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sábado, 23 de abril de 2016

Porteño y bailarín

Y sí, porque me hice en un barrio porteño, tanguero y milonguero y esos yeites no te abandonan jamás en el camino, por más fronteras que cruces, aviones que subas y amigos que conozcas en el camino de la vida. Es como ser hincha de un club de fútbol. Podés divorciarte, tener nuevas familias, vivir en otros países, cambiar de nacionalidad, pero... seguirás siendo hincha de ese club hasta la muerte. Bueno con el gotán te pasa lo mismo, ¡que querés que te diga! Y el que se arrimó a otros hobbies, ritmos y costumbres lejanas...¡que se embrome!.

Bueno, mirá que va en serio, eh. El tango se te mete en el cuore,  lo tenés como abrojito prendido (Morán lo cantaba), y te ilumina de recuerdos, de noches vividas y vívidas.Y si seguís en la onda, ¿qué más lindo podés encontrar que milonguear en lugares como BIEN MILONGA, la sala que llevo en la Casa de Aragón de Madrid, todos los martes y sábados, desde las 21 hs. Y para entonarme y ponerme en órbita, lo escucho a Mario Pomar cantándolo con el troesma Di Sarli.

Porteño y bailarín
me hiciste, tango, como soy
romántico y dulzón.
Me inspira tu violín,
me arrastra el alma tu compás,
me arrulla el bandoneón...

¿La cazaste? Bueno si todavía estás en ayunas con la que te estoy batiendo, acompañame a recorrer algunas milongas de mi Buenos Aires querido, donde se despunta a muerte el arte de mover los remos llevado en vilo por orquestas que te hacen soñar. Ah, ¿no me creés?... Peor para vos. Yo me largo por esa pistas que guardan rastros de antiguas pisadas de bailarines y bailarinas gloriosas.

Y hoy te lo hacen así:

Por ejemplo, Carolina Bonaventura y Martín Ojeda que nos deleitan en en la Sala Porteño y bailarín, de la calle San José, bailando precisamente ese tango del título y que da nombre a la milonga. Junalos.

                                                 

¿Vas entrando en órbita? Bueno, seguimos avanti, visitando estos lugares que tienen historia, y a su vez la hacen para décadas posteriores. Ahora la juego de reculié y en esta vista atrás, vuelvo con el fallecido milonguero del barrio de Pompeya, Teté Pedro Rusconi - pupilo del legendario Flaco Tin-, que con Silvia se mandan este valsecito: Claro de luna, por Pirincho Canaro cantando Eduardo Adrián.


                                         

 Y para culminar la ronda nochera, dos milongueros de rompe y raja, Elina Roldán (¡Morocha liiiinnnnda!) y Pancho Martínez Pey, se mandan con la milonga Parque Patricios (Isa!) por Francisco Canaro y la voz de Ernesto Famá.

                                        
 

¿Me hace falta agregar algo más? Sí, como cantaba Gardel: Venite p'al barrio y tendrás milongas...                                         

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