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lunes, 3 de junio de 2013

Chamuyando con Ariel Ardit

Pasó por Madrid con la selección Nacional de Tango -seis musicazos- y una pareja de baile -Iván y Silvana- y se metió a todos en el bolsillo. Y en el cuore.
                       
Cantor como los del cuarenta, con un repertorio que nos recuerda a todos ellos pero con una personalísima recreación de cada tema que interpreta, Ariel nos hizo vibrar con esos tangos que tantas cosas nos despiertan, y el Bellas Artes madrileño se le entregó. Como el público de todos los sitios del mundo que visita.

Estuvimos charlando durante esos tres días que estuvo en la capital de España, de los amigos comunes, de tango, de las emociones compartidas, del repertorio, sus experiencias, su familia y sus orígenes tangueros.

 Y algunos chamuyos de esa conversa fueron más o menos así:

-Ardit, ¿de dónde viene ese apellido?
-Es judío sefaradí. Un día que estaban todos reunidos jugando al truco, mi bisabuelo se arrimó y dijo: Ardit es un apellido Judío sefaradí. Nadie le dió bola. Pero un día que yo estaba paseando en Lyon, se me acercó un tipo y me dijo: "Yo me llamo Arditi. Es un apellido judío sefaradí". En esa zona de Francia: Perpignan, Montpellier, Nimes, hay muchos de ese origen y con mi apellido. Aunque te digo que en mi familia somos todos cristianos.

-¿Antecedentes musicales?
-Todos, en mi familia son todos artistas, mi bisabuelo era Jefe de la Banda de la Policía. Mi vieja canta, -Adriana Oviedo-, su pareja también, todos tienen algo de artistas.

                                 
-Y vos estudiabas canto lírico.
-Sí, desde pibe. Me gustaba mucho. Pero, ¿sabés que pasó?: estaba otra vez toda la familia reunida jugando a las cartas, me invitaron y me senté. de pronto sentí la voz de Gardel saliendo de la radio. Dejé todo, me arrimé y me comió el corazón. Y en ese momento dije: Quiero cantar como él. Y fue cuando empecé a practicar con el tango.

-Un cantor de orquesta
-Raúl Berón. Por supuesto todos detrás de Gardel. Y también me gustan Floreal, Marino, Podestá.

-Un músico.
-Rubén Juárez. Esa fusión que hizo el Negro con el fueye y cantando a la vez, es único. Un monstruo.

-Una orquesta.
-Troilo. Y si es para bailar, Di Sarli.

-Una ciudad.
-Buenos Aires. Y te digo, mientras más viajo, más me gusta Buenos Aires.

-Córdoba.
-Viví allí hasta los ocho años. Pero volveré. Me compraré una casa y viviré por temporadas también en Córdoba. La quiero mucho y me gusta estar allá.

-Una época.
-La mía, sin duda.

-Un momento.
-La primera vez que entré al Boliche de Roberto. Fue una gran emoción. Ahí empecé a cantar tango.

-Un día.
-El que escuché por primera vez a Gardel y decidí mi vocación.

-Un equipo.
-Talleres de Córdoba. Acabamos de ascender. Me gusta Boca pero soy tallarín desde siempre.

-Seguís estudiando canto lírico.
-Claro, eso es fundamental para un cantor, aunque sea de tango. Eso te permite mantener siempre la gola a punto, la respiración, todo. Y de paso, cuidando el peso, porque llegué a estar muy gordo.




Y acá lo escuchamos, y lo vemos en el estudio con Rodolfo Mederos grabando este tango de Pedro Maffia y Cátulo Castillo. Se muere de amor. Una belleza


















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