Todo un personaje incrustado en el tango, fue el
polifacético José Bohr (Yopes Böhr Elzer), nacido en Bonn (Alemania) el 3 de
setiembre de 1901. Según le contó a la periodista Viviana Gorbato en 1987,
siempre recordaba su infancia en Turquía, donde su padre fue veterinario de
caballerizas privadas y del zoológico del palacio del último sultán. “Después viví tiempos duros en los tiempos que viví con mi familia en el sur
de Chile, criándome en una zona de Punta Arenas llamada Punta Porvenir, entre
80 personas decentes y 100 prostitutas”.
Lo increíble de este hombre que hablaba y cantaba en
español, inglés, alemán, portugués y francés en la porteña Radio Cultura, es que era entonces empleado de una casa de música
del centro de Buenos Aires. Se había iniciado tímidamente en el cine, en la
ventosa Punta Arenas y dio el salto a la capital argentina porque le atraía
muchísimo el séptimo arte que estaba en sus balbuceantes comienzos.
Supo labrarse camino
en revistas teatrales como galán, cantor y bailarín, pero hoy me gusta
presentarlo como “inventor” de ese increíble instrumento denominado serrucho y
que en el año 1930 le significó un golpe de fortuna. Gardel le había grabado
tres tangos: Cascabelito, Mía (ambas
con letra del platense Juan Andrés Caruso) y Por el camino (versos de José González Castillo). También le
registró los foxtrots ¡Oh París!, Pero
hay una melena, Tutankamon, y el shimmy Los
reyes del aire.
Contaba Bohr que durante su trabajo en la Casa de música hubo que
desembalar unos pianos que venían en enormes cajones de madera y que él, al
introducir el serrucho en la misma, notó que según lo moviera, extraía
distintos sonidos.
Marle Dietrich tocando el serrucho para los soldados norteamericanos |
Realmente, el serrucho ya se había utilizado en Europa, pero
el caso es que patentó dicho instrumento, se dedicó a fabricarlos y los vendía
junto a un arco que servía para extraerle los sonidos correspondientes.
Francisco Canaro, atento a cualquier novedad que le interesase, fue a verlo en
la casa de música donde trabajaba Bohr.
-
¿Sabe una cosa
ché? Ese foxtrot nuevo suyo…el del
Faraón
-
Tutankamón,
maestro…
-
Ése…sabe…Lo vamos
a grabar con serrucho. Lo invito a grabarlo con el acompañamiento de mi orquesta.
Efectivamente, Canaro lo grabó con José Bohr como solista
con su serrucho y se le dio mucha publicidad que significó grandes entradas por
la venta de discos.
José Bohr triunfó en Estados Unidos, México y España.
José Bohr triunfó en Estados Unidos, México y España.
Pirincho se enamoró del raro instrumento, le pagó para que
le diese lecciones de cómo tocarlo a su hermano Rafael (que en su larga gira
europea lo alternaría con el contrabajo y la guitarra) y en los año 1930/31, grabó
muchos temas introduciendo el nuevo artefacto.
Podemos escucharlo a Francisco Canaro en dos tangos con la
inclusión del serrucho: El esgunfio
de Esteban Baravino grabado el 17-4-1931 y Trascartón
de Anselmo Aieta del 2 de abril de 1930.
Trascartón.mp3
Para completar puede verse al cuarteto Weiss family Woodminds interpretando Oblivión de Piazzolla. Uno de los hermanos toca el serrucho.
Para completar puede verse al cuarteto Weiss family Woodminds interpretando Oblivión de Piazzolla. Uno de los hermanos toca el serrucho.
Maestro,toda una maravilla como suena ese serrucho,es impresionante.
ResponderEliminarJorge.
trascarton te lo borraron, buena nota como siempre
ResponderEliminar