"Café La Humedad, billar y reunión... sábado con trampas. ¡Qué linda función! Yo simplemente te agradezco las poesías que la escuela de las noches le enseñaron a mis días". Cacho Castaña.
"Remotos bandoneones despliegan en la noche sus pájaros de brumas. Y un coro de fantasmas que gritan en las sombras preguntan y preguntan, preguntan por qué lloro, preguntan por qué canto, por qué no la maldigo, por qué la quise tanto... tanto...". Rodolfo M. Taboada.
"Me achica el corazón salir del corralón, porque me sé perdido. Me tienta la ilusión que ofrece el bodegón, en su copa de olvido. Caña en la pena...llama que me abrasa, mal que no remedia, pena que se agranda. Siempre lo mismo... Voy para olvidarla y entre caña y caña la recuerdo más...". Carlos Bahr.
"Volvió esa noche, nunca lo olvido, con la mirada triste y sin luz, y tuve miedo de aquel espectro que fue locura en mi juventud. Se fue en silencio, sin un reproche, busqué un espejo y me quise mirar: había en mi frente tantos inviernos que también ella tuvo piedad...". Alfredo Le Pera.
"Muchachos, comienza la ronda que el tango invita a formar. ¿Quién, al oir el arranque de un son tan brillante, no sale a bailar? Y así enredar su emoción a esta canción que en nuestras almas se ahonda. Muchachos, comienza la ronda... Vayan pasando al salón....". Leopoldo Díaz Vélez.
"Contame tu condena, decime tu fracaso, ¿no ves la pena que me ha herido?. Y hablemos simplemente de aquel amor ausente como un retazo del olvido...¡Ya sé que me hacés daño! ¡Ya sé que te lastimo diciendo mi sermón de vino! Pero es el viejo amor que tiembla, bandoneón, y busca en un licor que aturda. la curda que al final termine la función ¡corriéndole un telón al corazón!". Cátulo Castillo.
"Callejón...Callejón lejano... lejano... Íbamos perdidos de la mano bajo un cielo de verano soñando en vano...". Héctor Marcó.
"Vos fuiste el rey del bailongo en lo de Laura y La Vasca...¡Había que ver las churrascas cómo soñaban tras tuyo! ¡Alzaba cada murmullo tu taconear compadrón, que era como flor de yuyo que embrujaba el corazón!..." Mario Battistella.
"¡Qué ganas de llorar en esta tarde gris! En su repiquetear la lluvia habla de tí... Remordimiento de saber que por mi culpa, nunca, vida, nunca te veré. Mis ojos al cerrar te ven igual que ayer, temblando, al implorar de nuevo mi querer... ¡Y hoy es tu voz que vuelve a mí en esta tarde gris!". José María Contursi.
"¡Qué noche llena de hastío y de frío! El viento trae un extraño lamento. Parece un pozo de sombras la noche y yo en la sombra camino muy lento. Mientras tanto la garúa se acentúa con sus púas en mi corazón..." Enrrique Cadícamo.
"En la tarde que en sombras se moría, buenamente nos dimos el adiós; mi tristeza profunda no veías y al marcharte sonreíamos los dos. Y la desolación, mirándote partir, quebraba de emoción mi pobre voz... El sueño más feliz, moría en el adiós y el cielo para mí se obscureció."... Virgilio San Clemente.
"San Juan y Boedo antiguo, cielo perdido, Pompeya y al llegar al terraplén, tus veinte años temblando de cariño bajo el beso que entonces te robé... Nostalgia de las cosas que han pasado, arena que la vida se llevó, pesadumbre de barrios que han cambiado y amargura del sueño que murió". Homero Manzi.
"Si la vida es el infierno y el honrao vive entre lágrimas, ¿cuál es el bien...del que lucha en nombre tuyo, limpio, puro?... ¿para qué?... Si hoy la infamia da el sendero y el amor mata en tu nombre, ¡Dios!, lo que has besao...El seguirte es dar ventajay el amarte sucumbir al mal". Enrique Santos Discépolo.
"Nada, nada queda en tu casa natal... Sólo telarañas que teje el yuyal. El rosal tampoco existe y es seguro que se ha muerto al irte tú... ¡Todo es una cruz! Nada, nada más que tristeza y quietud. Nadie que me diga si vives aún... ¿Donde estás para decirte que hoy he vuelto arrepentido a buscar tu amor?". Horacio Sanguinetti.
"No sé que rumbos tomarán mis pasos, lejos de esta tierra me lleva el destino, yo tengo en el alma penas y fracasos que olvidar quisiera por algún camino. Y si entre las brumas espesas de Londres o en la algarabía infernal de Nueva York, arranque esa pena que siempre se esconde, adiós Buenos Aires, amigos adiós.". Leopoldo Torres Ríos.