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martes, 8 de agosto de 2017

Vuelves

Se trata de un tango de Maruja Pacheco Huergo y Virgilio San Clemente, compuesto a continuación  del tremendo éxito de El adiós, la obra que escribió en el pentagrama Maruja (María Esther) y luego, llamado por Ignacio Corsini, le sería presentado San Clemente a la autora y sería quien le pondría versos que ingresarían en el repertorio de cantantes y orquestas de todo el mundo.

En Japón es un éxito de primera magnitud,  debido a que lo llevara allí Osvaldo Pugliese con su orquesta y el cantor Jorge Maciel. Se vendieron partituras del mismo en cantidades inusuales en Argentina,  por su fineza de fondo, y sigue persiguiendo la evanescencia del tiempo, su rebobinarse y romperse. Maruja lo había desarrollado en el piano en 1937 y a comienzos del 38, Ignacio Corsini lo llevaba al disco.

                                     
Maruja Pacheco Huergo

El impacto de este hermoso y melancólico tema, motivó que los autores del mismo intentaran reunirse en otro tango para darle continuidad a la colaboración entre ambos. Aunque Maruja ha firmado una ingente cantidad de páginas de todo tipo con músicos y poetas. Ella misma pudo escribir los versos de un tango tan llegador como Lágrimas -homónino del de Arolas- que escribiera con Edgardo Donato, autor de la música. Luego repitieron con Para qué, Triqui trá, Alas rotas y Bohemia triste.

Con Virgilio San Clemente, cooperaron en la creación de Milonga de la ribera y Tu silencio, que no tuvieron la misma suerte que su composición inicial. Además, Maruja fue actriz,  firmaría la música de varias películas, haría canciones infantiles, publicaría libros de poesía, escribió comedias para televisión, partituras para obras de teatro, adaptó musicalmente pasajes de la Biblia para niños, novelas que llenaron espacios en radio y televisión, escribió en periódicos y revistas, fue muy prolífica incluso componiendo canciones y admás ejerció como profesora de música y canto.

                             


El tango que  hoy traigo al blog tiene algo del trasfondo de El adiós, buceando en las desventuras del amor, el estado informe, de pequeñas emociones, dejándose impregnar por el dolor del desamor y los recuerdos. El paisaje es la memoria. Me encanta la grabación de la orquesta de Osvaldo Fresedo y Roberto Ray cantando el estribillo.

Vuelve, alma,                                                        
vuelve, vida,
vuelve...

Como un eco de los días
en que todo florecía
al calor de una esperanza

Vuelve, alma,
vuelve, vida,
vuelve...

La delicada melancolía que irradian esas viejas grabaciones que bailamos, me llevan a un estado de ánimo especial, a una pasión que desborda, como si uno se ubicara en el sitio del personaje que vive en la letra del tango. Distopías que destilan perfume de tango. Es un recuerdo sin tiempo,  azotado por la capacidad de hechizo del artista. Me encanta.

Maruja recordaba su emoción cuando terminó de plasmar El adiós sobre el piano:

   -Tenía la sensación de que cada nota era algo así como una lluvia que se deslizaba desde mi corazón hasta el hueco de mis manos. Sin darme cuenta, la obra quedó concluída. Mi madre volvió a hablar: "Es muy sentida"... Y agregó: "Qué bien si Ignacio Corsini pudiera escucharla"...

Corsini la grabó para la historia, el 2 de febrero de 1938. Un año más tarde, el 3 de enero de 1939, Osvaldo Fresedo, con el cantor Roberto Ray, llevan al disco el nuevo tema de Maruja Pacheco Huergo y Virgilio San Clemente: Vuelves.

Lo escuchamos atentamente.

Vuelves - Osvaldo Fresedo-Roberto Ray


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