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viernes, 13 de mayo de 2022

Las familias tangueras

    A veces buscamos acotar el territorio de la identidad tanguera y es entonces cuando vamos descubriendo como este género musical porteño se fue introduciendo en las capas familiares, en una ciudad y una época histórica. Y esos retazos familiares enhebraron gran parte de la historia del tango como podemos comprobar recordando en simples trazos algunos de esos lazos tangueros.

   Los hermanos Arturo y Luis Bernstein hicieron historia. Arturo Herman, conocido como El alemán, fue el primer bandoneonista con conocimientos cabales del instrumento. Nació en Brasil pero desde chico vivió en Buenos Aires y tocó con sus conjuntos en cafés de Barracas. No sólo tangos sino incluso música clásica. De allí saltó al centro y se hizo famoso. Fue gran maestro y entre sus alumnos destacaron Carlos Marcucci y Federico Scorticati. Su hermano, Luis Bernstein, lució como contrabajista -luego de dejar la guitarra a un lado-, en conjuntos de peso como los de Arolas, Aieta, Servidio. Fue muy buen compositor y creó entre otros temas: Don Goyo, El abrojito, La casita está triste, Ojos maulas, El vasquito.

   De Caro es un rótulo de calidad en el tango. La historia lo recordará para siempre por su gran aporte a la renovación y a la vitalidad del mismo. Julio De Caro se lleva públicamente los laureles, por su capacidad de director, innovador y compositor de grandes páginas. Pero su hermano Francisco, que siempre estuvo a su lado, fue un maestro para muchos colegas que lo siguieron y admiraron por su talento. También le puso firma a numerosos temas memorables. Y Emilio y José -violinistas-  siguieron los pasos de sus hermanos y tuvieron orquesta propia, además de las composiciones que crearon. 

                                       

Julio De Caro, Francisco Canaro y Francisco Lomuto

   Los Canaro también dejaron una huella profunda dentro de la música rioplatense. Partiendo de la pobreza más absoluta, Francisco Canaro se las ingenió para trabajar desde niño en lo que fuera y para ingeniarse como imaginario violinista fabricando un supuesto violín con una lata de aceite. Esa imaginación y su tremendo esfuerzo lo llevaron a ser uno de los directores de más prolongada actuación con su orquesta. Debutó en 1916 y fue de los que consolidaron a la Orquesta Típica. Actuó en Europa, Estados Unidos, en teatro, cine y a sus hermanos, en cuanto pudo les fue comprando instrumentos musicales. Así Rafael Canaro fue contrabajista y  se instaló en Francia con su orquesta, llevado por Pirincho. Humberto Canaro fue pianista y director, además de compositor. Juan se formó con el bandoneón y debutó en la orquesta de su hermano en 1917 haciendo pareja con Fresedo, luego con Minotto y con Marcucci antes de tener su propia orquesta. Mario Canaro se dedicó al contrabajo, luego de iniciarse con el violín y luego el bandoneón. Taambién dirigió su conjunto, actuando en varios países y como compositor, entre otros temas nos dejó su tango con el Catunga Contursi: Quiero verte una vez más.

   José González Castillo vino a ser como un profeta de la poesía tanguera en el porteño barrio de Boedo, donde años después surgirían los Homero Manzi y su hijo Cátulo Castillo. Hombre de teatro, con muchas obras en su haber, incursionó en el tango desde 1918, con temas que calarían hondo. Organito de la tarde, Griseta, Silbando, Sobre el pucho. Cátulo era músico. estudió piano y violín, y se mostró como buen compositor poniéndole música a versos de su padre. Como en Organito de la tarde. Viajó a Sevilla al frente de su orquesta , en la que estaban Miguel Caló, Alberto Cima, los hermanos  Alfredo, Ricardo y Carlos Malerba y el cantor Roberto Maida. A la muerte de su padre, dejó los instrumentos y pasó a ser poeta. Uno de los más grandes que ha tenido el tango en su historia.

     Los Lomuto eran de Parque Patricios y seguirían la senda de los Canaro. Francisco, el mayor, aprendió tempranamente a tocar el piano y trabajó con su orquesta en un barco de recreo que hacía la ruta Rio de Janeiro -Tierra del Fuego. También lo hizo en diferentes casas de música, con el piano. Cuando por fin armó su orquesta y llegó al disco, comprendió que debía tener un conjunto con ritmo y enjundia y se dedicó a dirigirla, logrando un buen nivel musical y dejando cerca de mil grabaciones. Su hermano Víctor tocaba el bandóneón y se defendía con la guitarra. Viajó con Manuel Pizzarro a Francia, donde se casaría y se quedaría para siempre. Estuvo también en la formación de Bianco-Bachicha. Enrique Lomuto, pianista, tuvo su propia orquesta y fue el primero de la familia en debutar públicamente. Su hijo Daniel fue bandoneonista. Héctor Lomuto se dedicó al jazz y tuvo gran éxito como Héctor y su jazz. Oscar Lomuto, otro de los hermanos fue periodista en el diario "La Razón" durante muchos años y Secretario de Informaciones  y Prensa en el Gobierno de Perón. Escribió algunas letras de tango, entre ellas Nunca más, con música de su hermano Francisco, que le grabó Gardel en 1924.

                                     

   
    Los Malerba tuvieron distintos destinos, aunque Alfredo, Ricardo y Carlos se dedicaron a la música. En 1927 viajaron a Europa con la orquesta de Cátulo Castillo. Al finalizar sus trabajos, se disolvió la orquesta  y volvieron a Buenos Aires, aunque los Malerba decidieron quedarse en Europa. Actuando en Portugal, Carlos, violinista,  se enferma y se trasladan a Bilbao para internarlo, pero allí fallece y lo entierran. Ricardo, bandoneonista, trabaja un tiempo en la orquesta de Bachicha y Alfredo regresa a Buenos Aires para acompañar a Libertad Lamarque con quien terminará casándose. Cuando vuelve, Ricardo, forma orquesta con Nicolás Vaccaro y Fiorentino como cantor. Luego tendrá la suya propia, que actúa durante varios años en radio Belgrano. Su cuñado Dante Smurra, pianista, es clave en la orquesta.

   Los Caló eran vecinos de los Canaro y también arrancaron de abajo para llegar a ocupar un sitial importante en el tango, especialmente Miguel, que nació en 1907. Estudió en principio el violín, dejándolo por por el bandoneón con el cual debutaría como solista en el cine Independencia.  Pasó por un par de orquestas y formó la suya, aunque la abandonó para viajar a Europa con Cátulo Castillo. Al regreso la rearma, pero vuelve a viajar a Estados Unidos con Fresedo. Al retornar forma la orquesta que irá marcando rumbos. Sobre todo cuando llegan los Pontier, Francini, Federico, Maderna, y otros a la misma. Y cantores como Berón, Podestá, Ortiz. Su hermano Roberto arrancó como cantor, incluso en la orquesta de Miguel. Luego tendría su propio conjunto que tuvo bastante trabajo. Los hermanos Antonio y Armando Caló eran contrabajistas y trabajaron en orquestas de tango, como la de Miguel y otras. Pero un día decidieron formar el conjunto Tony-Armand y se pasaron a la música ligera. Juan Caló también estuvo en la orquesta de Miguel y formó con Gobbi y Orlando Goñi en un trío. Tuvo su propia formación y fue solista de bandoneón. En los setenta lo vimos al frente de una gran orquesta en Madrid.

(Continuará)

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