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jueves, 5 de diciembre de 2024

Después

    El título de este tango deja abierta una ventana de posibilidades sobre lo que ha sucedido o sucederá a continuación. Realmente se trata de una hermosa creación de ese gran poeta que tantas páginas inolvidables sembró en la canción porteña. Homero Manzi, que también vivió la hora del crepúsculo en las vicisitudes del amor, desparramó la chatarrería sentimental en muchos de sus exitosos tangos. 

                                    


   Con Hugo Gutiérrez (cantor, violinista, autor) compondría el tango que hoy recuerdo en mi página y también otros que tendrían trascendencia y popularidad como  Tapera, Torrente, Fruta amarga y el valsecito Llorarás llorarás. Es cierto que en el ambiente se comentó mucho sobre la posibilidad de que realmente los temas no eran de Gutiérrez, sino que los compraba, pero esto nunca se pudo comprobar.

                                                   


   La pluma inigualable de Homero manejando la sabiduría de lo tardío, narra el final del amor y el fundamento melancólico de nuestra existencia. En un puñado de palabras conviven: la epifanía de lo vivido, el violento claroscuro, el asalto  constante de lo efímero, el repentino final y el naufragio sentimental y vital.  Con su fluencia lírica nos sitúa dentro de los sueños quebrados del amor.

Después...   
la luna en sangre y tu emoción                                                                                                               Y  el anticipo del final
En un oscuro nubarrón.
Luego...
Irremediablemente
Tus ojos tan ausentes
Llorando sin dolor.
Y después...
La noche enorme en el cristal
Y tu fatiga de vivir,
Y mi deseo de luchar.
Luego...
Tu piel como de nieve
Y en una ausencia leve
Tu pálido final.  

   Los versos son más largos de lo común en las páginas del tango, pero nos muestra fetas del alma y el desmoronamiento emocional en esos pantanosos terrenos existenciales. El gozne  sobre el que gira el argumento, es como un epítome repetido. Un espacio de desasosiego donde se juntan el pasado, el presente y el futuro envuelto en la liturgia del recuerdo. 
 
Todo retorna del recuerdo:
Tu pena y tu silencio,
Tu angustia y tu misterio.
Todo se abisma en el pasado:
Tu nombre repetido...
Tu duda y tu cansancio.
Sombra más fuerte que la muerte,
Grito perdido en el olvido,
Paso que vuelve del fracaso,
Canción hecha pedazos
Que aún es canción.
 
Después...
Vendrá el olvido o no vendrá,
Y mentiré para reír,
Y mentiré para llorar.
Torpe
Fantasma del pasado,
Bailando en el tinglado 
Tal vez para olvidar.
Y después,
En el silencio de tu voz,
Se hará un dolor de soledad 
Y gritaré para vivir...
Como si huyera del recuerdo
En arrepentimiento 
Para poder morir.

   En 1944 lo grabaron Troilo-Marino, Caló-Iriarte y D'Arienzo-Echagüe. Hay muchas más versiones registradas y entre ellas la de Pugliese-Córdoba y la de Roberto Goyeneche acompañado por la orquesta de Raúl Garello. Éste último lo grabó el 13 de mayo de 1977. Acá podemos escucharlo.

                               



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