Translate

domingo, 5 de septiembre de 2021

Reportaje a Julio de Caro

    -Por qué se baila cada vez menos el tango?
   -Distintos motivos, a través de las dos últimas décadas, han ido gestando un proceso descendente en las causas con que hoy se enfrenta el tango como danza. Quiero que se sepa de una vez por todas, y aunque parezca fuera de lugar, que el tango tiene su propio ritmo y su propia melodía, exceptuando únicamente de esto al tango-canción.

   Sin querer hace de esto una crítica, este proceso comienza con mi amigo y colega Francisco Canaro al lanzar él al mercado, como producto suyo, el tango-milonga que, a mi criterio, no es tal, sino tango "marcado", es decir: con cuatro corcheas como acompañamiento. Los verdaderos bailarines de tango, ante este nuevo sistema de interpretación, se encontraron en el vacío por cuanto el espíritu del arrabal, que era el que había hecho impacto en las piernas, comenzó a perder su verdadero sentido telúrico.

                                         


   Vino luego el gran Carlos Gardel, que "cada día canta mejor", y, a pesar de que le dio vida al tango como canción, agregó un factor más para que éste siguiese perdiendo su coreografía del arrabal y de todas las gamas reales que había tenido como danza del bajo fondo, sus aledaños y parte del centro. Poco a poco esto influyó terminantemente antes las sucesivas invasiones de distintas danzas del centro y norte de América, que, excitando las piernas ganaron también el espíritu.

   El tango, a fuer de sincero, ha dejado de representar a nuestra colectividad, ya que nada tiene que ver el acople necesario de distintos timbres de sonido y ampliado musical con su verdadera esencia en nuestra idiosincrasia. ¿Por qué pareciera que hemos olvidado nuestra verdadera idiosincrasia? No la ha olvidado el pueblo, que añora y reclama lo que es suyo, pero sí muchos intérpretes que ignoran lo que quiere decir tango...

   Repetiré nuevamente una frase mía: ¿Podrían Caruso, Schipa o Fleta enfrentarse a cantar un tango con Carlos Gardel? Creo que no tengo más que agregar. Para los intérpretes seguiré repitiendo que hay que especializarse, como han hecho los norteamericanos con su jazz. El primer clarinetista del Colón no podría jamás sustituir, sin adaptar su labio y sentido interpretativo, a cualquier clarinetista de jazz.

                                        


   -Qué opina de lo que hacen Salgán y Piazzolla?
   -En el arte es fácil criticar, pero difícil realizar. Salgán y Piazzolla, a quienes aprecio, estimo y respeto, tratan, con el esfuerzo propio, de concretar una inquietud a favor del tango. No puedo negar que estoy con Salgán en muchos aspectos. Es un verdadero maestro que lucha contra el el sistema de trabajo imperante, donde sólo encuentra vicisitudes, ya que cuando consigue afiatar un conjunto,, se encuentra con que puede volver a actuar recién después de mucho tiempo Sistema empresario reñido con la buena ética, por cuanto al tener éxito, como él lo ha tenido y lo tendrá, siempre tiene que empezar de nuevo.

   Los músicos y las orquestas con merecimientos verdaderos deberían actuar  mucho más de continuo y no ser sustituidos por "rascatripas" en los programas en que han han actuado. En el teatro, en cambio, cuando una obra tiene éxito, no baja del cartel y se cuentan las representaciones. Sólo deseo para Horacio Salgán, brillante colega, la actuación continua que se merece para que pueda desarrollar, así ampliamente, todo lo bueno que tienen su cerebro y su espíritu.

   No puedo dejar de elogiar en este caso muy especial y único a Canal 11 en particular, y a radio Municipal por su esfuerzo en favor del buen tango. De Astor Piazzolla, el tango se honra musicalmente  porque este prestigios intérprete se haya dedicado a él. Pero le aconsejo a mi buen querido amigo que no se olvide que el tango tiene esencia ciudadana y no queda completamente vestido si carece de ella.


No hay comentarios:

Publicar un comentario