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viernes, 2 de septiembre de 2022

Apuntes sobre el tango “Malena”

  El inicio melódico y armónico es contundente, un intervalo de 4ª justa, ascendente y categórico, presenta con su rotundo V-I el nombre de la mujer y el título del tango. Luego sigue el verbo, la acción. En la palabra “canta”, la melodía trepa a la 3ª, se define así el modo menor y Demare lo enfatiza replicando no sólo ambas sílabas, “can-ta”, sino el artículo que sigue, "el", con la utilización de la sinalefa en la misma nota. 

   ¿Qué canta Malena? El tango, nada menos. 

   En la palabra “tango”, Demare desciende al 2º grado de la escala, que otorga a la melodía un aire modal, arcaizante, replicando nuevamente sobre esta misma nota dos sílabas, “tan-go”. Para señalar que “canta como ninguna” recurre a la 4ª aumentada, en este caso ascendente (Diabolus in Musica), que reposa fugazmente en la tónica, para desplegar luego un inquietante cromatismo con notas ajenas a la escala que desembocan en la séptima mayor con “y en cada verso pone…”, para suspender “su corazón” en dominante. 

                                  


   Casi sin modificación se repite el esquema en “A yuyo del suburbio su voz perfuma, Malena tiene pena de bandoneón”.

   La utilización de progresiones ascendentes en “Tal vez allá en la infancia su voz de alondra tomó ese tono oscuro de callejón” agiliza y tensiona el discurso, para retomar la calma (siempre relativa), en “o acaso aquel romance que sólo nombra cuando se pone triste con el alcohol.”

   Qué enorme compromiso nos propone Manzi  a los cantantes cuando escribe la metáfora “Malena canta el tango con voz de sombra”. 

   ¿Cómo cantar con voz de sombra sin caer en el estereotipo?

   ¿Cómo cantar con voz quebrada?

   ¿Cómo distanciarse de esos tópicos y, a la vez, en tanto intérprete, embeberse en esos matices y circunstancias?

   Es en estos casos donde encuentro apasionante la vinculación retórica (salvando tiempos, estilos y distancias), entre la dilucidación de los recitativos de una Pasión de Johann S. Bach, una canción amatoria de Monteverdi o un tango.

“Cuando todas las puertas están cerradas y ladran las fantasmas de la canción…”

                         


   Por cierto, es notable la inflexión de Goyeneche cuando declama “…están cerradas” con una “R” tremenda y definitiva que prepara el remate del tango.

  A propósito del ritmo, si repitiéramos como un ostinato el primer verso “malenacantaeltango…malenacantaeltango…malenacantaeltango…”, nos encontraríamos con una célula rítmica típicamente afro.

  Tal vez sea esta paradoja una de las características más bellas e interesantes de la poética de Manzi: su universo íntimo, barrial y suburbano junto con la potencia de su posición social y colectiva. 

  El modo mayor del estribillo no debe llamar a engaño, es sólo un cambio de color dentro de la tormenta. La melodía toma un vuelo de lirismo y se alcanza la nota más aguda del tango en la frase “Tu canción tiene el frío del último encuentro…” (precisamente en la palabra “último”, cuando se refiere a la última cita, nada menos). 

“Tal vez allá en la infancia su voz de alondra tomó ese tono oscuro de callejón…”

     ¿Qué le pasó a esa niña?

      ¿Qué le hicieron…?

   ¿A qué se refiere el poeta cuando cita a esas "criaturas abandonadas que cruzan sobre el barro del callejón…"?

   Creo que responder este tipo de preguntas y ahondar en esos interrogantes cuando estudiamos una obra nos ubica objetiva y afectivamente en la médula de la cuestión.

   Y tal vez nos aleje un poco de la vanidad del aplauso.

Hugo Ponce

   Para acompañar este trabajo de Hugo Ponce podemos escuchar la versión de Malena por Roberto Goyeneche, acompañado por la orquesta dirigida por Raúl Garello. Grabado el 10 de abril de 1968.

                          


1 comentario:

  1. El tango es mágico. Tengo 84 años y me sigue emocionando!!!

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