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jueves, 10 de junio de 2021

Cecilia Castagneto

                                       Una mujer que lleva la batuta

   La directora de orquesta argentina Cecilia Castagneto se mueve con soltura en un ámbito tradicionalmente reservado a los hombres. “Cautiva con su preparación”, dicen de ella.

 Toma la batuta con delicadeza, la mueve con precisión. La música irrumpe en la sala en un diálogo perfecto con quien la ha convocado. Notas, escalas, fraseos y silencios parecen disfrutar del encuentro. Ella íntimamente lo sabe y lo festeja. Hoy Cecilia Castagneto dirige la orquesta .

                                   



"Me impresiona su entrega total a la música”, dice sobre ella Alexander Hülshoff , director artístico de la Fundación "Villa Música” del estado federado de Renania-Palatinado. "Cautiva con su excelente preparación y con una idea clara de cómo debe sonar la orquesta”, agrega Hüllshof en diálogo con DW.

Cecilia Castagneto cosecha elogios por su labor, disfruta de su presente y trabaja, trabaja y trabaja.

"Hay muchísimos sueños que ya alcancé, pero uno cuando alcanza un sueño se olvida de que lo era, porque ya está pensando en el próximo”, confiesa incansable Castagneto.

A fuerza de talento y esmero, esta joven directora de orquesta nacida en Buenos Aires ya pisa fuerte en su país de adopción, Alemania.

Dueña de un inconfundible estilo, es al mismo tiempo versátil: puede dirigir tanto un repertorio clásico como piezas de música contemporánea. Pero su corazón porteño late con música de Astor Piazzolla.

De hecho, el Centro de Orquestas de Rhenania del Norte-Westfalia la convocó recientemente para dirigir una serie de conciertos con obras del compositor argentino.

Manual de tango para alemanes

"Mi objetivo era tocar la música de Piazzolla como se toca en Buenos Aires”, confía Castagneto a DW.

La tarea por delante con los músicos no era menor: "Lograr transmitirles el carácter del tango, la interpretación adecuada para esa música que uno tiene en los oídos de toda la vida”, dice la directora. Y ejemplifica: "Había una parte donde la violinista y el celista tenían solos, y tocaban exactamente el tiempo y el ritmo. Y yo les decía: "pueden variar, pueden agregarle notas que quieran, pueden jugar con el tiempo, no tiene que ser tan preciso, vibren mucho”.

Cecilia Castagneto.

"Pero claro, este lenguaje les resultaba desconocido”, indica Castagneto, al tiempo que destaca "la notable apertura de los músicos alemanes para entender nuestro estilo, el de la música argentina”.

Los resultados convencieron: "Fue una experiencia maravillosa tanto para los músicos como para el público”, afirma Hülshoff, también director artístico del Centro que acogió estos conciertos.

"La música de Piazzolla ejerce una gran atracción para los alemanes. Esas estructuras rítmicas claras y esa melancolía llevan a muchos aquí en Alemania a una suerte de trance”, sostiene Hülshoff.

                             



Territorio tradicionalmente masculino

Pero los desafíos que esta joven directora debe enfrentar no son sólo artísticos o musicales, sino de género. Sí: la dirección orquestal es un terreno tradicionalmente dominado por hombres. Son muy pocas las directoras de orquesta mujeres. Y el desequilibrio se hace sentir.                       

"A la mujer se le perdona menos el error. Un hombre que comete un error dirigiendo no lo paga tan caro”, grafica. "Como mujer no hay mucho lugar para la inseguridad, se le exige más, hay que convencer más rapido”, completa.

 "Además, se espera que las mujeres nos comportemos como los hombres, que tengamos gestos de hombres, que hablemos como un hombre, que nos manejemos como un hombre”, afirma la directora. "Y la verdad, me parece super importante pararme al frente de la orquesta como una mujer, como lo que soy”, sostiene.

"Yo me pasé mucho tiempo intentando tener, inconscientemente, un gesto de hombre hasta que me di cuenta, en realidad, de que yo esa fuerza no la tengo, o que ese gesto no es parte de mí. Ahora sé que uno tiene que ser uno”, sostiene.

Y eso se percibe en el escenario. Y en las manos que mueven la batuta.

Maricel Drazer (DZC)

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