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miércoles, 28 de noviembre de 2012

El Negro Gutiérrez

Así se le conoció en el ambiente tanguero al cantor Félix Gutiérrez que alternó con éxito en varias orquestas y dejó algunos temas valiosos, aunque no supo o no quiso proyectarse con más éxito.

Este marplatense quedó huérfano a los 5 años y escogió como alternativa de vida los guantes y el ring donde llegaría a destacar netamente como boxeador amateur con apenas 14 años. Morochote de buena predisposición para pelearle a las inclemencias de la vida, también le tiraba el canto y lo ejercía en boliches de la zona. Cuando entró a varearse en la noche, se le hizo cuesta arriba el duro trabajo de preparación que exige el boxeo y enfiló para el lado del tango.

Hace un par de días, con tres amigazos  tangueros debatíamos sobre este cantor y creí oportuno traerlo a la palestra, porque por algo fue vocalista de Julio De Caro, Manuel Buzón, Edgardo Donato, Francisco Canaro y Pedro Maffia, además de solista o en dúo, según el estilo de esa época.

El Dúo Gutiérrez(der.)-Cao
Hasta Ernesto De la Cruz y Alfredo de Angelis lo acompañaron en alguna oportunidad. Gracias a su hija nos enteramos de muchas cosas que su innata modestia tapaba. Como su amistad entrañable con Gardel, a quien conoció en 1927 en Buenos Aires, y luego en Mar del Plata donde estrecharon la relación. Y esa amistad se originó en el trabajo que consiguió el joven marplatense en la llamada Radio La Abuelita en ese momento, y que luego iría cambiando de nombre, como tantas otras.

Félix se largó a Buenos Aires, cerca de los 17 años, no tenía casa y entró en esa radio, propiedad del pionero Pablo Osvaldo Valle y comía y dormía en ella además de trabajar todo el día. Eran aquellas radios a galena que poca gente conseguía sintonizar. Gutiérrez cantaba acompañándose en la guitarra que tenía una sola cuerda, hasta que pudo manejar otra de seis cuerdas. Y su repertorio era íntegramente el de Gardel, unos 400 temas. Pero todo ese trabajo era simplemente por la comida y la cama.

Formó un  dúo con Manuel Cao y como era del gusto de Valle, le agregaron al pianista Daniel López Barreto, y ello le significó subir un escalón, hacer méritos y que su nombre sonara en el ambiente, poblado de cantores. Manuel Buzón entrevió sus condiciones y lo llevó como vocalista. Y de ahí salta a la orquesta de Edgardo Donato, donde estrena y graba la primera versión del tango de Donato y Nolo López, El Huracán en 1932. Siempre relució su cálida manera gardeliana de cantar los temas.

También hay registros de su paso por el Trío Los nativos, con quienes graba los valses Desde el alma, Porqué no me besas y a dúo con Roberto Torres: Castillo encantado. Con Canaro participa en grabaciones y en 1934 reemplaza transitoriamente a Ernesto Famá. En la famosa despedida que le hicieron a Gardel antes de partir sin retorno a Estados Unidos, en el stud de Francisco Maschio, estuvo también toda la orquesta de Donato a pleno. Y allí Carlitos quedó en verlo a Gutiérrez en la radio para pedirle que le diera trabajo a sus guitarristas.
La orquesta de Donato en la despedida a Gardel. Gutiérrez está detrás de Maschio, arriba de Gardel.
Efectivamente fue Gardel al día siguiente y el Negro le organizó un cóctel-comida de despedida en la radio, explicándole que no podía atender su pedido porque en ese momento tenía contrato con Donato. Y el Negro en un reportaje que le hizo el vasco Izurieta, marplatense y gran amigo de Osvaldo Pugliese, cuenta que Gardel lo invitaba siempre a comidas y fiestas para que cantara temas suyos.
Gutiérrez (izq) se despide de Gardel en la radio. Junto a Gardel: Armando Defino y Pettorossi.

Formará en la orquesta de Pedro Maffia, con la cual deja dos grabaciones,  pasará por la del violinista Mario Azzerboni y estará fugazmente en la de los hermanos José y Emilio De Caro, donde coincide con la quinceañera Rosita Quintana.   
                                                          
 Cuando tenía todo en sus manos para consolidarse, el Negro Gutiérrez decide regresar a su Mar del Plata. Allí formará familia y se aleja de los focos. Su nombre se va esfumando y sólo es rescatado por historiadores y coleccionistas,  aunque los milongueros siguen bailando sus temas con Donato.

Lo traigo en dos temas. El tango Pobre soñador, de Donato y Julio Romero, grabado con la orquesta de Edgardo Donato el 21 de junio de 1933.  Y Yo te adoro bandoneón, de Ramón Coll y Carlos Pesce grabado con la orquesta de Francisco Canaro, el 29 de agosto de 1932.

Pobre soñador

Yo te adoro bandoneón





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