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miércoles, 3 de diciembre de 2025

Naipe marcado

Hoy me vengo con este tango que dejó huella en los seguidores del género. Su autor, el músico-cantor, Ángel Greco trabajó en circo,  tuvo un dúo de vocalistas con Domingo Riverol que se mantuvo durante unos nueve años, y finalmente se inclinaría por componer tangos. Entre otros figura La ventosa, compuesto en 1916, su primer tema y otros como Llaga viva, Río revuelto, Resurrección, que no tuvieron mayor repercusión.                                                                                                                                                                         

Ángel Greco

Pero, en cambio, le fue muy bien con éste del título que compuso en 1933 y lleva letra y música suyas. Lo grabó Carlos Gardel el 13 de mayo de ese año. Greco era un bohemio permanente  y tuvo amistad con Gardel y con figuras del tango de su época. Desarrollando su rol de creador, se fue luciendo con temas más llegadores como Cartitas perfumadas, La milonga celestial, Aquí me pongo a cantar y otras.

Peo el tango que le dio su gran empujón fue precisamente este del título, que logró gran difusión en su época y siguió teniendo éxito muchos años después de su fallecimiento en 1938. Para el jugador de cartas, el naipe marcado es aquel que se usa en forma tramposa y beneficiosa. Pero Ángel Greco usa el tema para ir engarzando títulos de tangos famosos en el supuesto contrapunto entre dos payadores.

Vayan parando “El chamuyo”
Van a cantar “Mano a mano”,
“Lorenzo” y “El entrerriano”
Payadores “De mi flor”.
Saldrá el “Sentimiento criollo”
Enancao a “El pensamiento”,
Sobre “El flete” de “Un lamento”
Que va buscando un amor.

                                        

Y en el duelo musical siguen apareciendo nombres de tango hasta completar diecisiete composiciones  conocidas como por ejemplo: El chamuyo (1913), Mano a mano (1920), Lorenzo (1920, El entrerriano (1890),  Rodríguez Peña (1911), De mi flor (1914), El pensamiento (1914), Pampa (1913), Derecho viejo (1913), El flete (1913), El taita (1920), Zorro gris (1921), Felicia (1907) y otros.

 
Dónde te fuiste, tango
Que te busco siempre
Y no te puedo hallar.
Te juro por mi vieja
Que si no te encuentro
Me pongo a llorar.
Fui por Florida ayer
Y por Corrientes hoy,
Me han informao
Que te habías piantao
Con tu bandoneón.
Pero yo sé que vos
No aguantarás el tren,
“Naipe marcao”
Cuando ya es junao
Tiene que rajar.
¿Dónde te fuiste,tango
que te busco siempre
y no te puedo hallar?
 

Terminaron “La payada”
Y “El taita” con su pericia,
Pide a la “Pampa” “Felicia”
Que se quite el “Zorro gris”.
Y baile “Derecho viejo”
Con el gran “Rodríguez Peña”,
Para que el “Alma porteña”
Resurja grande y feliz.

Ángel Vargas lo grabó acompañado por la orquesta dirigida por Armando Lacava, el 5 de julio de 1951. Acá lo podemos escuchar.
                                          



jueves, 27 de noviembre de 2025

Pobre flor

La flor es la estructura reproductiva característica de las plantas llamadas espermatofitas o fanerógamas. La función de una flor es producir semillas a través de la reproducción sexual. Para las plantas, las semillas son la próxima generación y sirven como el principal medio a través del cual las especies se perpetúan y se propagan.

Cuántas veces hemos comprado flores para celebrar algo de las mujeres que acompañan y acompañaron nuestras vidas. El tango le ha dedicado numerosas páginas en forma de tango, vals o milonga, como simbolismo de todo lo que representa y lo que nos atrae de ella. Y yo la recuerdo en ese valsecito que tuvo mucha repercusión.                                                                                                                                                                            

 

Porque la flor es un objeto importante para los seres humanos. A través de la historia y de las diferentes culturas, siempre ha tenido un lugar en las sociedades, ya sea por su belleza intrínseca o por su simbolismo. De hecho, cultivamos especies para que nos provean flores desde hace más de 5000 años y, actualmente, ese arte se ha transformado en una industria en continua expansión: la floricultura. 

 Los versos de Víctor Federico Spíndola, de quien no conocemos más creaciones en el rubro tanguero, la usa en este valsecito como elemento para definir la muerte del amor. Piensa que ella, la mujer que abandonó al personaje del verso, era la flor de su ilusión y simbólicamente, metaforiza este brote de las plantas primaverales-veraniegas, hundido en el invierno del dolor.                        

