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jueves, 27 de febrero de 2025

La maleva

Qué flor de título tiene este tango compuesto en el año 1922 por el guitarrista-cantor uruguayo Mario Alberto Pardo y el violinista-cantor Antonio Buglione. En la época en que compusieron el tango, Buglione integraba la orquesta del pianista  José Martínez, a quien le dedicaría el tema que tuvo mucho recorrido tanto en la parte cantada como en la instrumental.

Carlos Gardel le dio cuerda grabándolo con su guitarristas Ricardo y Barbieri, en el año de su creación y de ahí en adelante estaría la partitura en los atriles de orquestas y cantores. Roberto Firpo, Francisco Canaro, Aníbal Troilo, Juan D'Arienzo, Roberto Goyeneche, Nelly Omar, Raúl Garello, Quinteto Pirincho, Héctor Varela, Rodolfo Biagi, Astor Piazzolla, Miguel Caló, entre otros, lo llevaron al disco.

                                         

Mario Pardo

La perdurabilidad y difusión en grabaciones de La maleva denota que el tango de marras contiene los elementos necesarios para su constante difusión. Algunos historiadores le ven costuras musicales bardianas, lo que supone un elogio realmente florido, dada la categoría de la obra de Agustín Bardi. Y es por ello que tanto como en la versión cantada como en la instrumental del mismo, merece los plácemes.

Los versos de Mario Pardo rotulan a la mujer protagonista del tema como maleva, con todo lo que ello representa. Pero en realidad, en la letra, el autor le habla a la mujer que era "copera" del cabaret Pigall, o sea, alternaba tomando copas con los clientes e incluso bailaba con ellos. Y en lugar de tratarla de alternadora, que venía a definir su rol en el cabaret, le zampa el rol femenino del varón pendenciero, valentón.

                                            



Peo el tono de los versos en realidad es cariñoso, respetuoso y narra la vuelta de ella a la vida normal, abandonando su aparente lujo nocturno, los vicios que la empinaron y el placer de disfrutar de todo ello. El tango juega su parte porque su cartel de milonguera la iluminaba en la noche oscura, y esa es la duda que le endosa el poeta, pensando en que quizás, alguna vez, al sentir un tango malevo...¿volverás?

Maleva que has vuelto al nido
de tu garufa arrepentida,y
ya no sos la mantenida
que deslumbraba en el Pigall;
ya no tenés más berretines
de lujo y milonga,
de vicio y placer.
Volvés a tu vida primera 
y la milonguera
vuelve a ser mujer.
 
Tal vez algún día
oyendo un tango malevo
arderá en tu alma un deseo
que matará el corazón.
Vos, que siempre fuiste
la reina de los festines,
ya no querés copetines,
ni tangos ni bandoneón.

Y ahora de nuevo en tu barrio
y por todos respetada,
viendo tu vieja encantada
con tu regeneración,
dentro de tu corazón
has de pensar que el cariño
tendió su manto de armiño
para abrigarte mejor. 

Podemos escuchar la versión grabada por la orquesta de Juan D'Arienzo, el 26 de julio de 1949
 
                         

 
Y la de Roberto Goyeneche acompañado por la orquesta de Raúl Garello, llevada al disco el 5 de septiembre de 1977.
                                         



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