Tango y lunfardo
Me enseño a jugar al truco. recitaba las coplas para cantar la flor, desde la clásica "Por el río Paraná...", pasando por la cuarteta criolla que evoca a la paradoja de Zenón: "Una carrera corrieron/el sapo y la comadreja,/ y el sapo, al aventajarla;/ le dijo flor en la oreja", Y la idílica: "En los jardines de Diana/tengo una rosa en botón,/conservate casta y pura/Si querés llamarte flor". (N de la R.: Soslayo algunas muy fuertes, bien de café para no molestar a nadie).
Milonga y tango
Del truco y el lunfardo, saltamos fácilmente al tango. Empecemos por "...y oigo el eco/de esos tangos de Arolas y Greco/ que yo he visto bailar en la vereda...". Me acuerdo que de Arolas le gustaban Comme il faut, Derecho viejo, El Marne, y especialmente Una noche de garufa. Aunque Tío conversó sobre los orígenes del tango con los hermanos de Vicente Greco, y no le disgustaban Rodríguez Peña, La viruta y El Estribo, sospecho que usó el nombre del compositor sólo para rimar con eco...
También conversó con José Saborido la letra de La morocha, según mi tío, desmerecía la música y Felicia era para él un tango lindísimo, y con Ernesto Ponzio no suelo oír Don Juan sin recordar con precisión un pasado apócrifo..
A esos tango primordiales habría que agregar El caburé, El cuzquito, El flete, El Maldonado, El torito, El entrerriano, Hotel Victoria... tangos que oía como en éxtasis, cerrando los ojos y acompañando los acordes con movimientos del torso y de los pies. Para muestra bastan unos pocos tangos; lo que vino después -esto lo escribió ya en 1925-: Fue el tango actual, hecho a fuerza de pintoresquismo y de trabajosa jerga lunfarda.Pero definitivamente prefería la milonga Señor Comisario, Mate amargo, Pejerrey con papas, La puñalada, Cara pelada, Kyrie eleison, El carrero y el cochero.
De Villoldo al tango

Quisiera ser canfinflero/ para tener una mina,/ metérsela con benzina/ y hacerle un hijo aviador,/ para que bata el record/ de la aviación argentina, de Aróstegui, El Apache argentino.
"Payanca de mi vida/ no te apresures/ que el polvo que te echo/ quiero que dure..." , de Berto, La payanca.
Y cómo nos divertíamos con el título velado de algunos tangos, aunque a veces velado a medias: La cara de la luna, Las siete palabras, Sacudime la persiana, Empujá que te van a abrir, Tirá la cadena, Qué polvo con tanto viento, Dos sin sacar, y los obvios El fierrazo y el choclo.
El tango oriental
Un entreacto oriental. Cuando en 1956 fuimos a Montevideo, le pedí a Tío que me recomendara algún tango, para comprarlo. Me contestó sin vacilar: Cartón ligador, claro, La cumparsita era demasiado obvio y además no le gustaba para nada-. Fui al Palacio de la Música, en 18 de julio, para comprarlo y se lo pedí al vendedor. Lo trajo, pero resultó ser la partitura, no el esperado disco de pasta. Por mi cortedad la compré lo mismo, y al día de hoy no sé de dónde sacó mi tío esa inesperada precisión, del mismo modo que yo nunca logré todavía escuchar el famoso Cartón ligador de Edgardo Donato.
Gardel y Borges
Se dice que a Tío no le gustaba Gardel. No fue así, le gustaba su manera de frasear, que, a juzgar por su arrobamiento cuando yo, por ejemplo, le hacía oír nada más que los versos "Rechiflao en mi tristeza,/ hoy te evoco y veo que has sido...", le llegaba bien hondo. Lo que le desagradaba de él eran su endiosamiento póstumo, su aspecto físico -lo veía parecido a Perón-, la tontería de muchas de las letras de sus canciones, la sensiblería del tango canción.
También, en algún momento, le gustó Jorge Vidal, porque casi cantaba como Gardel, pero no era Gardel. Y fuimos a un local en la calle Corrientes a escucharlo cantar Puente Alsina y Tres amigos: "Dónde andarás, Pancho Alsina( ¿Dónde andarás Balmaceda?/ Yo los espero en la esquina/ de Suárez y Necochea...!". El coronel Isidoro suárez, como pasando el aviso, siempre está cerca.
Cerrando el capítulo tanguero: ya en época tan temprana como la llamada Guardia Nueva, la ese italiana y la copiosa gesticulación italiana de los cantores sobresaltarían a tal punto a mi tío, que equipararía los tangos que ellos interpretaban a la monstruosidad de las estridencias operísticas.-
Y yo creo que para iluminar este relato de Miguel Torre Borges, podríamos escuchar a Edgardo Donato con su orquesta y su tango: Cartón ligador, que grabó el 17 de septiembre de 1951. Francisco Canaro lo había dejado impreso en la placa en 1929. Y por Héctor Stamponi y su cuarteto: Comme il faut de Eduardo Arolas, grabado en 1975.
155- Cartón ligador - Edgardo Donato.
215- Comme il faut - Héctor stamponi y su cuarteto
Una joya. La rima. en. Hacerle un hijo aviador ,para que bata el recór.
ResponderEliminarEspectacular.