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lunes, 1 de septiembre de 2014

De vuelta

Como rezan las palabras de Carlos Bahr en el vals que compuso con Carlitos Lázzari, acá estoy de nuevo en Madrid y comunicándome con todos los amigos que en el mundo entero siguen este blog tanguero de alma. O milonguero en las entrañas, que lo mismo da, porque hace muchos años que obtuve la contraseña de los amantes del gotán y el salvoconducto en las milongas.

Vienen bien unos días metiendo la cabeza en en las aguas del Mediterráneo, tan invitantes, y caminotear las arenas cálidas y finas de la zona. Y volví con la fuerza y los deseos recuperados al mango y ganas de restablecer el diálogo interruptus. Todavía setiembre nos dará muchos días de sol y piscina, por lo cual nos reconfortaremos con ella, en la capital española.

He vivido  estos días vacacionales in absentia del gotán, aunque, claro, las cuatro horitas desde la playa a Madrid, mientras conducía, mis orejas y el cuore comenzaron a llenar el depósito, repasando orquestas, desde el reproductor del coche, que buena falta me hacía.

                             
Francini y el Quinteto Real en 1965


Y como vengo con tutta la polenta, aprovecho para traerles un par de perlitas que venía escuchando en el viaje, para ir retomando el diálogo. Una semana antes de irme, el amigo Carlitos Di Iorio, me mandó un tema del Quinteto Real, grabado en una actuación en directo, realizada en 1964 en Japón, durante una gira.


La sorpresa consiste en el hecho de que tocan el tango de Antonio Scatasso y Pascual Contursi: Ventanita de arrabal que cantan Julieta Zini y...Enrique Mario Francini, el violinista de aquel gran conjunto. Yo había escuchado a Alberto Podestá elogiando los consejos que le dió ese eximio violinista, cuando debutó en la Orquesta de las estrellas que dirigía Miguel Caló. Y cuando se fueron Pontier y Francini de esa orquesta para formar la propia, al primero que corrieron a buscar para que cantase con ellos, fue a Podestá. Y éste sostenía que Francini tenía muy buena oreja con los cantores y solía aconsejarlos sabiamente.

                                                 


De ahí a escucharlo en una grabación y en un país donde saben tanto de tango, como es Japón, media  un abismo. Por eso, este detalle de Carlos Di Iorio, me vino muy bien para reaparecer ante tantos amigos que aprecian el tango.

                                    

Y la otra perlita es la octava grabación que realizó Juan D'Arienzo en la RCA Victor, donde ingresó con su orquesta el 2 de julio de 1935, con un disco de 78rpm, que contiene de una cara el tango de Feliciano Latasa, Hotel Victoria y de la otra faz, el valsecito de Rosita Melo: Desde el alma. Hasta allí D'Arienzo había grabado sin mayor fortuna en los discos Electra que regentaba su tío Alfredo Améndola -hermano de su madre-.

                                      

Y el 18 de noviembre de ese año, el sello del perrito lo convoca para realizar otras grabaciones. Y el que hace el octavo de dichos registros es el tango Sábado inglés, de Juan Maglio Pacho. D'Arienzo contaba en su orquesta con tres bandoneonistas: Domingo Moro, Faustino Taboada y Juan José Visciglio. Y en esta ocasión ocasión se le ocurre llamar a sus amigos Ciriaco Ortiz y Aníbal Troilo para reforzar la línea de fueyes y darle más octanos a dicho tango. ¡Y vaya si se nota en las variaciones finales!. Ciriaco ya había colaborado en grabaciones con D'Arienzo en los años 1928/29. El pianista en esta grabación es el uruguayo Lidio Fasoli.

Y para il ritornello, vienen al pelo estas dos perlitas, que acá les traigo.

Alerta las orejitas.

Quinteto Real - Ventanita de arrabal- Julieta Zini-Enrique Francini

027- Sábado inglés- Juan D'Arienzo - 1a. versión


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