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viernes, 24 de febrero de 2017

Vieja amiga

Esta maravillosa página de dos enormes personajes que tuvo el tango: Pedro Laurenz y José María Contursi nos sigue iluminando en las noches milongueras por la polenta contagiante que contiene. Tanto en la música como en los versos del poeta, que cambió el lunfardo fundador de su progenitor en el género, por un lenguaje más culto, emparentado con los Manzi y Le Pera, y que irradió en infinidad de páginas. Muchas de ellas dedicadas a su amor imposible -Gricel-,  que llenaron toda una época y siguen vigentes en el gusto popular.


Entre ambos bordaron cuatro temas, uno mejor que el otro: Es mejor perdonar, Como dos extraños, Milonga de mis amores y el citado Vieja amiga. Los versos del Catunga que fueron musicalizados por el gran bandoneonista se estrenarían en los carnavales de 1938, en las instalaciones del Club Atlético Boca Juniors, comenzando un viaje interminable que lo convertiría en record de ventas discográficas de su época. Solamente la partitura alcanzaría los 7000 titulos vendidos.

Pedro Laurenz
La letanía de los versos sigue desmayándose en la nostalgia del amor interrrumpido y muestra la desesperación del reencuentro que no logra el efecto balsámico esperado:

¡Ves!... He tratado inútilmente       
de alejarme y olvidar...
Hoy... que hay arrugas en mi frente 
siento más la soledad... .
Tal vez, al notarme avejentado
pensarás que vengo a verte
porque estoy desesperado...
No!... Ya los años me enseñaron
 a templar mi corazón...


No he venido a suplicarte
ni un poquito de cariño...
ni a que expliques tu silencio
tus mentiras o tu olvido...
No es posible, vieja amiga
nuestras vidas acercar.
Sólo vine para verte
para verte, ¡Nada más!

                                                              

Pedro Laurenz llevó al disco esta joya el 12 de mayo de 1938, con la voz de Juan Carlos Casas y, como está expresado más arriba, fue un impacto tremendo. En la partitura, el tema está dedicado al locutor y poeta tanguero Roberto Miró y al boxeador chileno peso pesado: Arturo Godoy.  Curiosamente, Aníbal Troilo lo incorporó a su repertorio, con Francisco Fiorentino cantando los versos. Lo ejecutó en Radio El Mundo y en veladas bailables pero resolvió no llevarlo al disco, porque la interpretación de Laurenz-Casas le pareció insuperable. 

Y creo que no le erraba en su apreciación, aunque Fiore lo canta muy bien, pero el estilo entra en la órbita de aquella vibrante grabación de Laurenz y se destiñe un poco en la comparación. Floreal Ruiz, lo rescata con José Baso en la grabación del 27 de agosto de 1957 y le insufla nueva vida a este hermoso tema. Canaro lo había registrado en forma instrumental el 22 de agosto de 1938, y Hugo Del Carril, entre otros intérpretes, lo llevó al disco, acompañado por la orquesta de Tito Ribero ese mismo año. Creo que ese lote de registros junto al de Mercedes Simone en Odeón (7/9/1938), rescatan la belleza de este tema que cierra así José María Contursi: 

 No he venido a suplicarte                                                  
ni un poquito de cariño
ni a que expliques tu silencio,
tus mentiras o tu olvido...
No es posible, vieja amiga
nuestras vidas acercar...
Ya me voy ... y aquí te dejo
¡Toda mi felicidad!...

Y la música de Laurenz, además de exaltarnos en las tenidas milongueras,  obra el milagro de crear un tema que resistirá el óxido del tiempo y volverá siempre en nuevas versiones que le insuflarán nueva vida. De momento podemos revivir esta obra en la versión radiofónica de Troilo con Fiore, que no llegó al disco, y la interpretación de Hugo Del Carril

 
Vieja amiga_ Aníbal Troilo-Fiorentino


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