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domingo, 19 de mayo de 2019

Luis Rubistein

¡Qué personajes albergó el tango! Lo remarco teniendo en cuenta, entre tantos otros, la personalidad, facundia y versatilidad de Rubistein, para desempeñar tareas dispares y tan productivas para él y para artistas, inversores y para el pueblo, que canturreó y silbó sus temas. Y además, con el agregado de que tres de sus hermanos: Oscar (Oscar Rubens), Mauricio (Maury) y Elías (Elías Randall), también incursionaron el tango y en el caso de Oscar y Elías dejaron páginas de éxito continuado.

Eran hijos de una humildísima familia de origen judío, provenientes de Ekaterinoslav, en Ucrania.  Ante la ola de antisemitismo que invadía Europa huyeron a la Argentina y se establecieron en la Capital. Llegarían a Buenos Aires con 3 hijas. ´El padre era un modesto zapatero remendón y se afincaron en un conventillo del barrio de San Cristóbal. Nunca imaginarían que tendrían siete hijos más, cuatro de los cuales se dedicarían con éxito al tango.

 El apellido original era Rubinstein, pero el exceso de trabajo en el puerto de Buenos Aires que no daba abasto recibiendo barcos de inmigrantes de toda Europa,  hizo que a numerosas personas recién arribadas, algunas con papeles deteriorados, les cambiarían, por error,  el nombre original. Luis se crió en la calle, ejerció diversos oficios transitorios, fue expulsado del colegio y le gustaba cantar. Lo hizo en algunos tabladillos, el Parque Goal, donde a sus once años llegó a ser nombrado como El Petit Gardel. Y de paso gambeteaba su condición de tratamudo. Incluso llegó a cantar brevemente con D'Arienzo a los 17 años..

A sus 18, aprovechó que había conocido a Anselmo Aieta en un café de la Corrientes angosta, se ganó su amistad y  el "Brujo del fueye" se lo llevó a vivir en una habitación que le sobraba.  Luis le dió unos versos para que les pusiera música. Aquel primer tango suyo se llamó: Estoy borracha, que estrenó y grabó Rosita Quiroga en 1926. A partir de ese momento no cesó nunca de crear tangos con diferentes compositores o con música propia, pese a no conocer los secretos del pentagrama.

Guillermo Barbieri, el guitarrista de Gardel quiso enseñarle a pulsar la guitarra, y más tarde intentó lo mismo Ángel Greco, pero no era esa su vocación. Parecía que le falta tiempo para lograr sus metas, entre los trabajos, la bohemia y la falta de sueño.  En 1930, Carlos Gardel le dio un empujón a su faz poética, grabándole el tema que compuso con el bandoneonista Juan Bautista Guido: Tarde gris, acompañado por sus guitarristas Aguilar, Barbieri y Riverol. Incluso a pedido del propio Gardel, le hizo los versos -a su manera- para las canciones extranjeras:Yo beso vuestra mano, señora y Amor pagano, que el cantor llevó al disco.

Una muestra de su talento innato queda demostrada en el hecho de que logró entrar como periodista en la revista La canción moderna, que luego se transformaría en Radiolandia y llegó a dirigir Sintonía, una revista  dedicada a la radio y el tango. Al fallecer su padre, se convertiría en el Jefe de la familia y estando ya instalados en la calle Tejedor, del bajo Flores, resuelve crear allí una Academia artística, a la cual le dedicaría grandes esfuerzos y finalmente se trasladarían a la Avenida Callao 420, pleno centro porteño.

La misma pasaría a llamarse PAADI (Primera Academia Argentina de Interpretación. Había descubierto a un jovencito tocando la pianola en el Balneario Municipal y lo contrató como profesor de piano. Sería en el futuro Mariano Mores, que compondría el Trío con Myrna Mores  -sería su esposa- y la hermana de ésta, y adoptaría el apellido artistico de ella.
                                                                                                                 

Eva Duarte, Luis Sandrini, Tita Merello, Mercedes Simone, Carmen Duval, las mellizas Legrand, Aída Luz, músicos, artistas, cantores, desfilaron por dicha Academia. Sus hermanos comenzaron a escribir tangos que tenían eco popular, y entonces decidió fundar la Editorial Select que funcionaría en el mismo edificio de Callao y en la cual editaban sus obras todos ellos. Fue incluso, uno de los fundadores de SADAIC con Canaro, Lomuto y otros, para defender los derechos de los autores.

