Sus ojos se cerraron....

Hoy la recuerdo en dos tangos. Será una noche, de Manuel Ferradás Campos y José Tinelli, acompañada por la orquesta de Luis Stazo, grabado en 1971 y Cada vez que me recuerdes, de Mariano Mores y José María Contursi, con la orquesta dirigda por Raúl Garello, grabado el 16 de julio de 1976.

Será una noche- Rosanna Falasca


Cada vez que me recuerdes - Rosanna Falasca

En una de sus últimas actuaciones en la Botica del ángel, cantaría, con su debilitada voz, el tango de Gardel y le Pera: Soledad. Podemos verla en este vídeo.

                                                  

                               


1 comentario:

  1. Habría que corregir que Humboldt queda a 60 km. de Santa Fe (capital de la provincia), no de Rosario. Rosario está bastante más lejos.

    Más allá de eso, muy emocionante crónica. Desde hace dos años se realiza un festival en Humboldt a su memoria. En el primero, realizado en 2015, estuvieron varios familiares, incluso algunos que ya se han ido del pueblo.

    El próximo fin de semana se va a realizar el tercer festival, también en Humboldt, con actuaciones de grupos de tango y de folklore de la zona.

    Saludos.

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