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lunes, 25 de julio de 2016

Un dilema

Es el que se me planteó a mí, estando en la playa. ¿Me quedo otra semanita? ¿Vuelvo? La cuestión es que he regresado a Madrid y la piscina me sirve de linimento  al grato recuerdo de la arena y el mar que dejé atrás. Y, al final del dilema del regreso o seguir entre olas, concuerdo con el escritor y jesuita español Baltasar Gracián:
-Lo bueno, si breve, dos veces bueno...

Aprovecho la vuelta para reencontrarme con mis amigos del blog. Y para seguir engrasando los ejes de mi ordenata, me mando con este tango de Enrique Cadícamo y Julio De Caro, que presenta una vez más el espíritu aventurero y galante de Cadícamo y sus dilemas ante los avatares del amor. Con Ángel D'agostino habían hecho el pacto de mantener la soltería hasta la muerte. O sea, para siempre.

                                           


D'Agostino cumplió su palabra, pero el vate, luego de numerosos romances con fecha de caducidad, que iría deslizando en sus tangos, en 1961, con 61 años vividos intensamente, contraería matrimonio con Nelly Ricciar y tendrían a su  hija Mónica. En este tango, del título,  Cadícamo muestra su chapa de conquistador, y el trance de tener que escoger entre dos amores.

Yo soñaba con ella un Edén
Paraíso feliz... todo color.
No pensaba jamás, que ese Edén
pudiera tambalear delante de otro amor...
La fuerza de un extraño y gran querer
hoy viene a aquel paisaje a ensombrecer...
Qué he de hacer, corazón, qué he de hacer
el dilema aquí está sin resolver...

                                             
Los dos amigos: Ángel D'Agostino y Enrique Cadícamo


El tango tiene primera parte, primera bis y una segunda. En la parte final, Cadícamo reitera sus dudas, el dilema.

Qué misterios que encierra el amor
lo que ayer fue ilusión, hoy deja de ser.
Por la senda de un nuevo querer
camino como ayer... eterno soñador.
No sé cuál ha de ser este final
más temo, porque soy sentimental...
qué he de hacer, corazón, qué he de hacer
el dilema aquí está sin resolver...


Julio De Caro no sólo le puso música a estos versos-devaneos de Cadícamo, sino que grabó el tango con su orquesta y el cantor Agustín Volpe, el 23 de octubre de 1942. Y suena muy bien.

Agustín Volpe


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