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lunes, 23 de junio de 2014

Troilo y Gobbi

Fueron amigos en la bohemia inicial y lo siguieron siendo hasta el final de Alfredo. Su triste final. También los unió la ternura de ambos y el coloquio perpetuo con la luna en aquellas madrugadas interminables. El primer y magistral pianista de la orquesta de Pichuco fue Orlando Goñi, compañero de aventuras de Alfredito Gobbi, en su corta vida.

Alfredo fue el músico con quien tuve más conexión y con quien más intimé pese a mi corta edad, en la etapa del aprendizaje, de los primeros pasos noctámbulos. Gobbi me hablaba de Pichuco con ese cariño que sentía íntimamente por sus amigos. Estuvieron juntos en el recortado Sexteto Vardaro-Pugliese. Éste último, incluso, mantuvo tanto con Troilo como con Gobbi un cariño sentido y devuelto por aquellos.

                                     

Es una de las facetas que más valoro en el tango. Pese a la necesaria y fundamental actitud de rivalidad entre las orquestas, la mayoría de los directores fueron amigos entre sí, y hay muchos ejemplos en el sentido de los consejos o ayudas que se prestaron entre todos ellos. Incluso llegaron a fundar el Sindicato de autores y compositores y el de Directores de orquestas, gracias a esa solidaridad que redundó en beneficio general.

Troilo y Gobbi amasaron sus ganas a la par, aunque Alfredo fue el último en tener orquesta propia después de pasar por varias formaciones, incluso la brillante de Pedro Laurenz. Con la melancolía por todo aquello que se lleva el paso del tiempo, los escucho a ambos en el disco, que me devuelve la imagen de uno y otro.

Y esta foto ilumina el blog. Están Alfredito Gobbi y Enrique Mario Francini, tocando en un evento con la orquesta de Pichuco. Y Héctor Varela baja los escalones para incorporarse el conjunto donde están los músicos habituales de Troilo como Domingo Mattio o Hugo Baralis, que se marchó de la orquesta junto con Goñi, cuando Pichuco se cansó de la indisciplina del pianista.

                                        
El violín de Gobbi con su dramatismo melódico era el complemento ideal para ese estilo troileano que el Gordo manejó con brillo y convicción. La amistad y admiración entre ellos, también entronca por el deslumbramiento que sintieron ambos y Pugliese por el revolucionario Sexteto de Julio De Caro. Incluso el Gordo tocó en una gran orquesta que formó De Caro para tocar en el Luna Park en 1932, como se ve en la imagen de abajo.


 Arriba de izq. a der. VicenteTagliacozzo, José Sciarreta, Sammy Friedentahl, José María Rizzutti, Calixto Sallago, Aníbal Troilo , Alejandro Toto Blasco y Antonio Rodríguez Lesende. Abajo: Vicente Sciarreta, Francisco De Caro, Julio De Caro, Pedro Laurenz, Armando Blasco y José Nieso.

Alfredo Gobbi murió con 53 años apenas, hundido física y moralmente por la bohemia incurable que lo fue matando. Troilo le dedicó su tango Milonguero triste grabado con su orquesta el 19 de enero de 1965, cuatro meses antes del triste final de aquel. El lirismo que siempre manifestó Gobbi con su música, la traslada Pichuco a su composición- homenaje que vuelve a grabar, esta vez con su cuarteto, el 30 de julio de 1969.

Es esta última la versión que podemos escuchar a continuación. El cuore de Pichuco se expresa con el fueye, llorando por la partida de su amigo.

02- Milonguero triste - Aníbal Troilo y su cuarteto

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