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viernes, 6 de marzo de 2020

Osvaldo Pugliese y su orquesta

El 11 de agosto de 1939 se produce el debut de Osvaldo Pugliese con su primera orquesta en el Café El Nacional, de la calle Corrientes 980. El escenario por el cual desfilaron orquestas y cantores de fábula, en una Buenos Aires nochera, con una cartografía emocional de gran calado. Y con elevada capacidad de creación por parte de los compositores que dejarían páginas inmortales para la historia.

Una orquesta referencial del género que evolucionaría constantemente y en su metamorfosis alcanzaría peldaños por su exhuberante creatividad, la entrega, el estudio y el papel que jugaron sus músicos en los arreglos, en la composición y la trama colectiva. Tuvo una barra de seguidores impresionante que entraba en las milongas y salía de las mismas al grito de:
-¡Ese, ese, ese.... la barra de Pugliese!
               
                              
Natalio Etchegaray, el escribano, que fue gran admirador y amigo de Pugliese (éste le dedicó su tango Protocoleando), respondía así a una pregunta sobre ¿por qué creía que Pugliese era uno de los más grandes?

-Bueno, porque fue uno de esos creadores en serio. Uno ve ahora la paloma de Picasso y supone que cualquiera la puede hacer, pero no es así. Él fue un músico muy original. Vivió y mamó el tango desde su origen y tuvo que decir algo distinto. Y lo dijo en 1924 con Recuerdo. Y luego al crear su orquesta, la que se vislumbra en 1937 y debuta en 1939. Y también en 1945 al hacer conocer sus obras extraordinarias: La yumba, Negracha y Malandraca, tres pivotes sobre los que se desarrollará el futuro del tango.
A partir de un decarismo inicial, que es lógico porque todo el mundo se basa en algo, él avanza con mucha simplicidad hacia una forma más compleja, donde los instrumentos de la orquesta tocan de distinta manera, marcando cada grupo de instrumentos de modo diferente. Parece mentira, pero los bajos y el piano están haciendo una cosa, y los bandoneones y los violines otra. Y eso se nota porque los músicos no lo podían hacer si él no se los explicaba. Fue un creador que se adelantó a su tiempo, que innovó siempre. Y luego un hombre de muchos principios en su profesión y su vida, de una integridad total.


Orquesta de Pugliese en 1944. En semicírculo: Ceballos (cantor), Gílardi, Ruggiero, Alessio (bandoneones). Herrero (violín). Caldara (bandoneón). Rossi (contrabajo). Carrasco, Camerano, Tursky (violines). Chanel (cantor): en el centro Osvaldo Pugliese (pianista y director).

La orquesta de Osvaldo Pugliese comenzó a grabar en 1943, en el sello Odeón y fueron apenas tres discos de 78rpm conteniendo seis temas: El rodeo, Farol, Mala junta, Muchachos comienza la ronda, Milonga de mi tierra y Qué bien te queda.

Al año siguiente, el que pertenece a la imagen, son 16 versiones que lo empinan en el gusto popular: Recuerdo, Silbar de boyero, El remate, Tortazos, El día de tu ausencia, Tierra querida, La abandoné y no sabía, Tu casa ya no está, El arranque, El tango es una historia, Adiós Bardi, Corrientes y Esmeralda, Amurado, Nada más que un corazón, Mala pinta y Puentecito de río

El cantor Roberto Chanel es pilar de la orquesta con su estilo tan personal, dejando verdaderas creaciones y ya se viene asomando el gran ídolo, sobre todo de la hinchada femenina: Alberto Morán, que comenzará a grabar en enero del 45. 
                              
                             

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