con su motivo sensual
al volcar la pasión
que llevamos, tal vez muy adentro
en lo más hondo del corazón.
José H. Staffolani
Noche que invita a bailar, a milonguear tupido, con música exclusivamente milonguera, sin "descubrimientos" de orquestas y recurriendo siempre a aquellos discos que nunca pasarán de moda, porque exaltan los sentimientos y nos empujan a la pista. Temas que encierran toda la mística del tango y que han sobrevivido a persecuciones y olvidos para implantarse definitvamente en todo el mundo.
En la CASA de ARAGÓN de Madrid (Pza. República Argentina, nº6, MADRID) tenemos un piso nuevo, de madera especial para sacarle viruta en nuestros desplazamientos, y esta noche del agosto que se nos va, estaremos firmes caminando y dibujando al compás de las grandes orquestas típìcas, además de reencontrarnos con los muchos amigos y amigas que vuelven de las playas a milonguear.
De paso cañaso, como bate el eslogan, nos damos una vueltita por otras pistas para ir templando gaitas en otras milongas, no importan las latitudes ni las razas. Todos reunidos y abrazados en una pista, y moviéndonos al compás de un tango, una milonga o un valsecito.
Arranco con la pareja integrada por Marianna Koutandou y Vaggelis Hatzopoulos. Están en Colonia, Alemania y se mandan a la pista con el tango La cachila, por la orquesta de Osvaldo Pugliese.
Sigo viaje y me planto en Burdeos, Francia, tierra de buen vino. Y de buen tango, porque esta pareja que baila ahora, acaba de ganar el Festival Mundial en Tango-pista. El rionegrino de Allen, Germán Ballejo, y la porteña Magdalena Gutiérrez, se exhiben con la milonga De antaño, por Juan D'Arienzo y el cantor Alberto Echagüe.
Y cierro la gira porque tengo que armar la música que bailaremos esta noche en BIEN MILONGA (De 21 a 0 hs,). Y Los invito a ver a Ariadna Naveira y Fernando Sánchez, en el festival de Tango de Sofía, Bulgaria. En este caso se desplazan y lucen con el valsecito Lejos de ti, por la orquesta de Rodolfo Biagi, cantando Teófilo Ibáñez.
Y esta night es el turno de nosotros. ¡A gastar suela en el nuevo encerado! Amén.