La historia registra el hecho de que la orquesta que mayor número de cantores enroló, fue la de Miguel Caló. Desde el pibe amigo del barrio, Carlos Dante en el inicio -que dejó 18 versiones grabadas-, su hermano Roberto Caló -luego director y pinta de galán-, Rufino, Dalton, Arrieta, Ortiz, Roldán, Tito Reyes o cancionistas como Chola Luna, entre otras.
Pero sus tres grandes descubrimientos fueron: Alberto Podestá, Raúl Berón y Raúl Iriarte. Al turco Washington Alé, lo trajo de San Juan el cómico Salvador Striano con 15 años. Se lo presentó a Roberto Caló a fines del '39, que intercedió ante su hermano para llevarlo a la orquesta.
Éste lo incorporó el mismo día que al bandoneonista Domingo Federico y debutó en el disco con el nombre artístico de Juan Carlos Morel, que le impuso el director, y los temas: Yo soy el tango y Bajo un cielo de estrellas. Dos golazos de Federico, Francini y Stamponi mordidos por los versos de Homero Expósito y José María Contursi.
En 1942 Podestá se va a la orquesta de Di Sarli (que lo rebautiza con el apellido de la madre del cantor), dejando un hueco tremendo en la filas de Caló. Pontier, bandoneón de la orquesta, le recomienda al director que escuche a su comprovinciano zarateño Raúl Berón y Caló lo rechaza en principio con la frase "No quiero folkloristas en la orquesta"...
Lo cierto es que todos los hermanos Berón (José, Adolfo, Elba, Rosa y Raúl) venían del foklore, pero la insistencia de Pontier lo llevó a Caló a probarlo en el cabaret Shangai. Y aunque Raúl no se sabía entera la letra de ningún tango, apenas pasajes, pasa el examen con nota y debuta con la orquesta en el dancing Singapur, de Montevideo y Corrientes.
Curiosamente, al actuar en radio El Mundo, el director artístico de la emisora le pidió a Caló que reemplazase a "ese cantor que no tiene acento de tango...". Con todo el dolor del alma, Caló le comunicó al cantor que a fin de mes terminaban la relación. El cantor sintió como una puñalada en el corazón porque ya se veía titular de la orquesta y su imaginación volaba.
En el ínterin sale a la venta el disco "Al compás del corazón". grabado por Caló-Berón, y el éxito impresionante del tema en la voz aterciopelada y gardeliana del cantor lo lleva al mismo directivo a reconocer su error y la gran valía del zarateño. Y lo cierto es que Raúl Berón creó un estilo de interpretación vocal, con algo más de lo que enseñan las escuelas de canto, por su sentido rítmico y su prístina manera de tratar melódicamente la frase, convirtiéndose en una de las grandes voces del '40.
Al marcharse con Lucio Demare a su orquesta, en diciembre de 1942, otra vez la oreja de Caló volvería a acertar. Su hermano Juan le recomendó a Rafael Fiorentino que cantaba los estribillos en la orquesta de Enrique Forte y fue a escucharlo. De inmediato lo contrató, lo rebautizó como Raúl Iriarte ( el nombre de una tienda de ropa que estaba junto a Radio Belgrano) y fue el sucesor ideal de Berón.
(De mi libro "ABC DEL TANGO - Biografías de grandes figuras".
"Al compás del corazón" por Miguel Caló- Raúl Berón. Grabado el 29 de abril de 1942.)
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