Y mientras tanto seguía componiendo temas a toda máquina. Conoció a la que sería su bella esposa en un corso de carnaval, se casaron a los 3 meses, muy al estilo dinámico de Luis y le dedicó un par de temas. Entre ellos: En tus ojos de cielo, que musicalizó Osmar Maderna y que sería un exitazo en la versión de Raúl Berón con Miguel Caló. Cuando empezó a ganar dinero se compró un piso en la calle Bulnes por el que  desfilaban todos sus amigos. No había orquesta ni cantor que no tuviera un tema suyo en su repertorio. Incluso la pegó con los versos que le puso al tango Inspiración, por una apuesta que hizo con Pedro Maffia y que grabaron Agustín Magaldi y Libertad Lamarque.

 Entre su impresionante cantidad de temas exitosos podemos citar al voleo: Charlemos, Yo también, Rosa de tango,  Castigo, Ya sale el tren, Dominio, Ciego, Serenata, Carnaval de mi barrio, Jamás, El último adiós, Gitana, Tu perro pekinés, Olvido, No me lo digas, Un amor, Plomo, Dos ojos tristes,  Mentiras, Cuatro palabras, Si tu quisieras, Dos palabras por favor, Cautivo, Morena, Igual que ayer, Venganza, Criolla linda, Marion, Ya lo ves, Rebelión, Celos, Nada más, Cadenas, De Antaño y una extensísima lista. Muchos de estos temas llevan letra y música suyas. Y también la firma de  compositores como Mores, Caló, Bruni, Pracánico, Ricardo Malerba, Donato, Visca, D'Arienzo, Scorticati,  Rodio, Juan Polito, Platerotti, Vardaro, De la Fuente, Antonio Polito, Scianmarella, Enrique Rodríguez, Maurano, Baliotti, Alfredo Malerba, Attadía, Kaplún, Aieta y tantos otros.

Un día descubrió que en aquella gran película Gilda, con Rita Hayworth y Glenn Ford, habrían plagiado el tema suyo y de Pracánico: Si tú quisieras. Pensó en hacerle juicio a la productora yanqui Columbia Pictures. Muchos amigos le aconsejaron que no lo hiciera, porque no tendría chance alguna de ganarlo y sin embargo, lo hizo. Se jugó. ¡Y lo ganó! 

De repente comenzó a sentirse mal y no mejoraba. Se realizó unas radiografías del tórax y se las llevó a su amigo, el prestigioso doctor Finochieto. Le dijo que era de un primo suyo y le pidió su opinión-
-Tumor típico, canceroso... le pueden quedar dos años de vida -sentenció el médico

Con una entereza tremenda, cerró PAADI y montó nueva empresa: LUIS RUBISTEIN Y COMPAÑÍA. Aprovechando su gran condición de vendedor y su simpatía, como justo estallaba el boom de venta de lotes y terrenos, comenzó a comprar y revenderlos en parcelas y en muy poco tiempo cosechó muchísimo dinero. A los dos años le encontraron un tumor en el cerebro. Intentaron operarlo sin éxito y sólo pudo habitar 15 días en su nueva casa de Callao 353. Al lado compró un departamento para su hermano Elías.

Luis Rubistein con su esposa y sus hijos Elena y Tito

Les dejó una fortuna a su mujer y dos hijos, Tito y Elena.  Elena, entrañable amiga mía, me contaba que  su padre, antes de fallecer, les había dejado dos cartas para cada uno de ellos, y que un día las descubrió de casualidad, a la muerte de su madre..  "Fue como un fogonazo, una verdadera conmoción". Luis Rubistein tenía 46 años cuando falleció y también nos dejó su legado a todos los tangueros                                                    




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