Días pasados, conversando con un amigo, me confidenciaba que un antiguo amor lo había llamado y él, en principio y a regañadientes, no muy convencido, había aceptado la propuesta de reunirse alrededor de dos copas. Y también me decía que ella se había portado muy mal con él y que había jurado no volver a encontrarse en su vida con dicha persona, lo cual me llamó la atención, pero "la carne es débil", pensé y entonces le canturreé la parte inicial de este tango del título.
Volvió una noche, no la esperaba,
había en su rostro tanta ansiedad,
que tuve pena de recordarle
su felonía y su crueldad.
Me dijo, humilde: "Si me perdonas
el tiempo viejo otra vez vendrá,
la primavera es nuestra vida,
verás que todo nos sonreirá".
El hombre se quedó un tanto asombrado y pensativo. Justo llegó otro amigo que participaría del diálogo al preguntarme porque entonaba yo ese tango. Entonces volvió a la palestra la confesión del atribulado contertulio que se debatía entre acudir a la cita, como había convenido, o llamarla y decirle que no pensaba volver a verla en la vida. Pero todo con muchas dudas. Entonces yo seguí canturreando por lo bajini.
Mentira, mentira, yo quise decirle,
las horas que pasan ya no vuelven más
y así mi cariño, al tuyo enlazado
es sólo un fantasma del viejo pasado
que ya no se puede resucitar.
Callé mi amargura y tuve piedad,
sus ojos azules muy grandes se abrieron,
mi pena inaudita pronto comprendieron,
y con una mueca de mujer vencida
me dijo: "Es la vida", y no la vi más.
Ví que acusaba el golpe y no es para menos. Yo no soy cantor, está claro, pero estos versos son demoledores. Cuántas personas, cuántos amigos, amigas y figuras públcas habrán pasado por este trance de descorrer los velos y regresar al pasado. Ese fantasma del viejo pasado que tuvo momentos maravillosos y final triste y duro. Persigue la evanescencia del tiempo, su rebobinarse y romperse. Por eso me llega tanto el tema de Gardel y Le Pera. Porque es hondamente conmovedor de sentimientos y vivencias...
Gardel y le Pera la gran dupla creadora |
No le quise citar la primera bis del tema, porque es final es todavía más duro y tampoco herir al amigo que cargaba con todas las dudas del regreso a un tema que se había agotado y sólo podía traerle problemas, según su propia confesión. Le Pera termina desnudando al propio protagonista que no quiere volver al viejo amor y de paso se encuentra con su propia dolorosa realidad.
Volvió esa noche, nunca la olvido,
con la mirada triste y sin luz,
y tuve miedo de aquel espectro
que fue locura en mi juventud.
Se fue en silencio, sin un reproche,
busqué un espejo y me quise mirar:
había en mi frente tantos inviernos
que también ella tuvo piedad.
Tremendo. De repente pusimos la marcha atrás de los recuerdos y nos sentimos por un momento jóvenes, guapos, aventureros, hasta que una mirada al espejo nos devuelve a la realidad. Este tango reúne tantas experiencias que nos depara la vida, que lo escucho siempre con un respeto total y admiración por la dupla Gardel-Le Pera. Es un tema, repito, que me llega hondo.
Carlos Gardel lo grabó con la orquesta dirigida por el destacado músico argentino Terig Tucci que lo acompañó a Gardel en las películas que filmó en Estados Unidos y en sus grabaciones en Nueva York, como ésta del 20 de marzo de 1935 -3 meses antes de su muerte-.
Un tema imprescindible.
Volvió una noche - Carlos Gardel
Tengo entendido que este es el único tango escrito por Lepera que no es cantado en una película por Gardel.
ResponderEliminarMe gusta por el Tata Floreal
ResponderEliminarMe gusta por el Tata Floreal y la orquesta de Rotundo. Dificil de encontrar, lamentablemente
ResponderEliminarQue letra, !por favor! !
ResponderEliminarUn tema espectacular, que no da respiro. Palabras certeras y en el lugar preciso. Maravilloso
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