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viernes, 2 de abril de 2021

José De Grandis

    Siempre me llamó la atención este violinista-poeta por algunas de sus páginas y por la extrañeza de que siendo músico, también le diera rienda suelta a su imaginación, llevando al papel imágenes poéticas por demás sugerentes. Recuerdo a Julio Sosa cantando su tango Recordándote y cómo me llegaban esas frases de un tango que también luciera otro oriental, Carlos Olmedo con la orquesta de Pichuco.

   Se llamaba José Pedro de Grandis, era hijo de italianos inmigrantes y siguiendo los consejos de su padre estudió música, tocaba la guitarra y se especializó en el violín, ingresando en orquestas de segunda fila, pero que tenían trabajo asegurado, como por ejemplo las de Graciano De Leone, Roberto Goyheneche, los hermanos Servidio, Juan B. De Ambroggio o Enrique Pollet.

   

    Cuando actuaba en la orquesta de éste último, en el Café El Parque, fue cuando ocurrió aquel encuentro con Pedro Laurenz -que fue a visitar a su amigo y compañero Pollet- y le entregó los versos de Amurado para que les pusiera música, si le parecía bien. Ya he contado y los han hecho otros historiadores cómo germinó esta maravillosa página en los fueyes y el talento de Laurenz y Maffia para convertirse en una pieza de enorme repercusión. 

     De Grandis fue muy amigo de Carlos Gardel que le grabó entre 1926 y 1929, siete tangos: Mi diosa (con Francisco De Caro), Amurado, Cotorrita de la suerte (Con Alfredo De Franco), Viejo Curda (Guillermo Barbieri), Aquel muchacho triste (letra y música propias), La casita está triste (Luis Bernstein- La grabó dos veces) y Recordándote (Guillermo Barbieri).

   

    Vale la pena acotar que Amurado fue llevado al disco por las tres grandes voces de la historia que reinaban en aquellos años (Gardel, Agustín Magaldi e Igancio Corsini), lo que da una idea del impacto que tuvo ese tango desde su aparición. También cabe reflejar la modestia de De Grandis, cuando siendo compositor, buscó que a sus versos le pusieran música otros colegas.

    Como letrista, con Carlos Di Sarli crearon el tango Meditación. Con Agustín Bardi Adiós Pueblo y Cachada, con Pedro Laurenz Risa loca, con Enrique Pollet Farolito de mi barrio, con Antonio Buglione Tristeza nocturna,  con Julio De Caro Guardia vieja, con Alcides Palavecino Rezongona,   con Luis Bernstein Adorable noviecita, con Antonio Romano y Alberto Celenza  La otra noche.  

                   

    Y podría seguir citando otros temas suyos, aunque es cierto que Amurado los eclipsa a todos. Pero yo insisto con la pegada que tiene Recordándote y por supuesto, todos los que llevó al disco Gardel engrandeciéndolos. Su estilo tiene algo de Pascual Contursi y también de Celedonio, de Dizeo y aquellos vates que empinaron al tango en sus comienzos y en su desarrollo, con ese chamuyo tan nuestro.

    José Pedro De Grandis, nació el 27 de febrero de 1888 y falleció tempranamente en su porteña ciudad el 3 de diciembre de 1932 de una enfermedad incurable. Vale la pena escuchar a Julio Sosa en su interpretación de este tango que compuso nuestro poeta-músico con el Negro Barbieri.

                                      

                              

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