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miércoles, 1 de abril de 2015

Che, papusa, oí

Muñeca, muñequita que hablás con zeta
y que con gracia posta batís mishé;
que con tus aspavientos de pandereta
sos la milonguerita de más chiqué...

Esta deliciosa y ocurrente letra le pertenece al prolífico e imaginativo Enrique Cadícamo y lo realizó en 1927, grabándolo Gardel un año más tarde con las guitarras de José Ricardo y Guillermo Barbieri. También fue uno de los mayores éxitos del trío Irusta-Fugazot-Demare en Barcelona, como le informara al poeta, a través de una misiva el propio Lucio Demare. La música del tema es de Gerardo Matos Rodríguez.

...trajeada  de bacana, bailás con corte
y por raro snobismo tomás prissé,
y que en un auto camba, de sur a norte,
paseás como una dama de gran cachet...

                                                  


El argumento del tango versa sobre una de aquellas chicas que saltan al ambiente del cabaret pero es una pinturita distinta, con ese estro tan especial de Cadícamo. Y su sociedad con el uruguayo autor de La cumparsita para este tema, lo cuenta el vate en sus Memorias:

-En el "Café 36 billares", de la calle Corrientes, un voluminoso  y muy simpático amigo mío, Casaravilla Sienra, me presentó a Matos Rodríguez, el autor de "La cumparsita". Era un hombre joven de alta estatura, de prestancia y señorío, ex estudiante de arquitectura en Montevideo y que a pesar de su solvencia económica, no lo demostraba. Tampoco gozaba de mucha simpatía entre quienes lo trataban. Continuamos viéndonos con Matos un par de veces en el mismo café y un día me pide que le escriba una letra de tango. Yo tenía un par de ellas escritas y a los pocos días le llevé una, titulada "Che, papusa, oí". El título le cayó muy bien. Luego de enterarse del contenido me pidió que le dejara unos días para ver si "embocaba" algún tema...

                                                 
Gerardo Matos Rodríguez


Che papusa, oí
los acordes melodiosos que modula el bandoneón;
Che papusa, oí
los latidos angustiosos de tu pobre corazón;
Che papusa, oí
como surgen de este tango los pasajes de tu ayer...
Si entre el lujo del ambiente
hoy te arrastra la corriente,
mañana te quiero ver...

-Un día me invita a su departamento de la calle Corrientes al 2300 para que escuchara al piano la música que había compuesto,  la que me pareció acorde  con el carácter de mi letra.
  La mandó a la Editorial y quince días después los ejemplares invadieron las casas de música. Todas las orquestas y cantores comenzaron a ensayarla. Matos era de aquellos que hacía patria y la primicia para la grabación se la dio al cantor uruguayo Alberto Vila, agotándose la primera tirada de 5.000 discos que imprimió la Victor.
  Otro sello competidor lo lanzó a la venta con Gardel, Corsini, Azucena Maizani. Esta última lo estrenó en el Teatro Porteño, donde se hallaba actuando.

Milonguerita linda, papusa y breva,
con ojos picarescos de pippermint,
de parla afranchutada, pinta maleva
y boca pecadora color carmín.

                                                


-Hallándose el tango en pleno éxito, comienza a resentirse nuestra amistad por haberme enterado un poco tarde de que Matos, antes de adaptarle música a la letra, la había ido ventilando ante sus amigos Vicente Martínez Cuitiño y el vizconde de Lascano Tegui, dramaturgo y periodista respectivamente, para que lo asesoraran si valía la pena ponerle música a tales versos, sin duda por faltarle a él capacidad para juzgarlos. Demás está decir que el veredicto de ambos fue una felicitación que le encargaron me hiciera llegar de su parte.

-Esto fue lo que me distanció de mi coautor. Estando nuestro  tango en labios de Buenos Aires, cuando nos encontrábamos nos hacíamos los distraídos para no saludarnos...

...engrupen tus alhajas en la milonga
con regio faroleo brillanteril
y al bailar esos tangos de meta y ponga
volvés otario al vivo y al rana gil.


Cabe acotar que poco después viajarían en el mismo barco a Europa junto a Cátulo Castillo y Roberto Maida, y compartirán junto a otros compatriotas uruguayos y argentinos, unas buena calavereadas con el tango como leit motiv, en el viejo continente. Terminarían teniendo una buena amistad, como el mismo Cadícamo comentaría. Pero la anécdota, en el relato del propio poeta, tiene esos ingredientes que realzan la valía de este tango que sigue sonando en los silbos de un tanguero de barrio, y en las milongas, con los acordes melodiosos que modula el bandoneón.

                                                   
En el barco rumbo a Europa. están invertidos los nombres de Matos y Maida.


Vamos a revivirlo en dos versiones: Las de la orquesta de Roberto Firpo con el cantor Teófilo Ibáñez, grabado el 29 de marzo de 1928, y del Polaco Roberto Goyeneche con la Orquésta Típica Porteña, y arreglos de Raúl Garello, registrado en 1976.

Roberto Firpo-Teófilo Ibáñez - Ché papusa oí

18- Che papusa oí - Roberto Goyeneche











































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