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jueves, 13 de octubre de 2022

La cumparsita eterna

    Ya he escrito varias veces sobre este tango que, sin la menos duda, es el más conocido y escuchado en todo el mundo. Lo han grabado las grandes orquestas típicas, le han hecho diferentes arreglos, tanto esos conjuntos como tríos, cuartetos, quintetos, sextetos, orquestas de cámara, cantores y demás. Y son todos muy conscientes de lo que encierra el tango de Gerardo Matos Rodríguez.

   Sabemos de los errores que cometió el autor, reconocidos por él mismo cuando afirmaba: 

-Firpo casi se muere cuando vio la obra de mi querida Becha (su hermana), porque me enteré que la música se divide en compases y que los sostenidos y bemoles que tan prolijamente escribió mi hermana delante de cada nota, debería, por una ley conocida por todos menos por mí, ponerse al principio de cada pentagrama. 

                                   

Matos Rodríguez en sus paseos por Europa

    Posteriormente vino la letra que le adosaron en 1915 Pascual Contursi y Enrique Pedro Maroni y que incluyeron en el sainete "Un programa de cabaret", con el nuevo título de Si supieras. Versos que fueron grabados por Gardel en 1924, acompañado por sus guitarristas Ricardo y Barbieri. .. de lo cual se enteraría Matos Rodríguez en su encuentro con Canaro, en París. 

   Matos estaba en la capital francesa de paseo y Pirincho actuaba en el cabaret Florida Dancing con gran éxito. Allí le contaría que estaba tocando su tango, con el agregado de un contracanto con serrucho, cosa que le agradó múchísimo al autor, pero al enterarse de esa versión de La cumparsita y que la hubiera grabado Gardel, creció su indignación y el pleito entre el músico y poetas duraría incluso hasta después de la muerte del autor, y ello, gracias a la mediación de Canaro. 

   Con respecto a este tema, vale la pena rescatar el trabajo de Raúl A. Castelli en Historia musical de "La cumparsita, ESTUDIOS DE TANGO, nº 9, mayo-junio de 1972.

   -... Año 1917, Gerardo Matos Rodríguez, autor de La cumparsita, ignoraba las reglas de la composición. Había escrito en su mente el tango que compusiera en un viejo piano que existía en el local de la Federación de Estudiantes del Uruguay y cuando Roberto Firpo se  presentó poco después en Montevideo con su orquesta, se las ingenió, amigos mediante, para hacerle llegar un manuscrito. 

   Naturalmente, es más que difícil que este MS se conserve, pues en esa época no existían mayores inquietudes por conservar papeles cuyo valor histórico era entonces impredecible. En este caso particular, el propio Firpo, que era quien pudo haberlo conservado, más de una vez declaró que no era hombre de temperamento nostálgico y que por eso no guardaba papeles viejos.

   Quienes vieron aquel MS han afirmado que sus fallas eran garrafales. Problemente, Matos Rodríguez no había hecho otra cosa que escribir la sucesión de notas de la melodía, sin barras de compás ni distinción entre los valores de las figuras. Firpo ordenó el caos y puso el acompañamiento, hecho lo cual observó que la primera parte tenía solamente quince compases en lugar de los dieciséis de regla, por cuyo motivo agregó uno al comienzo.

   Este compás agregado artificialmente no forma parte del tema melódico; consiste en un silencio de corchea seguido de tres corcheas en escala descendente que generalmente se ejecutan en octavas: sol - fa -mi bemol (se trata de un tono de sol mayor) y culminan con el re con que comienza realmente el tango.

   El compás escrito por Firpo no figura en las partituras y raramente es ejecutado al comenzar el tango: no lo hizo ni el propio Firpo, quien lo reemplaza por un solo acorde de piano, mientras que otras orquestas respetan la versión de Matos Rodríguez. 

   De las agrupaciones importantes que han llevado el tango al disco, una de las primeras que incluyó el compás agregado por Roberto Firpo fue la de Juan D'Arienzo en su versión de de 1943 (en las anteriores, dos de ellas de 1929 en ELECTRA y una de 1937 en VICTOR, no lo hace, pero debe destacarse que lo hace sólo el pianista Salamanca y la orquesta arranca en el  re

   Lo mismo ocurre en la grabación de Aníbal Troilo. Sin embargo, el compás de Firpo lo realizan muchas orquestas cuando repiten la primera parte (después de la segunda, después del trío y en las nuevas repeticiones que suelen ejecutar al final), en reemplazo del cierre de la parte precedente. Un ejemplo de esto lo tenemos en la memorable versión de Cayetano Puglisi en 1929.

                                    


   Resumiendo, el aporte de Roberto Firpo en La cumparsita puede ser representado así:

   PRÁCTICAMENTE SEGURO:

   a) primer compás de la primera parte (no figura en partitura ni es de uso constante en la práctica.)

   b) contramelodías para violín en la primera parte.

   PROBABLE:

   Ocho primeros compases del trío (línea melódica parecida -no igual- a un fragmento de La gaucha Manuela (tango de Firpo -1907-) y con alguna semejanza con un fragmento de la segunda parte de El compinche (tango de Firpo - grabado por la orquesta típica de Pacho en el año 1913-, disco COLUMBIA RECORD  Nº T 650). por extensión es razonable pensar que Firpo pudo haber compuesto todo el trío.

   Aún queremos, aantes de cerrar este acápite formular algunas dudas que subsisten todavía. La más importante se refiere a las contramelodías de la primera parte que... son dos. Sin embargo, en la edición original (BREYER HERMANOS, año 1917) sólo figura una: precisamente la que puede oírse en la grabación del mismo año por la orquesta Alonso-Minotto. 

   Las palabras de Enrique Delfino: "Roberto Firpo le agregó aquellos solos de violín, y ya por siempre el tango fue la estampa de nuestra irredimible tristeza rioplatense, ¿deben tomarse al pie de la letra -es decir, en plural- o Firpo solamente habrá escrito, después de todo, nada más que UNO de estos solos?

   Después de estas sabias palabras creo que vale la pena escuchar la versión de La cumparsita, grabada por la orquesta de Cayetano Puglisi el 25 de abril de 1929.

                        


   Y para incidir en lo que explica Raúl A. Castelli, también volvemos a la maravillosa grabación de la orquesta de Juan D'Arienzo del 23 de noviembre de 1943

                                         


   Y porqué nó, la versión original de  la orquesta de Roberto Firpo en noviembre de 2016. 

                                            


                                        

1 comentario:

  1. Mi abuela Rosa tocaba el piano. Cada tanto sacaba unas partituras con cara de papiro, Chopin, Bach, piezas de estudio, se acomodaba en la butaca y las repasaba en un acto que tenía bastante de lúdico. Hasta que llegaba el turno de "La cumparsita". Quizá su preferida, quizá la que mejor le salía. Tocaba fuerte, enérgica, levantaba alto la mano para dejar caer el acorde ya listo sobre el teclado y con esa izquierda marcaba sin mirar, subía y bajaba como dirigiendo una orquesta. Todo alrededor vibraba, los portarretratos, las mesitas de vidrio, los cuadros. Ella miraba concentrada la partitura, pero era un reflejo, sus dedos tenían memorizada cada nota. Después tocaba unos valses y algún que otro tango, pero "La cumparsita" era siempre el clímax de ese repaso por la pila enorme de partituras.
    Uno de esos momentos que, desde la distancia que dan los años, uno reconoce como fundacionales. Sé que parte de mi devoción por la música nació ahí. Tanto le debo.
    Gracias, Maestro, por este recuerdo que vino marchando con la cumparsa.
    Un abrazo.

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