La flor de mi ilusión
la mató el frío
de un invierno cruel
de ingratitud y dolor.
¡Pobre flor!
Hoy es sepulcro y paz
de mis ansias de pasión,
porque no vuelve más
lo que amé con frenesí.
¡Ay!, qué se han hecho los besos
que con embeleso, me diste a mí...  

Esta página tuvo mucho éxito y sigue vivo y motivante en la milonga y en emisiones radiales. La música del violinista Luis Mottolese (Luigi nació en Potenza-Italia y actuó en varias orquesta típicas. Incluso tuvo la propia) le dio la vibración ideal para que repercutiera durante tantos años. Y es curioso que los versos tristes, agónicos, vengativos, se hagan alegres por la música que los acompaña. 

Todo lo cubrió el olvido
con su manto triste
para más volver.
Siendo mi ilusión primera
solitaria tumba
de mi último amor.
Juramentos vanos
de una boca ardiente
con ponzoña y maldición;
pero el recuerdo grabado
como una mortaja eterna,
sobre el alma mía,
triste la cubrió,
y por eso entre tinieblas
voy meditabundo,
vagando al azar
con tu nombre escrito
como una sentencia
de no poder olvidar
el corazón que te amó.
 

"Pobre flor" tiene como segundo nombre "Primera ilusión". La grabación de Alfredo De Angelis con su orquesta y sus cantores Carlos Dante-Julio Martel, realizada el 7 de enero de 1946, derivó en un éxito muy importante. Tanto que lo seguimos bailando en las milongas, muchos años más tarde..                                                                                                                                                                                                


 

                              

miércoles, 26 de noviembre de 2025

Los muñequitos

 Título extraño para un tango, aunque algunos, en son de chanza, lo utilizaríamos para definir a aquellos "milongueritos" que se mueven en la pista de un modo llamativo y poco ortodoxo. Siempre existió esa pulla en las barras que concurrían a aquellas milongas tupidas de los años cincuenta. Pero, con el respeto debido y sin hacer ostentación, claro, que era la forma de evitar problemas serios.

En este tema, Oscar Rubens (Rubistein), los utiliza para intentar calmar la pena que agobia al protagonista y que lo lleva a mirar la vida hacia atrás, al pasado infantil, juvenil. Cuando jugaba con esos muñequitos de cartón que todavía quedan almacenados en su memoria. Como nos pasa a tantas personas que en algún momento retrotraemos la memoria muy hacia atrás y reaparecen imágenes desteñidas y vivificantes..                                                                                                                                                                                   


Los muñequitos son realmente una metáfora. Lo que mentaliza la persona es el valor de aquellos momentos lejanos en que todo era juego. Los muñequitos, en este caso, representan el símbolo de todo ello, y busca instalar su cerebro en la infancia, cuando todo le semejaba a un juego interminable y así los ve saltar, reír, jugar, al ritmo de sus impulsos y movimientos.

En la tortura de vivir sin canción,
Mi alma sin fe, rompió a llorar,
La dulce infancia, blanca flor de ilusión
Hoy con dolor, vuelvo a evocar...
Pobres... están aún en un rincón,
Pobres muñequitos que contemplo
Con ternura y emoción.
Ellos... muñequitos de cartón,

Lógicamente, no parece un poema ideal para ser representado en tiempo de tango, pero en el fondo contiene su enfoque filosófico. Porque restalla en la afirmación de que, el protagonista necesita forzosamente limpiar, calmar su profunda tristeza. Los muñequitos son el fértil abrevadero de su memoria infantil y cree que ellos le devolverán la alegría perdida.

Jueguen muñequitos,
Bailen, salten como ayer,
Que hoy mi tristeza
Necesita del recuerdo.
Jueguen muñequitos,
Bailen, salten otra vez,
Como en la infancia
Que revive mi emoción.

Vuelvan a brindarme esa alegría,
Para ahogar la pena mía,
Que hoy me quema el corazón.
Jueguen muñequitos,
Bailen, salten como ayer,
Que hoy me quema el corazón.

La música que le adosara Francisco Pracánico, levanta el vuelo de los versos de Rubens. El tango tiene un doble título: "San Fernando". No conozco más registros discográficos de este tango, que los de Enrique Rodríguez con su cantor Armando Moreno (28/12/43) , y el de Carlos Di Sarli con Roberto Rufino, grabado el 4 de noviembre de 1943. Éste último es el que les propongo escuchar.

                                 


 

 


sábado, 22 de noviembre de 2025

Relatos de la milonga

            


 A la distancia sueño con volver a esas noches impredecibles, en donde lo único certero es mi deseo. Que no es poco. Como si estuviera enamorada. Igual.
Recuerdo la última noche, una sorpresa... En aquel lugar conocido, donde bailé hasta el amanecer con desconocidos, hasta que cada músculo de mi cuerpo rogaba piedad.
Algunos hombres me contaban algo de su vida, otros sacaban temas de charla para conocerme un poco más, o porque el silencio simplemente los ponía nerviosos, quien sabe. Y hasta uno se animó a arriesgar sobre mi vida, y debo decir que algo acertó.
Pero las palabras entre tema y tema no eran nada. Absolutamente irrelevantes. Lo único que importaba era bailar. Bailar hasta que el agotamiento me deje extasiada entre las sábanas de verano de mi cama. Bailar hasta olvidar todo. Bailar hasta escuchar en susurros al cuerpo del hombre y acompañar su movimiento a la perfección. Sí. Por momentos era perfecto. El movimiento era perfecto, la música, el gesto, la pisada, el momento... pude respirar un instante en la perfección.
¿Cuántas veces de nuestras vidas podemos sentirlo? Aunque sea al menos por unos pocos segundos. Esos segundos que, en mi recuerdo, se transforman en eternos. Y cuando respiro ese aire, el resto del mundo no me es suficiente.
Por eso vuelvo. Siempre.
(Amor por el Tango)

 

 

martes, 18 de noviembre de 2025

TANTO

 Pocas veces un título tan corto puede ser suficiente para congregar adeptos y permanecer en el candelero del tango durante años. Porque Carlos Bahr y Elías Randal (Rubistein), compusieron este tema allá por 1942, pero da gusto seguir escuchándolo en las versiones grabadas del mismo. Es cierto que Bahr tiene una prolífica cosecha de tangos muy valiosa y perdurable, pero hoy me quedo en esta  página.                                                                                                                                                                                                       

Carlos Bahr

Tuve una relación amistosa muy grata con Manolo Sucher, que era la contrafigura de Bahr, y sin embargo compondrían muchos tangos de cartel entre los dos. Él me presentaría al poeta en el café que estaba frente a radio El Mundo. Yo era un pibe veinteañero, y pude compartir mesa con ambos. Aprecié la cordialidad y bonhomía de Bahr, que que me contó su contrariedad por no haber pasado de sexto grado.

Entre las cosas que me contaría en aquellos encuentros nocturnos, lo que más me llamó la atención  era en que sus temas provenían de historias reales. Las mismas habían sido vividas, algunas por él y la mayoría le habían sido trasladadas por distintas personas, en cartas o en encuentros solicitados por el personaje de turno. Incluso en ese mismo Café en que nos encontrábamos.  

Aunque nunca pudo vivir de su trabajo poético, Bahr fue un creador incansable y sus celebradas obras entraron en el repertorio de orquestas y cantantes con un éxito imparable. La lista es muy larga y sigue en el candelero milonguero y en la expansiva onda radial y victrolera con éxitazos como: Mañana iré temprano, Me quedé mirandolá,  Soledad la de Barracas, Humillación, Equipaje, Pecado, No te apures Carablanca...                                                                                                                                                                                                          


Y entre tanta composición poética, este tango que compuso con Elías Randal: "Tanto", que me empuja desde siempre y que que hoy desparramo en sus versos. La vieja historia del amor diluido, y que el personaje retorna una y otra vez leyendo aquellas cartas de la etapa amorosa. Con el estilo romántico y abolerado del tango de los cincuenta, que lo instaló en el área de los notables creadores.

Vuelvo a leer tus viejas cartas,
que ya he leído tanto y tanto
y vuelvo a hallarte apasionada
en las cálidas palabras
del momento del amor.
Es lo que queda de un pasado,
hecho de lágrimas y risas,
con un final desesperado
que escribieron el dolor
y el desamor.

Y entonces su corazón se agiganta y su cerebro recuerda cuánto amor los unió y una parte de ambos juntos, se ha quedado para siempre en su vida. El dolor lo oprime cuando comprueba que la relación se ha roto para siempre. Y entonces, una y otra vez mastica ese "tanto", que encierra la profundidad de lo vivido entre ellos y que ya nunca se volverá a recuperar. Aunque sea repetitivo, es profundo, vital.

Tanto,
tanto como nos quisimos,
tanto, tanto que soñamos,
tanto como hemos vivido.
Y de repente,
peor que el martirio,
peor que la muerte
este terrible comprender
que te he perdido,
que ya nunca he de tenerte.
Tanto,
tanto como fuiste mía
como nunca ya en tu vida
de ninguno más serás.

Guardo tus cosas más queridas,
porque conservan algo tuyo
es como un poco de tu vida
de tu vida y de mi vida
de mi muerta soledad.
Pero yo se que ya no hay nada
que te devuelva hasta mis brazos
y estoy así, sin esperanzas,
esperando nada más, por esperar.

Entre las grabaciones registradas de este tango, hoy escojo la de Roberto Florio, acompañado por la orquesta de José Libertella, realizada en 1967. 

                       




 


domingo, 16 de noviembre de 2025